Torres y Castillos árabes en el LLano de Zafarraya

Durante la Edad Media el Llano de Zafarraya era una tradicional ruta histórica que iba desde Málaga, pasando por Vélez, Zafarraya y Alhama, hasta Granada. Esta vía de comunicación estaba protegida por castillos como el de Zalías en la provincia de Málaga y el de Alhama en la de Granada.

La actividad militar y el control de las vías de comunicación hicieron necesarias una serie de estructuras militares, ya fueran torres atalayas o castillos, para comunicar la frontera y la costa con el reino nazarí.

Ante esta situación tenemos en el Llano seis lugares localizados en los que hay restos de esta arquitectura militar. Son los conocidos como castillo de Zafarraya, castillo de la Torrecilla, la torre de Luna, la torre de la Torrecilla, la torre del Moro y la torre del Almendral.

Tanto los castillos de Zafarraya y de la Torrecilla, como la torre de Luna, situados entre las cortijadas de los Pergueres y de Valdeiglesias, ocupan un punto estratégico de control y comunicación con las torres atalayas de la Axarquía y están muy cerca de la antigua Cañada Real de Málaga a Granada.

La torre de la Torrecilla está en lo alto del cerro que lleva su nombre, en el límite de los términos municipales de Alhama y Zafarraya, junto a la actual caseta de vigilancia del AMA. Está situada a 1312 m. de altura y se comunicaba haciendo señales de humo (de día) o de fuego (de noche) con la zona de Alhama y Salar.

La torre del Moro está situada en un pequeño cerro próximo al Cortijo Palique, junto al Cerro del Moro, y por sus cercanías pasan varios antiguos caminos que unían Zafarraya con Alfarnate y Loja.

La torre del Almendral se encuentra ubicada en la ladera oriental del Cerro de la Mina, a unos 1500 m. al este del Almendral. Junto a ella pasan antiguos caminos que enlazaban Zafarraya con Alhama y Loja. Sobre ella existe actualmente un mojón.

El hombre de Zafarraya

Entre los años 1981-83 y 190-94, un equipo de investigadores dirigidos por D. Cecilio Barroso Ruiz desarrollaron un proyecto de investigación en la denominada cueva del Boquete de Zafarraya. En la Memoria de esta investigación han intervenido investigadores de diversas nacionalidades, así como cuarenta instituciones científicas pertenecientes a cinco países europeos. No es casual la presencia de tantos investigadores y de tantas instituciones en un yacimiento perdido en la Sierra de Alhama, ya que dicho yacimiento se encuentra entre las joyas de la prehistoria de Euroasia. Actualmente la Cueva del Boquete de Zafarraya es un Bien de Interés Cultural, es decir, un monumento nacional con la misma catalogación que la propia Alambra de Granada, y todo ello es debido a la presencia en el relleno sedimentario de numerosos restos humanos pertenecientes a un tipo humano ya desaparecido de nuestra planeta, como fue el Hombre de Neandertal.

Los Neandertales habitaron toda Europa y llegaron hasta las montañas de Irak. Durante más de 200.000 años fueron los únicos señores de las tierras europeas, viviendo en pequeños grupos de 25 individuos que controlaban un territorio muy extenso, eran nómadas, ya que vivían fundamentalmente de carne proporcionada por la caza de grandes animales (caballos, ciervos, bóvidos, etc). A partir del año 40.000 y con la llegada a Europa del Hombre Moderno (de los que descendemos), los neandertales comienzan a desaparecer, sin que se conozcan sus causas, mientras que Andalucía, y más concretamente en Zafarraya, parecen existir pequeñas poblaciones que durante más de 10.000 años sobrevivirían a la presión del Hombre moderno, es decir, estaríamos en presencia de los últimos neandertales que vivieron en todo el planeta. Esta circunstancia ha hecho de los restos humanos de Zafarraya únicos y excepcionales, al margen del enorme valor que para la ciencia ha tenido el descubrimiento de dichos fósiles junto a miles de restos paleontológicos, así como de carbones y pólenes con más de 30.000 años.

La investigación que se ha llevado a cabo es la más completa y compleja de todas las que se han desarrollado a nivel internacional hasta el momento. Zafarraya no es tan sólo una referencia mundial por los restos humanos, sino que también lo es para el medio ambiente del sur de Europa. En aquellos años los cambios climáticos que se produjeron, las poblaciones de aves, reptiles, anfibios o murciélagos que vivían en el entorno del llano, las poblaciones de carnívoros que dominaban este territorio, fundamentalmente la pantera parda y el cuon, los grandes herbívoros que encontraban refugio ya fuera en los bosques del llano (ciervos, caballos, asnos, bóvidos, jabalíes…) ya fuera en la sierra (cabra montesa, rebeco y oso). Se ha podido determinar el tipo de vegetación existente en la zona, así como la aparición o desaparición de especies en función del cambio del clima. En definitiva, la investigación de la cueva del Boquete de Zafarraya ha permitido poner a Zafarraya en el mapa de los eventos más importantes de la humanidad, de tal modo que en España ocupa el mismo honor que el famoso yacimiento de Atapuerca, ya que son los dos únicos yacimientos españoles respetados y admirados por la comunidad científica internacional,……y nosotros sin saberlo.

Los demás Movimientos Sociales

Han sido varios los grupos que se han organizado a partir de aquel primer Colectivo que comenzó como un gran grupo que estaba en todo, reivindicaba, organizaba, inventaba y se ponía en huelga, pero que con el tiempo y en un proceso relativamente rápido se explicitó en diversas asociaciones que atendieran los distintos objetivos concretos, a pesar de lo cual en cada acción intervenía toda la fuerza del Colectivo y del Pueblo, lo que daba ese carácter masivo que llegaron a tener determinadas actuaciones.

Por ese motivo, en este capítulo van organizaciones muy singularizadas, como pueden ser el APA y el movimiento de la mujer, y que enrolaron a un número determinado de personas, mientras hay también unos movimientos como la Iglesia, la radio o el Fandango, que no se pueden considerar grupos específicos pero que, no obstante eso, han merecido entrar como subcapítulo especial.

Al final se añade algo de «literatura»: la efervescencia de la época produjo también un tipo de literatura especial, de la que se recoge un suelto de la revista JÓVENES («Martin, Martín… y las visitadoras), las Copliyas que se hicieron a los frutos del Llano y las rescatadas Coplas de viudita, más una poesía dedicada a Zafarraya por Esteban Tabares, cura de Aguadulce (Sevilla).

Estos son, pues, los grupos o movimientos que en este capítulo entran: Iglesia, Sindicatos, Partidos, APA, Frutos económico-sociales (Hortollano, el Polje, la Isla), Ayuntamiento, Mujeres, Semanas Culturales, Escuela de Adultos, La Brecha, la Radio, los Jóvenes de hoy, el Fandango del Llano y Literatura.

Si «son todos los que están», tal vez «no están todos los que son», quedando pues el capítulo abierto a la aportación de cuantos vivieron y fueron y son todavía actores de la movida social; el tiempo no ha permitido redactar otra cosa.

LA APORTACIÓN DE LA IGLESIA

La Iglesia, en la persona del cura Ellas, hizo una aportación muy importante a la toma de conciencia y movilización de Zafarraya, de modo que hasta el año -77 el salón parroquial fue centro de revolución social, cosa que comenzó, en parte, con el cura Iglesias quien, a pesar de los muchos resabios conservadores y caciquiles, promovió un ambiente cultural y social.

Pero fue en la década cuando el salón parroquial fue la sede de miles de reuniones, se produjeron millares de hojas y panfletos, muchas pancartas, se organizaron procesiones-protesta, fiestas, excursiones, actos culturales’ se montaron casetas culturales, kioskos de libros, obras de teatro, se trajeron cantantes de la vanguardia de entonces como Manolo Guirao, Juan A. Espinosa, Carlos Cano, Morente, Raul Alcober, etc.

Prueba de la autenticidad de aquel movimiento socio-religioso fue la persecución del régimen: hubo denuncias y multas por teatro y por las homilías, atentaron a la casa parroquial, quemaron el coche del cura, un Diane-6, y en una sola noche el Pueblo reunió dinero para comprar un SEAT-127 nuevo, acudiendo la gente toda la noche a la casa parroquial a pesar de que la Guardia Civil estaba apostada a la puerta de la misma, pero la gente les decía que «iban a sacar una partida de bautismo».

La parroquia fue, sobre todo en los años claves de la dictadura y la represión, el cauce por donde se canalizó la acción social del Colectivo hasta que llegó el momento de la separación de ambientes, sobre todo con la llegada de los partidos y el encuadramiento de los militantes de izquierda en los mismos. Se consumó el divorcio entre religioso y lo social, con el trauma consiguiente para algunos. El Colectivo tuvo la visión de cobijarse en la parroquia cuando no había otra cobertura para movilizarse y ésta tuvo la valentía de arroparlo y de acompañarlo en acciones que entonces rayaban en lo heroico. Cierto es que también hubo gente de izquierdas que no quisieron colaborar nunca con el salón parroquial, pero fueron pocos; la mayoría aceptó la cobertura, aunque también los hubo que nunca se profesaron cristianos.

Sobre todo la década de los setenta fue un tiempo de iniciativas, programas y acciones sociales vitales como pocos tiempos en la historia de Zafarraya, aún dentro de ese clima de falta de definición entre militancias cristianas y de izquierdas, época de la que guardan sus mejores recuerdos los ya veteranos miembros del Colectivo.

LOS SINDICATOS

No se puede hablar de sindicatos propiamente dichos en los años setenta, sino de luchas populares con objetivos sindicales, como la suba de los salarios, como sucedió en el -75 en el que se hizo una huelga, reivindicación que se tuvo en adelante todos los años.

Los primeros contactos para organizar un sindicato se tuvieron con el SOC, organizándose un grupo que llegó a asistir a asambleas del mismo en Antequera y Sevilla, pero no cuajó en Zafarraya debido tal vez al carácter de pequeño propietario y no de latifundista del Llano.

Al fin en el -77 se organiza CC.OO., que es el único sindicato propiamente tal que hoy existe, y que ha protagonizado desde entonces las luchas y reivindicaciones de los peones. Precisamente en ese año los peones de los motores exigieron en la asamblea de la Unión de Agricultores una participación en los beneficios de la «guerra de las lechugas» ya que ellos habían colaborado lealmente con la lucha del Llano.

También existe la UAGA (Asociación de agricultores y ganaderos de Andalucía), que agrupa aquí a unos productores pequeños de ambas ramas, que intervino de modo definitivo en la reivindicación del pasto libre para el ganado en el monte público, así como en otras acciones de carácter comarcal, como en la asamblea celebrada en Alhama en el -87 para solucionar el problema de la cosecha de garbanzos, interesándose además por el resto de la problemática del sector, como el gasóleo, la importación de los cereales, etc.

CC.OO., se ha metido a fondo en lo del Empleo comunitario, organizando los tajos de trabajo, confeccionando el censo de parados, reivindicando más fondos de la Administración, combatiendo el burocratismo y exigiendo la inclusión de las mujeres y los jóvenes, además de promoviendo la afiliación.

Ha llegado a tener unos 120 socios cotizantes en la mejor época viniendo después una etapa de desmovilización debido en buena parte al cambio de empleo comunitario por el subsidio de desempleo que atomiza al grupo jornalero y lo empuja a la lucha individual por conseguir las sesenta firmas. También ha influido en este reflujo la falta de iniciativa en el secretariado en momentos decisivos para el Llano, como la entrada de peones fuera a bajo precio, y la falta de clarificación de funciones entre el sindicato y el ayuntamiento popular.

Ahora recobra de nuevo alguna vitalidad renovando el secretariado, cosa que no se cumplía desde hacía mucho tiempo, celebrando asambleas de información a la gente sobre el subsidio y convocando asambleas sectoriales de jornaleros, medianeros y empleadas del hogar. Una conquista ha sido conseguir que los patronos cumplan el convenio del campo en la campaña de verano y que firmen a los medianeros para el subsidio.

El sindicato no ha acertado a estar presente como tal en las actividades culturales del Pueblo, aunque esto se salva en parte por la presencia de muchos de sus miembros; necesita además imaginación para inventar nuevos programas de mentalización y abrir caminos de solución a los complejos problemas, especialmente en el Llano, donde no está clara a veces la distinción entre medianero sin tierra y jornalero.

LOS PARTIDOS

La izquierda popular de Zafarraya no estuvo adscrita a partido durante la clandestinidad, pero se inspiraba en «el partido» comunista, lo que se confirma con la aparición de la pintada de «la hoz y el martillo», muy pronto, ciertamente antes de la llegada de los partidos al Pueblo, lo que sucede hacia el -76 en que se presentan los más izquierdosos del espectro estatal, OIC y PCE, que reciben una aceptación masiva y una afiliación abundante.

La OIC llega de un modo algo clandestino y recoge la gente más preparada en política e ideología, gente joven sobre todo; el PCE atrae a la izquierda más arraigada junto con bastante pueblo. También vino el PSA, que recoge en fervor autonomista al elemento menos politizado de izquierdas, entre los que suelen encontrarse los cristianos. La derecha se une en torno a la UCD.

Desde ese momento los partidos se convierten en la señal de identidad de la izquierda militante y en la clave de interpretación del Colectivo pues, si se era de izquierdas, lo lógico era estar afiliado a alguno de ellos. Esto no supuso trauma alguno para el grupo porque su unidad se había forjado en la unidad de la lucha local, y los partidos tuvieron además el acierto de no intentar dividirlo, haciendo un uso inteligente de la disciplina y las consignas propias.

Esta idílica convivencia en la lucha sufrió su primera sacudida cuando se averiguó que uno de los líderes más conocidos de la izquierda no pertenecía al popular PCE sino al minoritario OIC, que se convirtió más tarde en MCA. Este partido mantiene sus características de preparación, selección y juventud, y el PCE se afianza aún más como el partido de la amplia base de izquierda, de la tradicional tanto como de la nueva, con una afiliación y formación algo difusa, y que pasa más tarde casi íntegramente a formar el PTEUC, y que es el mayoritario en el Pueblo, con unos 75 afiliados, que dirige el Ayuntamiento y lidera a la izquierda en general. El PCE quedó como formación marginal, y los demás se decantan por PSOE, CDS y AP, desapareciendo el PSA.

El primer desgarre serio lo sufre la izquierda con el Referendum de la Constitución del-78 al defender posturas bien distintas (el sí y la abstención), y esta separación se viene repitiendo desde entonces sin que se acabe de digerir la diversidad de enfoques y estrategias, pues además se destaca otro grupo de izquierda independiente; al mismo tiempo no se rompe del todo la unidad de acción y el Colectivo es capaz todavía de acciones conjuntas, bajo el liderazgo del Ayuntamiento, en pro del Pueblo, debatiéndose en los polos de la dialéctica histórica de lo utópico y lo real

EL APA EN ZAFARRAYA

La idea del APA surgió en los años setenta, precisamente de un maestro, organizándose una junta promotora en una asamblea de padres. Se elaboraron unos estatutos amplios para que el APA tuviera incidencia en la escuela y fuera de ella, como en los problemas que los niños encuentran al terminar la EGB, la orientación para otros estudios, el trabajo, las diversiones, etc. También se admitió a personas sin hijos, pues las había bien cualificadas para desarrollar esa labor. Asimismo entraron maestros que garantizaran la legalidad y la ausencia de conflictos en la escuela, a los que se pedía que expusieran los problemas del Cale, con todo lo cual se alejó el recelo de algunos de que la asociación fuese ilegal.

Una directiva amplia de catorce miembros garantizaba la participación de muchos en los temas de alumnado, cultura, profesorado, sanidad, preescolar, etc. Se propusieron objetivos como una escuela más eficaz y participativa, la colaboración con las acciones sociales y culturales del Pueblo, asistencia a los maestros en cuanto ellos solicitaran, formular quejas y disconformidad con los que no cumplían, etc.

También hubo dificultades y fricciones, impidiendo a uno de los miembros entrar en una aula para dar un recado a un crío y la negación de las aulas para clases de adultos, cosa que a la postre no benefició al APA porque sus mejores elementos se dedicaron a estas clases, bajando la eficacia como tal organización. Su participación fue muy activa en la organización de las exposiciones y casetas de libros en las fiestas y otras obras sociales del Colectivo.

Denunció en cierta ocasión a una maestra por mal comportamiento en el aula y se pidió su retirada que, al no ser atendida por la Delegación, provocó una manifestación y encierro del Pueblo en la Delegación hasta que se consiguió la exigencia.

Se ha revitalizado últimamente a propósito de unos cursillos de orientación familiar organizados por la Delegación de Educación, que consistieron en charlas, reuniones de grupo y visitas para fomentar la colaboración entre la escuela y la familia, con información sobre los Consejos Escolares y las Juntas económicas. Sin embargo la LODE ha disminuido la influencia del APA en los colegios, a pesar de lo cual el APA sigue aquí cumpliendo sus funciones. Se quejan de que se impida a los padres influir más decisivamente en las cuestiones académicas, aunque luego tienen que sufrir las consecuencias de su mal planteamiento.

Por diversos motivos el APA ha perdido influencia en el medio escolar; dedicando hoy más su atención a las actividades extra-escolares como los viajes de estudios. Con todo, el conjunto de su labor ha sido algo eficaz y positivo.

FRUTOS ECONÓMICO-SOCIALES

Lo que, sin duda, más trabajo le ha costado a la movida social es parir unas realizaciones en lo económico-productivo que sirvan de orientación para la producción en el Llano; Hortollano, el Polje y la Isla han sido precisamente esas realizaciones, aunque no han llegado a tener la envergadura que se esperaba.

«HORTOLLANO, SAT» (Sociedad agraria de Transformación nació como grupo «El Pilar» y se legalizó con el nuevo nombre en el -82, al fracaso de la comercialización del tomate; su fundación respondía al espíritu de una cooperativa, intentando recoger las experiencias y el ambiente de la «Unión», aunque jurídicamente se acogió a la fórmula de las SAT.

Actualmente tiene unos 40 socios, número que fluctúa cada año, posee una nave equipada con maquinaria para la clasificación y envase del producto, con un valor global de 16 millones de pesetas; maneja anualmente millón 1/2 de kilos de tomate, otro tanto de unidades de lechuga, 600 mil de coliflor, más cantidades menores de judías verdes, calabacín y otros productos. Emplea a unas 30 personas entre técnicos y obreros durante los dos meses de campaña en torno al mes de septiembre; comercializa directamente los productos en Sevilla, Madrid y el País Vasco, enviándolos a través de una cooperativa de transporte de Vélez; todo esto constituye un volumen fuerte de movimiento de comercialización y de relaciones laborales.

Pero no consiste la importancia de Hortollano en el volumen de recursos que maneja, sino en la orientación social con que se produce todo ese proceso; lleva un programa de innovación de los métodos de cultivo y de experimentación de nuevos productos; fomenta las relaciones humanas entre los socios operando con facturas colectivas, es decir, con el conjunto de la producción, sin separar lo de cada socio fomentando las relaciones cooperativas, ahorrando además tiempo y dinero.

Estas características le diferencian netamente y le colocan más allá de una simple asociación mercantilista para hacerla una realización con visión social para todo el Llano y cauce para la unión que todos desean.

«El POLJE, sociedad cooperativa andaluza». La idea viene evolucionando desde el -75 y se materializa algunos años más tarde con ocho socios que comienzan abriendo un pozo para regar una fanega de tierra que cogen a renta en la Mata, y formando un capital social con la aportación personal de un cuarto de millón» Hoy cuenta, además, con cinco fanegas de tierra los propia, en las que entra el cortijo del Cura, un moderno invernadero, un camión, tres naves para granja de conejos y, sobre todo, un buen equipo de trabajo de los que cuatro están a tiempo completo.

Cinco son los pilares básicos de el Polje:

  • 1. La necesidad de capitalizar la plusvalía de los propios trabajadores que pasa al fondo común (es decir, lo que capitaliza un patrón), donde queda el 55% de los beneficios de los socios, con lo que han capitalizado la cooperativa.
  • 2. Que sea una «escuela permanente de formación», junto con el trabajo para transformar el medio agrario, a lo que contribuyen algunos socios con estudios superiores; en el futuro pretende dedicar recursos humanos y sociales para formar a otros, aunque no sean socios.
  • 3. Combinación del trabajo manual e intelectual, manteniendo a una persona en tarea profesional, cuando una pequeña cooperativa como ésta no suele poder hacerlo.
  • 4. El respeto escrupuloso a los derechos del trabajador, cotizando por jornadas reales, teniendos al día las pólizas de accidentes, etc.
  • 5. La comercialización directa del producto, trabajando en los mercados mayoristas.

Es una realización social que sigue empeñada en la racionalización de los elementos de la producción como el agua, los abonos químicos, insecticidas, etc., en cuanto al proceso productivo se refiere; en lo social, da prioridad a la creación de puestos de trabajo permanentes antes que a la capitalización y reparto de beneficios; por todo esto viene a ser un ejemplo de producción y de relaciones laborales a pesar de su pequeño tamaño.

Las relaciones del Polje con Hortollano, y de ambas con la realidad más dinámica fluctúan con los años y no son los cordiales que se pudiera esperar del hecho de haber nacidos del mismo ambiente.

«LA ISLA» es un grupo de familias, generalmente parejas jóvenes del Polje, que compran «en común» un solar conocido por la Isla en 7 millones de pesetas, precio exorbitado con relación al medio; también comunitariamente construyen la estructura de todo el complejo de 25 viviendas unifamiliares y dos locales comerciales, que forman una «U» o patio interior al que dan las fachadas de todas las viviendas, constando cada una de doble planta y garaje amplio en el sótano. El cerramiento de cada vivienda depende de cada comprador. El patio interior común, abierto también a la calle pública, facilita la relación social y el juego de los niños sin peligro. El estilo se ha mantenido dentro de lo típico popular resultando un conjunto familiar con un ambiente muy logrado.

En resumen, Hortollano, el Polje y la Isla han nacido del mismo ambiente y movida social, y son hoy los colectivos más dinámicos en el terreno de la vivienda, la producción y comercialización de los productos del Llano.

EL AYUNTAMIENTO POPULAR

En las elecciones de abril del -79 el Colectivo consiguió ganar la mayoría del equipo municipal por 1.400 de los 1.700 votos, con el PCA con mayoría absoluta, consiguiéndolo de nuevo en el -83, está vez con el PT al frente. Conseguir el Ayuntamiento era un objetivo, a la vez que señal de poder popular, y así fue posible elaborar un programa que recogiese el sentir y las aspiraciones de las capas más fuertes de la población: la pequeña burguesía, medianeros y obreros.

El desafío era grande: había que conseguir que la gente experimentase la democracia de un modo eficaz! Se ha logrado sólo en parte, como era depreveer. En dos períodos de tenencia del control municipal se ha delimitado el suelo urbano y hecho la infraestructura del alcantarillado, agua, pavimentación, plazas, etc., se está construyendo el nuevo edificio del ayuntamiento; se ha alquilado el Cine Palma, por 25 mil pts. mensuales, para las actividades culturales masivas, aunque dicho local está infrautilizado; se ha reconvertido el alumbrado público y llevado a núcleos rurales; se ha hecho un consultorio médico en Almendral; se ha organizado un plan de facilitación de solares para viviendas dignas; se han reorganizado las tasas municipales con el criterio de que «pague más quien más tiene».

En cuanto a sanidad, se han comarcalizado algunos servicios a través de un Centro Subcomarcal de Asistencia Primaria, con funciones de prevención y asistencia sanitaria, con ATS y Matrona que, en colaboración con los médicos, desarrollan un programa de planificación y atención materno-infantil, de planificación familiar, orientación sexual, vigilancia prenatal, nutritiva, etc., ejerciendo además un plan de control y vigilancia contra el fraude en la calidad y sanidad de los’ alimentos, lo que ha producido ya una mejora en todo el área.

Se ha potenciado oficialmente la cultura popular, como puede verse en el desarrollo del presupuesto dedicado a cultura, deporte y juventudes que se especifican en otro capítulo. Sin embargo, no se ha sabido aprovechar bien el excepcional lugar de la Iglesia vieja para grandes actos culturales.

Existe una comisión de paro, compuesta por Ayuntamientos sindicatos-parados, que decide por medio de asambleas el reparto del PER en épocas de paro real, planificando el trabajo según las necesidades del personal, y administrando racionalmente el dinero, pues anteriormente éste no llegaba cuando aquí se estaba en paro.

No se ha contentado con ser un mero buen cosa pública, de la política que el pueblo elabora; se ha tratado de dar información puntual y pública de las actividades, dando prioridad en los plenos a los puntos de interés público, con comisiones informativas abiertas para recoger las níones, evitando los plenos largos y farragosos.

La complejidad de algunos asuntos, la falta de dedicación algunos concejales, la urgencia a veces de los problemas y hasta la negligencia hacen que todo este programa no se lleve a cabo con más y asiduidad, y que el Pueblo vuelva a acostumbrarse a dejar en manos les los asuntos de la res-pública, habiéndose perdido un tanto las prácticas primeras.

A nivel comarcal, el Ayuntamiento trata de potenciar su cabecera (Alhama) y exigirle que no acapare las facilidades que para la comarca se le conceden. y se están solicitando Centros subcornarcales, mejoras en enseñanza y en las comunicaciones con el exterior, técnicos de Extensión Agraria con especialidad en horticultura, el Ambulatorio comarcal y la UPI (Unidad de promoción de industria).

El Ayuntamiento ha potenciado y apoyado diversas actividades comarcales, como los I JUEGOS DEPORTIVOS DE LA COMARCA en el que durante dos semanas engarzaron a varios cientos de jóvenes, y el I ENCUENTRO COMARCAL DE JÓVENES, en el -83, que reunió a un centenar de muchachas/os de veinte pueblos para intercambiar información sobre cultura, problemas y deporte, concediendo para ellos el Colegio nuevo, una subvención y todo tipo de facilidades organizativas. También apoyó las III JORNADAS ANDALUZAS DE EDUCACIÓN DE ADULTOS EN EL MEDIO RURAL en junio del -86, dando todo su apoyo y participando institucionalmente.

En líneas generales, la cooperación Pueblo-Ayuntamiento ha sido satisfactoria, estando conscientes del mucho camino por recorrer, pero teniendo en cuenta que es la primera vez que hay un equipo que representa la mayoría económicamente más débil, y admitido también que el equipo ha estado desbordado por la tarea administrativa y no ha sabido responder adecuadamente a la promoción del mismo Pueblo para que exija más participación y se dedique tiempo y energías a protagonizarla.

LA MUJER EN EL LLANO

El movimiento de mujeres de Zafarraya prefiere reunir a la gente para hablar de los problemas de la mujer: «nuestros planteamientos son distintos a los de las mujeres de la ciudad, porque el mismo aborto se siente aquí como una realidad que hay que afrontar, pero no como las mujeres más liberadas; muchas veces tenemos que agarrarnos a lo sentimental y a lo humano, y hablar de modo que no se espante el personal».

En un pueblo todo el mundo se conoce, se mantienen las costumbres y tradiciones, formas de pensar y conceptos morales con más fuerza que en la ciudad, lo que frena muchas iniciativas e impone un ritmo especial a la liberación de mujer, A pesar de lo cual en los últimos años de la dictadura hubo un arranque de la participación de la mujer en la cultura, en la política y en el trabajo.

Uno de los focos de influencia para este despegue fue la Iglesia que ayudó a evolucionar a las mujeres de Zafarraya y las liberó de muchos tabúes aunque al principio se hacía en reuniones semiclandestinas, pero terminaron por participar en toda la movida social. Pronto comenzaron a llegar los partidos políticos que arrastraron a un pequeño núcleo, con lo que fueron adquiriendo conciencia social e independencia ideológica con respecto al varón.

Con la conquista de la democracia se amplían los campos y las actividades de la mujer en el Pueblo, buscando cada una el sitio que más le atraía, aunque en general puede decirse que fue el APA y el campo de la cultura los que recibieron más su aporte. En todo ello ha sido la mujer la más beneficiada. También hubo un despegue de este grupo femenino de la parroquia donde había comenzado a promocionarse.

Varios son los problemas de la mujer en este ambiente rural, entre ellos el del machismo: «mi marío, dice una, no se mete conmigo en ná; viene a comer y se va al bar; vuelve a comer y se acuesta»; es decir, no se mete en nada es ya una fórmula práctica, pero lejos de lo ideal; porque en verano ella tiene que trabajar en la huerta a la par del varón, pero ha de seguir haciendo la comida a la vuelta, y cuidando a los niños y a la casa. Muchas jóvenes sobre todo trabajan a jornal y su trabajo es bien apreciado por la maña para tareas especiales como el atado de las lechugas.

La mujer participó en las luchas de la huerta y en las de la subida del jornal, consiguiendo la equiparación con el del hombre. Sienten también el problema de las mujeres que algunos patronos traen fuera a bajo jornal, a las que reconocen el derecho que tienen a buscar trabajo pero con las que es difícil conversar para llegar a un acuerdo. La afiliación a los sindicatos es prácticamente nula, aunque sí es total a las acciones reivindicativas que el sindicato promueve.

La mujer está exigiendo entrar en el empleo comunitario, con el apoyo de las instituciones, pero con la resistencia de algunos varones menos mentalizados que no acaban de aceptar la total igualdad; algo más se está consiguiendo con la mentalidad de los niños en esta materia.

Desde hace varios años el Colectivo de Mujeres viene celebrando el Día de la mujer trabajadora, con diversos actos como charlas, recital de poesías, canciones y fiesta, con participación de hasta un centenar de mujeres. El grupo más activo consta de unas quince, con un poder de convocatoria de unas cincuenta mujeres para los diversos actos que durante el año programan.

Temas como el aborto se plantean mejor cuando sucede aquí algún caso, que generalmente ha tenido que hacerse en malas condiciones y gran peligro para la mujer, o cuando sale en la tele algún programa llamativo. El tema del derecho a su propia sexualidad es prácticamente hoy intocable, por que todo lo de la mujer «está aquí más retrasado, por lo que se puede hablar algo de la homosexualidad entre varones pero no entre mujeres.

Cuando se convoca una reunión algunas vienen mirando la hora para no caer en falta en su casa, aunque hay quien tiene la conformidad del marido y otras que están más liberadas; las más jóvenes son las que suelen romper la timidez para hablar y hasta últimamente un grupo de éstas ha encontrado que la reunión de mujeres ha evolucionado poco.

La participación en los partidos es muy baja, aunque algunas han ocupado concejalías en el Ayuntamiento popular, pero generalmente se ha realiza bajo la tutela y dirección de los varones. Sin embargo en el ambiente cultural la mujer lleva a menudo la cabecera, sobre todo en las representaciones teatrales, donde a veces tiene que hacer papeles de varón por falta de éstos; este liderazgo de la mujer se ve más claramente en Almendral, especialmente entre la juventud; mientras se nota como un retroceso en los jóvenes y una vuelta al bar «como lugar del macho», la mujer no parece abdicar del derecho a salir, promocionarse y trabajar por los demás.

En los últimos años se hizo una encuesta a las mujeres del Municipio cuyos datos, aunque no están bien clasificados, revelan una falta general de preparación humana y cultural que le lleva a no tener conciencia de su papel de mujer y de su marginación, aunque ellas revelan su deseo de superar la situación decidiéndose a participar en más reuniones y en los esfuerzos de mejora del Llano, donde pueden encontrar mejores oportunidades de trabajo reconocen que la reunión de mujeres les da la vida y les comunica con los problemas de las demás y desean hablar de sexualidad, sanidad, alimentación y participación en los movimientos sociales.

La mujer es la que llena más asiduamente las misas dominicales, aunque tal grupo no suele ser el más activo socialmente. Aunque últimamente está algo decaído, el panorama del movimiento de mujeres de Zafarraya se mantiene con vida y constituye hoy motivo de esperanza para todo el Llano.

LAS SEMANAS CULTURALES

«Cada pueblo es la y los ideales que elige y cultiva», dice el lema de una de las Semanas que se han organizado en Zafarraya, porque aquí se entiende por la que el Pueblo es Capaz de crear. A finales del -82 se intenta hacer una organizada por la cultura, recogiendo y fomentando manifestaciones populares como el «Fandango del Llano», los Carnavales, la Candelaria con las «coplas de la viudita» o canciones de corro a punto de desaparecer.

De ahí surge la de la I SEMANA CULTURAL, del 9 al 11 de junio del -83, que sufraga el Ayuntamiento. Fue una semana de espectáculos traídos de fuera: recital de poesía, mesa redonda sobre «cultura popular», flamenco, cine, coros y danzas y un concierto de violonchelo; se inauguró la plaza «José Heredia», dedicada a la memoria de un gitano que vivió aquí mucho tiempo y que era herrero, pobre y honrado.

La II SEMANA, 14-20 de mayo del -84, sin faltar los elementos de fuera, fue más creativa: «para valorar lo que tienes y poder transformar lo que no nos gusta» dice su lema y hay grupos locales de danza, charlas sobre la ecología del Llano, concursos, la Brecha estrena «Bernarda Alba», etc.

La III SEMANA, 16-22 junio del -85, coincide con la feria chica y hay verbena popular y la gente prepara la «Zapatera prodigiosa» de Federico. En feria de agosto de ese año se presentó una maqueta del Llano con el laboreo de secano cuarenta años: yuntas, carros, eras y demás aperos que son sólo un recuerdo histórico.

La IV SEMANA se en noviembre del -86, en los días 20 al 30, porque junio es mes de intensidad de trabajo en los motores: hay gran participación infantil, abunda al cine, no falta el flamenco, se organiza un coro mixto que cantó a tres voces las coplas de la viudita; se representó «Yerma».

«Maribel y extraña familia» y «Fulgor y muerte de Joaquín Murieta» representados por grupos de fuera. Las Semanas Culturales describen claramente la trayectoria del pensamiento cultural del Colectivo de Zafarraya: sin despreciar la actuación de grupos de fuera, se promueve decididamente la cultura del Pueblo.

«Que sólo el Pueblo es la vida, que la vida sólo es fiesta cuando el Pueblo entero vive, cuando el Pueblo entero es libre y entero se manifiesta». ANÓNIMO (Programa fiestas agosto-1982)

LA ESCUELA DE ADULTOS

El fundamento de la Escuela de Adultos es toda la acción del Colectivo (salón parroquial, teatros, caseta popular¡ reuniones, etc.) que vertebraron una dinamización general del Pueblo como grupo de personas conscientes de su responsabilidad local y con un proyecto de funcionamiento de Pueblo que se va configurando a base de tiempo, trabajo, fidelidad y tanteo.

Después vino Radio Enseñanza ECCA que, a partir del contexto anterior, puso en marcha en varias ocasiones clases nocturnas para adultos, en la que destacaron especialmente algunas militantes, y cuyo fruto más destacable es que una mujer de Pueblo esté acabando hoy magisterio en Granada.

Para el curso 1983-84 la Consejería de Educación de la J.A. hace un convenio con el Ayuntamiento de Zafarraya, votado unánimemente por éste, por el que se conceden al Pueblo dos profesores de Educación de Adultos, cuyas plazas se cubren por concurso de oposición pública, y que han perdurado hasta el presente.

El problema del analfabetismo en el Pueblo se con los mismo, rasgos generales que en el resto de Andalucía; casi el 40% de mayores 10 años son prácticamente analfabetos, y de los mayores de 15 años, el 13,5% son analfabetos totales y el 31,1% analfabetos funcionales, o lo que es igual, el 44,6% son analfabetos prácticos, que impide a persona el desarrollarse y participar como tal en la un Pueblo.

El programa desarrollado en Zafarraya por estos dos ha abarcado el área académica en los tres niveles de alfabetización, certificado escolar y graduado, niveles que son prioritarios para el programa de Junta, y aún se podría decir que no está interesada en ninguna otra proyección que vaya más allá de estos niveles. Por esta razón últimamente ha puesto en duda la utilidad de la permanencia de los dos profesores en Zafarraya, dado que de hecho son pocos los alumnos que se ven motivados a la asistencia a estas clases, debido a su vez a la poca utilidad práctica que reporta en un medio rural el tener un título académico. Probablemente, pues, Zafarraya se quedará sólo con un profesor a partir de ahora.

Sin embargo, la situación de nuestros pueblos andaluces, y de Zafarraya como municipio en concreto, es la de ese cuarenticinco por ciento de analfabetos funcionales, muchos de los cuales hasta saben deletrear, pero no entender una lectura, clasificación en la que entran algunos grupos dirigentes locales; esa masa de gente que va de los 25 a que aprendieron a leer en la EGB, pero que han perdido de hacerlo; los que no se enteran de un periódico y, en consecuencia, tampoco se interesan por leerlo; que sólo leen una novela policíaca y el libro de auto-escuela si llega el caso.

Frente a este panorama cultural, el Centro de educación de adultos de Zafarraya ha organizado un programa completo que contiene estos cinco puntos:

  • Ofertar los tres niveles académicos que la Junta exige, para aquellos que se inscriban;
  • un plan de reanimación en la lectura que capacita a muchos que no están matriculados en los niveles anteriores para entender la lectura, interpretar el mundo en que viven y saber criticarlo:
  • la promoción cultural general de este amplio número de asistentes con actuaciones teatrales, deportistas, gimnasia de mantenimiento, canto, trabajos manuales de macramé, etc.
  • talleres varios de adiestramiento en mecanografía, corte y confección, guitarra, manualidades, publicaciones, y cursos sobre salud, consumo, contabilidad, etc.
  • fomentando prácticamente el compromiso social para la transformación del mundo en que viven, de modo que toda la formación antes explicada termine en un cambio social para el Pueblo.

Este «proyecto de Pueblo» no es fácilmente cuantificable en número de alumnos, ni siquiera de asistentes, a cada cursillo u actuación teatral o excursión o reivindicación popular, porque es una tarea más amplia, cuyos efectos no se pueden medir con exámenes ni testes, pero se aprecia en la promoción social de todo un Pueblo, conforme a aquello de que «no es posible una formación correcta de adultos si está desligada de la lucha y el cambio», puesto que su ámbito no son sólo las «nociones» sino las «condiciones» de vida, así como saber relacionarlas, a través de la cultura, con las posibilidades de transformación de las mismas».

En poco tiempo Zafarraya está recogiendo ya los frutos de esta amplia labor del Centro de educación de adultos, cosa que se vio refrendada por la celebración en el Pueblo de las III JORNADAS DE EDUCACIÓN DE ADULTOS DE ANDALUCÍA, que se celebraron en 1986, con el total apoyo del Ayuntamiento popular y abstención de la Junta de Andalucía.

La labor de adultos no se ha circunscrito al Pueblo, sino que se ha extendido a la juventud de toda la comarca, celebrando durante quince días en el -84 los I JUEGOS JUVENILES COMARCALES, con participación de cientos de jóvenes y actuaciones en diversos puntos de la Comarca, con apoyo del Ayuntamiento y la Diputación. Últimamente ha promovido y celebrado también el I ENCUENTRO COMARCAL Y JUVENIL, con asistencia de 100 jóvenes de veinte pueblos de la misma y un apretado programa, resultando en la organización de una coordinadora comarcal que tendrá a su cargo la organización de diversos eventos para el próximo curso, todo ello también con el apoyo total del Ayuntamiento de Zafarraya que ofreció el colegio con todas sus facilidades, la comida y el transporte de algunos más remotos.

En resumen, el Centro de educación de adultos de Zafarraya entronca con toda la labor del Colectivo, la ha vertebrado con una enseñanza reglada y la ha transcendido al mismo tiempo con un programa de social y-compromiso humano que va más allá de los límites municipales.

Pero aún hay más: hoy el Centro, a pesar del embate institucional, está en condiciones de organizar una cooperativa social, estructurada dentro del plan del mismo, que una la experiencia comunitaria a la dinamización de programas para el Pueblo, para lo que prepara un proyecto concreto a someter al Ayuntamiento, a la Junta y a las cooperativas de Zafarraya, de modo que la Educación de adultos venga a ser la obra de todos en un programa canalizado a través de esta cooperativa.

«LA BRECHA»

Es un asociación ya veterana porque arranca de la misma movida sociocultural, y al mismo tiempo nueva porque se ha renovado últimamente; ha buscado siempre descubrir «el sentido de la vida local» y activamente en ella para reorientar su crecimiento ya que la vida del Pueblo, de no cuidarse, puede crecer de un modo meramente vegetativo y autómata que llega en lo académico a la enseñanza obligatoria como máximo, y en lo laboral puede terminar en la emigración, por enumerar sólo algunos problemas locales.

Comenzó hace tiempo con Rosa María, la maestra del Almendral, y con un modelo organizativo en el que cupieran todas las personas interesadas en enriquecer el nivel cultural de la gente. Los objetivos eran y analizar las necesidades culturales del Llano, coordinar los diferentes esfuerzos individuales y de grupo, ofertándoles al mismo tiempo una planificación colectiva, con vistas a la elevación cultural de toda la población.

Ha organizado las Semanas Culturales a partir del año 1983 con la participación de otros grupos y de mucha gente del Pueblo; ha puesto un énfasis especial en las representaciones teatrales, cuyo culmen fue «La casa de Bernarda Alba» de Federico García Larca; también en ese año -83 se comenzó a celebrar el Día de la Mujer Trabajadora, que no ha cesado de conmemorarse desde entonces como jornada de lucha; ha conseguido recuperar el Carnaval, no s6lo como tradición socio-cultural casi adormecida, sino como buena convivencia y creativa para sensibilizar la opinión pública; y ha colaborado en todos los concursos literarios, poéticos, exposiciones, venta de libros, Fandango del Llano, el coro que fue al comienzo sólo femenino y de voces mixtas después y ha recuperado las «coplas para el folklore popular.

Hoy la Brecha padece el mal del «barullo de objetivos» del resto los grupos sociales locales, por la misma complejidad de los problemas, por no delimitar bien las prioridades; y funciona deficientemente en las vocalías yen el nivel de revisión; un problema principal es también la ampliación de la base popular; tal vez el signo de su recuperación puede ser la revista que edita con ese mismo nombre y de la que han aparecido ya dos números, el último para preparar las elecciones, que contiene una encuesta a todos los partidos que concurren al certamen municipal, a la que por cierto sólo contestan dos de ellos. La revista mejora su presentación con cada número y es una esperanza, junto a la Asociación, del renacer de una cultura popular.

RADIO LLANO

Desde hacía tiempo el grupo sentía la necesidad de tener una emisora local para comunicarse con el Pueblo, divertir e informar. La primera se monta en Almendral en el -85 con un programa esporádico de música y comentarios, trasladándose después a la Isla, donde decayó a pesar de estar más cerca del personal cualificado.

Más tarde, el Centro de Adultos consigue una asignación de 3 mil pts. del Ayuntamiento para reflotar el proyecto, eligiendo una coordinadora y con programas como el informativo, «el pulso», música clásica, «infantil», «mujeres en antena», «madrugada» y «mediodía»; el objetivo es que el Pueblo tenga información de lo que pueda interesarle y, al mismo tiempo, que la gente pueda informar, expresar y comunicar sus ideas y proyectos; quería también que la radio fuera un lugar de encuentro para la juventud y otros sectores, e instrumento de organización y realización de programas. Tuvo entonces dos etapas, una de euforia y manejo masivo, y otra de calma y manejo más selectivo. En la primera etapa la emisión comienza a mediodía y dura hasta las 2 de la madrugada; el informativo da noticias nacionales y extranjeras que se comentan, cosa que a la larga resulta difícil por falta de preparación y-tiempo. El noticiero local duró más tiempo, y se constató que era muy interesante por tratarse de noticias cercanas; contenía, además, charlas sobre talleres, problemas con la oficina de empleo, plenos del Ayuntamiento, paz y desarme, etc. El programa «el pulso» hacía entrevistas a personas públicas del Pueblo para conocer su actividad y acercar la sanidad, la enseñanza, la cultura, los servicios, el Ayuntamiento, etc.

Por la tarde entraban los críos con titulares como «gente menuda», «los loquetes», «el programa loco, de todo un poco» que, con sus poesías, concursos, premios, canciones, etc. conseguía que los niños se agrupasen e hiciesen amistad pues ellos mismos lo preparaban; pero actualmente sólo queda un programa infantil.

«Mujeres en antena» sale todavía una vez a la semana por una hora, para concienciar a la mujer y trata sobre las tareas domésticas, la mujer en el carnaval, en los puestos de responsabilidad, la fiesta del trabajo, el 8 de marzo, el machismo, violaciones, salud, nutrición, etc., biografías de mujeres como Mariana Pineda y Lidia Falcón, y entrevistas a las mujeres que trabajan en el campo o a madres solteras.

Los programas de fines de semana eran casi exclusivamente dedicados a juventud y música joven, clásica, flamenca.

La segunda etapa la radio fue de selección de equipo, ya que la gente produjo deterioro en las instalaciones y pérdida de calidad; se compró pletina, mezclador y un plato nuevo; se conecta con Radio nacional, pero desaparecen programas y aparecen «amigos de la noche», «cooperativa el Polje» que trató temas como la emigración, la marginación social, deporte, día de la república, etc. Las mujeres fueron las más constantes y por esto mejoraron en programación; el programa «un tema a debate» despertó interés con el autoempleo, tema que tiene garra aquí.

Aunque una encuesta mostró que la audiencia era mucha, sobre todo entre la gente sencilla, la radio viene arrastrando la vida más que viviéndola menos aún dirigiéndola, aunque en los últimos tiempos se hace un esfuerzo por su reflotación.

LOS JÓVENES DE HOY

La juventud trabaja principalmente los motores, pasando en paro los meses de invierno, en pre-calentamiento la primavera y super-ocupación el verano; son ellos los que apoyan más decididamente los cambios tecnológicos en la agricultura, aunque la decisión corresponde aún a los padres.

Algunos acuden a la Escuela de Adultos para el Graduado escolar o los cursos de INEM sobre cooperativas o apicultura, pero se retiran pronto porque no ven perspectivas concretas de trabajo. La mayoría sin embargo vive bien si tiene acceso al subsidio de desempleo pero sienten el desencanto de «estar metidos en ese rollo y jubilados con veinte años». No existe la emigración salvo en casos particulares.

La formación cultural entre los jóvenes obreros es escasa, la mayoría no es capaz de leer un libro, a no ser «una novela policíaca o el libro de la autoescuela»; no obstante algunos intervienen en las actuaciones teatrales y en general tienen un tono de inquietud cultural que, si bien no les conduce a nada concreto, es un fundamento bueno para desarrollar entre ellos alguna acción social.

Los jóvenes que estudian acuden a Alhama a diario, la mayoría a BUP y el resto a FP; algunos estudian en Archidona o en la universidad. Se sienten bastante unidos al ambiente del Llano porque reconocen que pueden estudiar gracias al trabajo de los suyos en el mismo, y porque ellos tienen que emplearse a fondo en los motores durante el verano. Pero no ven fácil la posibilidad de quedarse en el Llano y aplicar aquí el fruto de sus estudios, aunque alguno lo ha conseguido y otros lo han intentado.

El carácter general de los jóvenes es abierto, educado y fácil a la conversación; pregunté un día a un grupo de mozalbetes: «¿A dónde van los chorizos de Zafarraya?», y replicaron con gran naturalidad: «Los chorizos de Zafarraya se van a comer». Pero pasan de grandes preocupaciones, ocupan sus ratos de ocio «bacilando de ligues y tías» en rollos imaginarios situados generalmente fuera del Pueblo, corren de un sitio a otro luciendo la potencia de sus motos, no les falta dinero en el bolsillo aunque lo usan sin ostentación.

Apenas existen diferencias entre los jóvenes de las distintas clases sociales, pues el Llano es como un circuito cerrado; las salidas fuera del mismo para divertirse son escasas, y se limitan a las ferias cercanas, las escapadas a la playa, difíciles por estar en plena campaña; se apiñan en los pubs del Pueblo, intercambiando visitas a las discotecas del Llano.

En medio de esta atonía se nota una preocupación social e interés por los temas culturales que facilita la conversación; son incluso avanzados en criterios y generalmente se proclaman de izquierdas, sin poder precisar acciones concretas, a no ser el recuerdo recibido de la «guerra de las lechugas».

Les gusta discutir de política y temas sociales, pero no suelen mostrarse agresivos, salvo algún incidente futbolístico sin trascendencia. La militancia en partidos y sindicatos es más bien escasa; están contra la Mili pero no desarrollan acción alguna en contra, ni están afiliados a la objeción de conciencia; tampoco existen en las paredes letreros de «vivan los quintos de tal año», lo que dice mucho en su favor.

La droga no tiene caracteres alarmantes, siendo lo más común el porro, aunque para alguno se añade al tradicional alcohol; el joven porrero suele ser más comunicativo y alegre que el que abunda en alcohol, y participa más en la asociación y el deporte. Los mayores suelen concentrar en el porro todos los perjuicios que tienen contra los jóvenes en general.

La mayoría de la juventud pasa de religión, una minoría incluso la conidera «opio del pueblo», otra minoría está ligada a ella, especialmente muchachas y adolescentes. Pero tampoco en esto hay un planteamiento demasiado reflexivo, pues confiesan que luego muchos terminan entrando por el aro de los ritos religiosos.

El nivel de delincuencia es prácticamente nulo, atribuyendo los casos a chorizos de fuera. La relación entre los sexos pasa por normal en cuanto a conversaciones, reuniones y participación en la movida social, incluso ellas se muestran más activas que los varones en algunas instancias; no aceptan que exista el machismo, pero espontáneamente juzgan normal que los varones jueguen al fútbol mientras las hembras pasean; saben que adolecen de falta de formación sexual y de tolerancia para otras opciones sexuales diferentes.

Apenas hay relación e interés hacia los adolescentes, que se sienten postergados por los mayores, de los que esperan un apoyo a su necesidad de asociarse. No suelen salir de excursión a las sierras, lo que quizá se debe a su mucha permanencia en el campo.

Los jóvenes mayores han intervenido bastante en la movida social y mantienen el ideal y la tradición de un compromiso social que comunican en parte a los más jóvenes en sus conversaciones. Hoy renace de nuevo este ambiente juvenil, están dando los pasos para su institucionalización, con vistas a participar en la subvención oficial, y se puede considerar un colectivo abierto y bien dispuesto para dar su apoyo a la acción social.

EL FANDANGO DEL LLANO

Aunque ha sido el Colectivo el que tiene el mérito de haber rescatado el Fandango, que estaba a punto de perderse, es bailado y cantado por un numeroso grupo del Pueblo. El Fandango se remonta a los orígenes de la repoblación del Llano en el Se XVIII, echando sus raíces en los tiempos en que el Polje era una dehesa de pastores.

Una vez rescatado, se ha bailado principalmente en las ferias de agosto o en la de los emigrantes, siendo costumbre que cierre las fiestas; hoy la gente joven lo está aprendiendo y el Centro de Educación de Adultos lo ha tomado como extensión cultural.

Es un baile de cortijeros, ocasión de relaciones sociales y amorosas entre los llegados de Alhama, de Alfarnate y la costa malagueña, de donde le viene su parentesco con los verdiales. Los primeros instrumentos de acompañamiento fueron las carrañacas de madera de encina, el almirez, el triángulo y la botella, a los que pronto se añadieron los de cuerda.

Estando el Llano casi a 1.000 m. de altura, el húmero o chimenea era el sitio reservado a los músicos; junto a ellos estaban las mozas; lo normal era que se juntaran más varones que mozas porque ellos siempre gozaron de mayor libertad de movimientos. El baile empezaba con una pareja y, cuando por otro mozo solicitaba, se retiraba el primero, bailando así con la misma moza varios varones hasta que la moza rendida se dirigía a la orquesta con las manos extendidas solicitando que terminara aquella actuación. Con la salida de una nueva moza se repetía el ciclo hasta que todos hubiesen bailado. Se bailaba por parejas, con soltura pero «mu arrimaos», como si la mujer quisiera escaparse y el hombre la enredase entrelazándola con sus brazos, pasos y saltos; a veces también se ha bailado en grupos, pero excepcionalmente, porque resulta difícil unificar y acoplar la espontaneidad y heterogeneidad de los bailaores. Tiene una variedad en el llamado «baile del zángano», que es la réplica masculina al lucimiento de las mozas: un hombre, el mejor bailaor, se pavonea dándole baile a dos mozuelas a la vez, aumentando la emoción conforme ambas simulan pretenderlo.

Al «final de la fiesta», que así se llamaba el Fandango, solían hacerse una serie de juegos, como el de las prendas, el espejo, la gallinita ciega, etc., que prolongaban los escarceos amorosos hasta el amanecer.

Con la desaparición de la vida cortijera el baile fue decayendo, pero el Fandango ha perdurado en algunas familias de tocaores, cantaores y bailaores, a los que Zafarraya ha rendido homenaje público.

LETRAS DEL FANDANGO Adios, Zafarraya alegre, puerto de la Alcaicería, Casilla de Palomeque donde yo me divertía. Camino del Colmenar corté una vara en la Umbría y, acordándome de tí, la vara se florecía. Con ésta, y no canto más porque me voy a dormir, que tengo la cama hecha y pilla lejos de aquí.

MARTÍN, MARTÍN… Y LAS VISITADORAS

También produjo el Colectivo su especial literatura de la que ofrecemos aquí una página de la revista JUVENTUD:

«Aquí están los caracteres, las terminaciones y los cómodos infinitos abusando de los diccionarios. Ahí, enfrente, el bodrio de siempre, bombardeando con sus bocadillos de pensamiento y su insulto hieratismo las mentes podridas de colesterol y de fantasía ametrallada. Lo triste está en que las manos ágiles de la marioneta no vacilan en su vesanía nocturna y enloquecedora. Los grafistas lo expresaron repetidas veces. Y te alusionan a los tropos más plásticos con su ingenio característico. Pero ahí está, ofensivo, retador, y es que si le dedicas un viaje de ladrillo se te van al caraja el valor de cambio de casi un mes de ejercicio. Y la leche, cada vez que lo miras se te crece con impúdico desdén, con altanería y desprecios. Y uno se jode y se larga cargando tetas, como desposeído de una carga de sosiego. Posiblemente te apalanques en una barra… No; es inevitable. Definitivamente hay que destruirlo. No tenéis más que miraros a la cara para descubrir su alcance. A veces vemos con amargura que somos nosotros mismos. Es imposiblemente nuestro evitarlo. Todo en una cadena de familiaridades. Un solo elemento puede relacionarte con la complejidad del sistema. Y, si te cuidas, vomitas con insistencia hasta el agotamiento. Si no lo haces, será inevitable apreciar una desnaturalización (esto no tiene ninguna relación con la industria de la conciencia), un anodo-catodicismo permanente, un ataúd de cristal en da resuelta y, posiblemente, perjudical». M.I.

La Guerra de las Lechugas

EL PROBLEMA DE LA HUERTA

En la «movida social» de Zafarraya la llamada «guerra de las lechugas» o «lucha verde», que se desarrolló a partir del año 1977, fue la acción más importante porque supuso la práctica movilización total de los tres pueblos del Llano: Ventas, Zafarraya y Almendral.

El 70% de la producción de lechugas, alrededor de unos 20.millones de unidades, van para el consumo de la zona turística de la Costa del Sol, y el resto a mercados de Granada, Córdoba, Sevilla y otros aún más lejanos. La comercialización, como puede suponerse, ha sido siempre el problema capital en la lechuga, como lo ha sido para el resto de los productos de la huerta. En los años en que se vendieron bien no hubo manera de poner de acuerdo a los productores, pero en ese año hacía ya varias temporadas en que se sentía de un modo pesado la presión a la baja por parte de los intermediarios.

Y no es que hubiera problema de superproducción, porque 20 millones de unidades de lechuga, repartidas entre mayo y septiembre entre dos millones de consumidores permanentes en la Costa del Sol, y sin entrar productos de otros sitios en aquel tiempo constituyen una proporción adecuada a las necesidades del mercado. Es cierto que influyó en el problema la caída del turismo, pero lo que lo provocó directamente fue la falta ficticia de demanda por parte de los intermediarios, que la pagaban a 0,80 y 1,00 pt. la unidad y cuando les parecía acercarse a comprarlas. A veces los intermediarios compraban a mitad del ciclo de cultivo y esto, aunque aseguraba la compra, rebajaba aún más el precio ofertado. Estas apreciaciones estaban en el ánimo de todos los productores y eran bien conocidas por toda la gente del Llano que, de forma directa o indirecta, no tienen otros recursos sino los de su tierra.

La comercialización hace pasar a la lechuga por una serie de filtros que encaren su precio hasta llegar al consumidor; una lechuga pagada, por ejemplo, a 1.00 pt. es comprada a 20 pts. en un mercado que está sólo a 50 kms. del sitio de producción, lo que supone una aberración comercial y necesariamente lleva a descubrir que no es que disminuye la demanda del consumidor sino que se está practicando el encogimiento artificial de la demanda para manipular el precio.

En el verano del 76 los precios habían bajado hasta 0,80 pt. la unidad que se vendía a 30 pts. en el mercado; las 1.000 Has. de lechugas que se sembraron ese año resultaron a 1.50 pts. de costo (agua, gasóleo para el motor, faenas, abonos, fitosanitarios, recolección, etc.), percibiendo sólo 80 céntimos, es decir, sin cubrir gastos, y lo mismo vuelve a suceder en el 77.

PREPARATIVOS PARA ACTUAR

Desde hacía varios años el Colectivo de izquierdas venía madurando la idea de hacer algo con este problema, calentando el ambiente con una serie de cartas a la prensa explicándolo a la opinión pública. Por su parte, los productores más fuertes no supieron advertir este precalentamiento del ambiente de los productores más pequeños, pero socialmente más preparados, y celebran dos asambleas en el -77 para resolver el problema con unos criterios meramente economicistas, que favorecían a los más potentes aunque también beneficiarán al resto de los productores; ambas asambleas fracasaron porque su única preocupación era levantar el precio a base de remedios puramente externos al proceso, como el exigir a la Administración que interviniera. A la vista del fracaso deciden conversar directamente con los del Colectivo buscando su apoyo; éste sin embargo consideró que no había madurado suficientemente el ambiente y resistió la invitación; por otra parte, el Colectivo consideraba que no se podía convocar otra asamblea diferente para el mismo tema, pues hubiera generado una guerra entre los productores; se imponía por lo tanto hacer una convocatoria unitaria.

Con estas circunstancias y la decisión del Colectivo de participar, los productores más fuertes convocan de nuevo la asamblea, esta vez con asistencia masiva de los productores; los convocantes reiteraron las propuestas de solución de las dos primeras asambleas, pero no tuvieron eco en el ambiente general, proponiendo entonces el Colectivo el programa que venía madurando desde hacía tiempo: un plan de reforma total de la producción y comercialización de la lechuga y en todo el Llano, que estaría apoyado por una huelga general de jornaleros, medianeros, productores, comerciantes y población, y por un boicot absoluto a la salida de lechuga, hasta que la asamblea general del Llano decidiera cómo organizar su producción y comercialización.

El plan del Colectivo respondía al siguiente esquema:

-unos objetivos claros a conseguir que, a corto plazo, eran defender la cosecha de ese año, que ya se comenzaba a echar al ganado, y que constituía un objetivo fácil de ser comprendido por todos y que, de ser conseguido, su éxito animaría a proseguir la acción; a medio plazo era la organización de todas las cosechas de la temporada, reorganizando su plantación para recogerlas escalonada y organizadamente, y a largo plazo, la comercialización directa de todas las lechugas del Llano;

– La fuerza humana con la que se podía contar, que consistía en la práctica totalidad de los productores y la opinión pública del Llano, afectados todos por el problema hasta el cuello, y que se veía favorable.

– Los factores de presión a manejar, como cortar inmediatamente el suministro de lechugas a la Costa del Sol, para presionar al consumidor e intermediarios, y la propaganda en los medios de comunicación para presionar ante el público general.

La primera asamblea masiva de productores de todos los tamaños y tendencias ideológicas de los tres pueblos se tuvo el jueves 14 de julio de 1977 en el cine Palma, cedido gratuitamente, debido en parte a lo popular de la situación; era el sitio adecuado para que 400 personas pudieran estar sentados a gusto e intervenir con comodidad; pero la segunda asamblea se tuvo que tener en el Paseo al aire libre, porque la presión en contra del entonces Ayuntamiento franquista reforzaba en algunos el «complejo de ilegalidad» que la movida llevaba por el hecho de ser un movimiento espontáneo de la gente, de no haber pedido permisos de reunión y de estar implicada además toda la izquierda; la iglesia ni se solicitó ni se usó, a pesar de ser ofrecida por el párroco; pero el éxito de la acción fuerza a volver más tarde al cine, porque el paseo no tenía las más mínimas condiciones de acomodo del personal y de audición que lo multitudinario de la asamblea requería, pese a lo cual la organización y la disciplina fueron ejemplares.

A partir de la primera asamblea no se permitió que los compradores «lechugueros» en el argot popular, cargaran el producto, estableciendo la Comisión Gestora un control de vigilancia con el apoyo de los tres pueblos, control que resultó tan efectivo que una furgoneta cargada de lechugas y enviada por la Comisión a través de caminos de montañas precisamente para probar la efectividad de los controles, no pudo salir del Llano siendo detenida en los sitios más insospechados de las sierras. Este boicot a la salida del producto produjo inmediatamente la reacción del mercado; la escasez subió el precio de la lechuga en Málaga a 50 ptas., cuando 20 ptas., era el precio de especulación.

Se organizó el corte de los «roales» o lotes listos para la corta, decidiendo algún productor no cortar sus lechugas a pesar de tenerlas vendidas a 3 ptas., precio altísimo en comparación con la media peseta que se estaba pagando entonces. Se enfrentó el problema de las unidades que se subían y quedaban por lo tanto fuera de la comercialización, cosa que ya sucedía con muchos miles de piezas: se discutieron los detalles de la nueva comercialización; se organizó una «marcha sobre Málaga» para dar a conocer el problema a las autoridades y a los consumidores», y se articuló la «huelga general del Llano» con la participación de comercios, talleres, colegios, etc.

LA UNIÓN DE AGRICULTORES

En las asambleas de los días 15 y 16, viernes y sábado, se perfila la normativa básica por la que se regirá el organismo que surge de esta movilización general y que se llamará «Unión de agricultores hortelanos del Llano de Zafarraya», con el objetivo principal de la comercialización del producto, pero adoptando medidas de producción, que fueron aprobadas por aclamación asamblearia y que contenía los siguientes puntos:

1. La Unión planifica la producción de lechuga en todo el Llano, distribuyendo los «roales» de siembra y controlando su venta.

2. Se elige una Comisión provisional que examina los roales que necesitan un corte inmediato del producto.

3. Se fija el precio en 4 ptas., unidad en el campo.

4. Fija el porcentaje de piezas inutilizadas para la venta, determinando la indemnización que el productor percibirá.

5. Organiza los roales a ser cortados y los criterios de prioridad.

6. Terminada aquella remesa de lechugas, la Comisión fija un precio global de 5 ptas., para los roales que se corten hasta el 15 de septiembre, precio modificable según circunstancias.

7. Después de la operación de la primera remesa, se elige una Comisión definitiva con cargos de junta directiva.

8. Ningún comprador podrá adquirir un roal si debe dinero a otro productor (para evitar el impago de deudas anteriores a la movida).

9. El producto lo vende la Comisión y no el productor.

10. El comprador efectuará el pago completo del roal en el momento de adquirirlo en metálico o cheque.

11. El pago se hará al representante de la Comisión que esté presente.

12. Se le dará al comprador comprobante de pago inmediatamente.

13. El productor percibe de inmediato el 50070 del importe de la venta del roal, pasando el resto a la Unión que, terminada la campaña, repartirá equitativamente entre los roales vendidos y no vendidos, fijando la clase y el precio.

14. El productor que compre sus. propias lechugas y las comercialice abonará el 50% en dos plazos: el primero en el acto de la compra y el segundo al cortar la cuarta parte del roal.

15. Todos los roales son considerados de una misma clase y calidad a efectos de comprador, pero la Comisión fijará el porcentaje de descuento por falta de calidad y otros cuidados.

16. La lechuga de calidad que se deteriora y que es rechazada por el comprador, después de ser revisada por la Comisión, entrará en el reparto con la no vendida y tendrá el descuento mínimo normal.

17. Quedan libres de normas y derechos las lechugas que se corten después del 15 de septiembre.

18. El productor que desee sembrar lechugas de planta antes del 15 de agosto deberá solicitarlo a la Comisión que decidirá previo informe de la Comisión de ventas.

19. Si alguno vende total o parcialmente un roal considerado por la Comisión como para ser destruido, perderá el derecho a entrar en un reparto posterior, llevando además una sanción.

20. Se instala un buzón público para sugerencias y denuncias de infracciones.

21. Se fija un porcentaje por lechuga para gastos generales.

22. Se elige una Comisión más amplia, dado el volumen de la tarea organizativa.

23. Cada 15 días, y cuando se estime, se convoca Asamblea general.

Varios de estos puntos son de difícil comprensión para los que no están familiarizados con el proceso de producción y comercialización de un producto tan frágil y perecedero como es la lechuga, pero se han puesto aquí para que den una idea de lo complejo de la organización, el esfuerzo que supuso y la unión tan fuerte que respaldó la acción.

Sólo se reguló el tipo de lechuga «corta», llamada malagueña por venderse en la Costa del Sol; la lechuga del tipo «larga», que doblaba la cantidad del producto, se dejó libre al principio porque se producía en menor cantidad y no influía tanto en la comercialización de la producción global, pero era obligatorio llevarla a otro mercados como Sevilla, Almería o Madrid.

MARCHA SOBRE MÁLAGA

Asegurada la organización de la producción y comercialización de la lechuga, se organiza una acción masiva, llamativa y eficaz que diera a conocer a la opinión pública, sobre todo malagueña, la decisión del «Llano unido», obligue a intervenir a las autoridades, recabe el apoyo de los consumidores y pare en seco a los intermediarios; así se organiza para el miércoles 20 la marcha verde sobre Málaga. Ese día se coloca una gran pancarta y un camión de lechugas en el Boquete, límite de provincias, lechugas que se reparten tan gratuitamente a turistas y comerciantes, que dan la razón a los manifestantes y aceptan gustosos el bosequio, aunque algunos intentan pagarlos dejando el dinero el dinero en el suelo pero se le recoge y se devuelve al donante; al mismo tiempo se le explica el problema de la lechuga.Dos días antes de la marcha algunos del Colectivo, un tanto a escondidas, bajaron a Granada y Málaga para apercibir a la prensa, radio y televisión, con vistas a la resonancia y apoyo. Por fin ese día sale el grueso de la pacífica marcha para Málaga, a las 6 de la madrugada, en 20 camiones y furgonetas, cargados con 40 mil lechugas, en tres autocares y casi todos los turismos de los tres pueblos, acompañados por el cura y el médico, pero no por el alcalde.

Llegados a Málaga se establecieron en el Paseo frente a Correos, Ayuntamiento y Gobierno Civil, y en el Mercado central, desplegaron sus pancartas y explicaron una y mil veces los motivos de su presencia. Las pancartas tenían eslóganes y mensajes como:

– «Tenga, para que sepa que nos pagan menos de una peseta por una lechuga, y que en los mercados de Málaga la venden a 20 ptas».

-«¡Justicia para las lechugas: 1 pt. en la tierra, 20 pts. para el consumidor. Fuera los interrnediarios!».

-«¡Justicia para las lechugas. Eliminemos a los interrnediarios!».

-«¡El Llano unido jamás será vencido!».

-«¡Usté come lechugas; nosotros cultivándolas, no podemos comer».

-«Precios buenos para el productor y justos para el consumidor».

-«El Llano de Zafarraya defiende sus lechugas».

-«Al campesino engañan, al consumidor estafan».

-«Nuestra protesta es pacífica, nuestra situación violenta».

-«Estamos cansados de que pongan precio a nuestro trabajo».

Todo era movimiento, explicación, ajetreo, bulla, entusiasmo, esperanza; el médico insuflaba sprays continuamente a las gargantas. Y allí permanecieron hasta las 2 de la tarde, y por allí pasaron miles de personas que se paraban para oír las explicaciones de los llaneros; por allí pasaron la prensa de Granada y Málaga, los políticos que, por cierto, despertaron de momento el recelo de algunos que decían: «como éstos se metan por medio nos dividen y nos hunden».

Que los productores más fuertes no creían en el éxito de la movida popular lo prueba el hecho de que varios de ellos no estuvieron en Málaga, temiéndole además a la represión pues no se había pedido permiso para la acción. El Colectivo, sin embargo, había preparado bien el capítulo de la propaganda: un periodista de IDEAL, Antonio Ramos, estuvo presente en las primeras asambleas en Zafarraya y les acompañó en la marcha a Málaga; la radio estuvo informada puntualmente de las mismas y hasta la TV vino al Pueblo (entonces no existía aún Telesur).

Una comisión visitó a las autoridades de Málaga: la primera visita fue al Mrio. de Agricultura donde «no nos hicieron ni caso», según atestiguan los emisarios; el delegado malagueño, al igual que su colega de Granada, no tenía ni idea del problema de la huerta, tal que alguno de los del Pueblo bajaba las escaleras bromeando: «sr. Delegado ¿los pimientos se abarean?». El Gobernador Civil ofreció ayuda «reconociendo que no había derecho a que se cometieran esos abusos, pero que el problema residía en la falta de unión de los productores del Llano». En el Ayuntamiento fueron recibidos por tres concejales, a los que se pidió garantías y facilidades a corto plazo para romper el monopolio de los intermediarios, vendiendo las lechugas directamente en el mercado de mayoristas y aún en la calle si los lechugueros cortaran el precio fijado por la Comisión o compraran a «cámara lenta»; los concejales aceptaron que el producto se comprara en la tierra a 4 pts. y se vendiera al consumidos a 7 u 8 si se comercializara directamente, y a 10 pts. caso de intervenir el intermediario; si los lechugueros no quisieran cargar el producto los productores avisarían al Ayuntamiento malagueño y se haría la venta directa. En realidad, la promesa de la autoridad municipal era mera concesión a la presión sin voluntad política de efectuarla, pues no llegarían a enfrentarse con las organizaciones malagueñas de mayoristas y minoristas, de modo que lo único que se conseguía con aquello fue que el Ayuntamiento llamara al orden a los intermediarios facilitando así el camino para que entraran por las condiciones que la Unión ponía.

Terminadas las entrevistas y la mañana, la caravana de la «marcha a Málaga» recorrió las calles del centro, acompañada por la Guardia municipal, así como algunos barrios populares como la Palmilla, donde la gente decía: «hace dos años que no podemos comprar lechugas porque no podemos pagar cinco duros por una»; la gente leía con atención las octavillas de explicación y en varias ocasiones aplaudieron a los manifestantes. Hacia las 6 de la tarde, cansados y roncos, regresaron al Llano repitiendo «¡como el Llano no hay ninguno!», fueron recibidos por los de sus pueblos que se habían tenido que quedar «cuidando el bagaje» y juntos hicieron una manifestación desplegando las pancartas Que habían llevado a Málaga. En la asamblea de la noche en que se hizo esta marcha se levantaron los peones de la huerta y exigieron tener participación en los frutos económicos de la «guerra de las lechugas» puesto que ellos estaban participando también en la movida y apoyando todo el programa; se aceptó, no sin dificultades, la sugerencia y se subió el jornal de 500 a 700 pts.; en la misma asamblea se elige la Comisión definitiva y se envió 100 mil pts. a los damnificados por las inundaciones de Valencia.

La Comisión o Junta Directiva estaba compuesta por 15 personas: 6 de Zafarraya, 6 de Ventas y 3 de Almendral, convocándose asambleas periódicas conforme los asuntos lo exigían.

Los Ayuntamientos de la zona (Zafarraya y Alhama-Ventas) se inhibieron del proceso pero no dejaron de prestar una amenazadora vigilancia al mismo que sólo la decisión popular pudo vencer. Los «mercos» de Málaga y Vélez ignoraron al principio el problema, pero la «marcha a Málaga» les impresionó y ofrecieron colaboración, cosa que influyó en la buena acogida por parte del Ayuntamiento malagueño; los partidos y sindicatos trabajaron dentro de la masa, respetando el movimiento popular y sin intentar monopolizarlo; el Mrio. de Agricultura de Granada, pasada la marea, escribió a la prensa afirmando «que había seguido el problema, pero que eran los agricultores los que tenían que solucionarlo», cosa que ellos habían hecho antes de que el delegado lo escribiera. El Pueblo elogió a la prensa por la labor realizada, destacando IDEAL de Granada, que dedicó reportajes varios días, SUR y SOL de Málaga que ofrecieron amplios reportajes de la marcha, TVE y las revistas TRIUNFO, MUNDO OBRERO, VIDA NUEVA, TIERRAS DEL SUR Y NEWS WEEK que más tarde se hicieron eco del problema.

ANÁLISIS DE LA EXPERIENCIA

La «guerra de las lechugas» no tuvo un planteamiento meramente economicista del problema, y que era con lo que algunos se contentaban, sino que pretendía la unión social de todo el Llano en una cooperativa de producción y comercialización que transformara la vida económica y social del Polje, independientemente de que tal fin se consiguiera o no en la prácticas En su realización, sin embargo, sí se consiguieron otros objetivos sociales más pequeños pero no menos importantes, como el reparto de la producción de lechugas por familias y no por fanega de tierra; por ejemplo, el asignar un cupo de 40 mil lechugas a cada fanega hubiera ignorado el fenómeno social de los medianeros sin tierra; por esto se asignó un cupo de 60 mil lechugas a cada familia productora, cantidad que puede rendir 1 1/2 fanega de tierra y que es la que suele tomar a medias una familia no propietaria.

La movilización y compromiso de los tres pueblos del Llano, a pesar de las diferencias que los caracterizan, fue un hecho social sin precedentes y de la gran trascendencia, que supuso la maduración del Colectivo que fue su alma inspiradora y organizadora, y que logró imprimir en las gentes del Llano la persuaci6n de que, independientemente de que acertara o fracasara, ésa era la vía para solucionar los problemas.La movida logró reunir a los productores más diversos en ideologías no sólo para aceptar el monopolio de la Unión en bien de todos, sino para colaborar, siendo elegidos para los cargos de la Comisión productores de todas las tendencias políticas y aportando los mismos lo mejor de su conocimiento y las muchas horas extra de trabajo que supuso la dirección de aquel inmenso tinglado socio-económico.

La visión del Colectivo de «montar el show» publicitario embarcó a mucha gente que, por prejuicios legalistas o miedo al fracaso, no hubiesen aceptado fácilmente la operación social con la característica de manifestación, formación de una Unión que era ilegal pues no se inscribió como cooperativa, ni como SAT» ni bajo ninguna otra figura jurídica.

La falta de apoyo institucional por parte de los dos ayuntamientos y otras instancias superiores fue un inconveniente grande, como ya se ha dicho anteriormente; además, hubiera facilitado buscar una fórmula legal, rápida, hubiera ayudado a conseguir créditos fáciles para la necesaria infraestructura de la comercialización, cosa que no se consiguió, tardando la SAT Hortollano dos años en conseguir un préstamo de la Administración.

La Unión no tenía experiencia ni capacidad para tener éxito, pues se trataba nada menos que de un volumen de producción de 20 millones de lechugas, más de 10 millones de kgs, de tomate y una cantidad aún mayor de coliflor. No cuajó el intento que algunos defendieron de comercializar en directo y ampliar los mercados, porque muchos temían entonces prescindir totalmente de los intermediarios, considerándolos como mal menor y mecanismo irreemplazable de momento, y pensaron que bastaba que la Unión impusiera los precios para obligarles a éstos a capitular. Sin embargo, el tiempo reveló que había sido un fallo no comercializar directamente, pues los intermediarios terminaron imponiendo sus condiciones, a pesar de todas las cautelas, y consiguieron dividir a los productores, aunque en verdad tardaron años en conseguirlo.

Ese mismo año se intenta comercializarlo todo a partir de la Corrida de Ventas (venta en mercado de origen) o en venta en directo partiendo de una sola central hortofrutícola, pero la falta de experiencia y estructura, el volumen del negocio y las diferentes tendencias políticas impiden su consecución. Surgen entonces varios grupos de comercialización, Hortollano, San Isidro y las Tres Marias, agrupándose los productores en ellas según su ideología; posteriormente se crea otra corrida privada en la Alcaicería y otra más fuerte aún en Zafarraya. El resultado fue que el 50070 del producto se comercializó por el sistema privado de corrida, otro 400ío a través de dichas centrales y el resto por pequeños grupos o privadamente.

En realidad la Unión beneficiaba también a los intermediarios porque les aseguraba una producción sostenida, evitando que a veces las tuvieran que comprar demasiado caras y no pudiesen colocarlas, pero les molestaba el control, el aceptar las condiciones de los productores y pagar la mercancía antes de retirar.

Los fallos fundamentales de la «guerra de las lechugas» fueron:

1. No comercializar el producto directamente, lo que llevó a no poder competir con los grandes productores privados de Antequera, que lanzaron masivamente lechugas a bajo precio cuando la Unión Llano estaba forzando a los intermediarios a subir el precio.

2. La politización creciente en aquella época, que puso en muchos conservadores frente a la clara organización y lectivo.

3. La insolidaridad de muchos grandes productores que hicieron cuanto pudieron para evadirse de la Unión.

Por todo esto, cuando el Colectivo vio que la causa no tenía más defensa, decidió no forzar por más tiempo el experimento y lo dejó desaparecer. Pero esto no se hizo sin más, pues la Unión duró hasta 1983, es decir, seis años, lo que supone un tiempo récord para una experiencia de este tipo y envergadura.

En ese año se vuelve a las oscilaciones del mercado, llegando a lechuga a 30 pts. unidad, o echarlas al ganado, como sucedió en 1984.

Que la Unión y la «guerra de las lechugas» ha quedado en la mente de todos, incluso de los actuales críos que no la vivieron, es un hecho social sin precedentes; se ha tratado de pulsar la opinión de la gente al respecto y la respuesta siempre ha sido unánime: «aquello fue algo maravilloso»; «nunca debía haberse terminado»; «es la única solución que tiene el Llano»; «aquello tuvo muchos fallos, lo que era normal, y no se esfarató por culpa de nadie en concreto, pero no se eligió a los mejores en la últimas elecciones, y es que parece que la cosa ya tocaba a su fin».

El cuadro siguiente, sobre el balance del año 1982, completará el volumen de producción y negocio que supuso aquella experiencia original.

GÉNESIS Y CONFIGURACIÓN

Siempre hubo en el Municipio (Almendral y Zafarraya) gente que se rebeló contra la injusticia, y que mantuvo la lucha por la redención de los pobres; pero no es fácil trazar la historia de este grupo concientizado. Se puede afirmar, sin embargo, que tal semilla no pudo nacer de un modo espontáneo, sino que tuvo que provenir de otro ambiente más amplio, y éste es el campo andaluz del siglo pasado. Las ideas de los «socialistas utópicos» habían entrado a través del puerto de Cádiz y se implantaron en toda Andalucía. Al mismo tiempo, el latifundio y la incultura provocada eran campo abonado para la extensión del Anarquismo, que produjo importantes movimientos populares. Como resultado de todos estos factores, sucede en 1861 la Revuelta Campesina de Laja, liderada por el veterinario Rafael Pérez del Alamo, que llegó a conquistar varios pueblos y cortijos, y envolvió a gran número de jornaleros. No podía Zafarraya quedar fuera de este ambiente revolucionario y de estas ideas, teniendo tan cerca ese acontecimiento.

Por todo esto, no parece suficiente atribuir la colonización del Llano a factores meramente legales, como fueron las leyes desamortizadoras y el impulso para roturar nuevos terrenos dado por Carlos III y Carlos IV, según se ha reseñado; más bien la unión de las inquietudes populares y el apoyo legal del gobierno central parece que pueden ser las causas conjuntas de este fenómeno. Y esto se confirma aún más si se tiene en cuenta el hecho de que los colonizadores del Polje vinieron predominantemente de Alfarnate, pueblo que estaba en el área de inquietud social, y que debió ser siempre gente, que no se contentaba con la pobreza de su tierra, teniendo tan cerca un lugar potencialmente rico; estos alfarnateños han sido de siempre gente bravía, que recibe a los novios «a tiros», buscavidas y emigrantes nada menos que a Australia, y se decidieron a echar fuera los ganados de los grandes hacenderos, roturar el Llano y sembrar cereales. Ya se han relatado los trabajos y luchas que les costó su intento, de modo que aquí sólo cabe reseñar su visión de futuro y su voluntad de ejecución, visión y voluntad que han caracterizado también a la gente del Llano en general y que pueden ser la clave para comprender la movida social que posteriormente se ha desarrollado.

Esta actitud y carácter se combinó con el éxito que tuvieron en la batalla legal contra Alhama, y en lo económico con la producción del Llano; de no haber sido por la combinación de ambos factores (carácter y éxito económico) tal vez no hubiese perdurado el carácter arriesgado, ambicioso y hasta cierto punto revolucionario de esta gente.

Como suele suceder, este espíritu lo encarnó principalmente un grupo social, personas de gran integridad moral, que se dieron a sí mismos una cultura socialista, pues leían mucho, nos dicen sus descendientes, y que supieron transmitir a los más jóvenes sus inquietudes en conversaciones que tenían en el campo, animándoles a luchar por una sociedad mejor, más igualitaria y justa; fueron éstos los auténticos maestros de las actuales generaciones que han producido la «movida social» de Zafarraya y que aquí vamos a denominar el «Colectivo».

Y llegó el llamado «glorioso alzamiento nacional», que Zafarraya vivió desde su condición de pueblo andaluz, falto de agua, de cultura y de trabajo. Años de muertes, sufrimientos y miserias. El Llano quedó un tiempo en la zona republicana. Uno de aquellos socialistas, se cuenta aquí, fue encargado del reparto de alimentos a la población, esperando muchos que los repartiría a los de izquierdas, que eran los más pobres, y dejando a los ricos sin nada; no sucedió así, sino que todos cogieron por igual ya que, según decía él mismo, «todos son personas y tienen derecho a vivir»; tal era la calidad humana de estos viejos socialistas.

Sus herederos de pensamiento fueron los que sufrieron después represalias y amordazamiento que el Régimen impuso. Fue precisamente uno de éstos el que protagonizó este episodio: cuando la Guardia Civil lo llevaba detenido por haber gritado «viva el comunismo», un guardia le provocó para que repitiera el grito «si tenía cojones», a lo que el detenido, retranqueándose para no caerse, pues iba esposado, volvió a gritarlo en plena calle, quedando el guardia paralizado sin saber qué hacer con él.

La clarividencia y convicción de este Colectivo de izquierdas le llevó a colaborar con el cura Antonio Iglesias, que mostró cierto talante honrado a pesar de su estrecha colaboración con el Régimen de derechas, y que propició un «tinglaíllo religioso-cultural», único cauce para desarrollar alguna acción social en el Pueblo. Más tarde aparece el cura Elías, que mantiene la movida del salón parroquial y aporta una concepción de Pueblo de Dios» completamente novedosa y aún revolucionaria. Prácticamente todo el elemento juvenil se apegó al salón parroquial por aquellos años, e incluso muchos de los viejos luchadores, aunque otros no quisieron unirse a lo que se presentaba como una revolución religiosa, y todavía hubo otros que colaboraron lealmente con la movida del salón parroquial pero no se identificaron con su aspecto religioso. En resumen, este ambiente religioso-cultural-recreativosocial funcionó con altibajos hasta 1977 en que la autonomía de los diversos campos -social y religioso- forzó su divorcio.

Fue una amplia capa de pueblo la que se unió a esta movida, pero el mayor número lo aportó la clase pequeño-burguesa; los obreros no tuvieron, en general, la suficiente cultura para apreciarla, y los pudientes eran conservadores en lo religioso y en lo social. Fue, por tanto, una mini-revolución burguesa, que responde a la operada en el País en fechas posteriores, con el mérito de desarrollarse en un núcleo rural, aislado en buena medida en lo material como en lo cultural.

Este carácter autónomo se evidencia también en su no-vinculación a los partidos de izquierdas durante la clandestinidad: no existieron aquí los partidos durante el Franquismo, sino que llegaron cuando la movida estaba precocinada, siendo todos bien recibidos: «hubo café para todos».

CRONOLOGÍA DE ACTUACIONES

Hecho este bosquejo de historia de la «movida social», se da ahora una breve reseña cronológica de los hechos más significativos en los que se materializó y de los que se nutrió al mismo tiempo el Colectivo.

La base, como se ha indicado, es el grupo de jóvenes que emprende diversas tareas culturales y que son cada vez más comprometidas socialmente, sobre lo que cuajarán partidos, sindicatos, las diversas organizaciones y el movimiento reivindicativo en general; organizan ya en el 73 clases para los jóvenes, y para las mujeres a través de Extensión Agraria, pero estas clases oficiales tienen menos garra que las organizadas por la misma gente del Pueblo.

Hay diversos incidentes de tipo religioso-político, como el negarse el párroco a celebrar la misa por los caídos. Para Navidad se prepara la comedia «El mercado», pero no se llegó a representar por ocurrir el atentado contra Carrero Blanco. La parroquia escribe una «Carta a los emigrantes», que fue muy bien recibida por éstos.

En el 74 se recogen firmas «pro-amnistía», lo que hace al Colectivo cada vez más sospechoso ante el Régimen; pero la acción más concientizadora es la reivindicación de un Polideportivo para el Pueblo: es la primera gran movida que lleva una clara estrategia política bien planeada; la Juventud se comprometió a organizar la Primera Feria con carácter popular, con coplillas sobre el trabajo del campo; presentó la gran maqueta del Polideportivo, se encargó de la caseta oficial, cuyo dinero iba destinado íntegramente al proyecto; a pesar de que el Ayuntamiento, todavía de la dictadura, desconfiaba completamente de la capacidad de los jóvenes para conseguir el éxito financiero, esto se obtuvo con creces, sirviendo la acción para afianzar al Colectivo y de baremo para medir su propia fuerza; desde entonces el Polideportivo se convierte en polo de referencia y motivo clave para la concienciación del Pueblo y del mismo Colectivo.

Apoyado en el Colectivo el cura sacó una «Carta sobre los motores a medias», en la que se habla de la injusticia de los contratos de medianería y el destino común de la tierra; la carta supuso la ruptura definitiva con la derecha religiosa conservadora.

La cultura era el motor de todas estas movilizaciones; así en la Feria Chica de junio se instala un kiosco de libros que tuvo mucha aceptación, y que será en adelante característica esencial en todo festejo promovido por el Colectivo, llevándose en otras ocasiones a las ferias de Ventas, Alhama y demás alrededores.

Para la Feria Grande de septiembre se hace una recogida de firmas para que la caseta oficial sea más popular y auténtica, y no sólo un tenderete de bebidas; ante la negativa del Ayuntamiento a concederlo el Colectivo promueve el boicot a la misma. El Colectivo va descubriendo que el «boicot popular» es una poderosa arma de presión y reivindicación, empleándolo en varias circunstancias.

En Navidad se comienza la campaña por el «Hogar del Pueblo», concebido como una casa de cultura y distracción para todos; se estrena «El mercado» que quedó pendiente del pasado año; la vigilancia policial y las iras del Régimen caen sobre el Colectivo y el cura, al que le hacen una avería en el coche. Otra «carta parroquial» protesta por el mal estado de la carretera de Almendral, y se consigue el arreglo; se hace una colecta de solidaridad con los obreros encerrados en la Curia de Granada.

Metidos ya en el 75, muchos obreros y aparceros se encuentran en marzo en una situación grave, siendo insuficiente el dinero del paro; por esto se exige al Ayuntamiento que emplee 3 millones de ptas., aportados por el Pueblo para el alcantarillado, para obras inmediatas en primavera, sin que suponga disminuir la presión institucional por más ayuda comunitaria.

A pesar de la pobre infraestructura sindical, se organiza y efectúa bien una huelga para conseguir la subida del salario del campo a 400 pts., siendo la primera subida presionada de un modo estratégico, pues antes subían caóticamente. En la Feria Chica se hace un «paro de baile» para protestar ante el Ayuntamiento por el incumplimiento con la Juventud en el del Polideportivo, que sigue siendo tema principal en las reivindicaciones. Se sanciona al cura con multa de 400 mil pts. Por conceptos subversivos de una homilía y el Pueblo, de un modo casi masivo, reúne el dinero para pagar el tercio. En noviembre aparece un artículo en la prensa sobre los problema del Llano y la explotación de jornaleros y medianeros, y se hace una estrategia para mandar más cartas también a la prensa protestando por la movilización de la Guardia Civil contra el Colectivo. Amanecen una mañana arrancados el «yugo y las flechas» de la entrada en el Pueblo, la primera hazaña de este tipo en la provincia.

En marzo del 76 se celebró una misa por los trágicos sucesos de Vitoria: el Colectivo y toda la izquierda se citan masivamente en la iglesia y preparan la estrategia de un aplauso con el que interrumpe la homilía en un momento determinado; la emotividad del acto, la masiva asistencia preparada y el éxito de la acción contribuyó definitivamente a la toma de postura del Colectivo y del Pueblo en general.

Los fachas queman el coche del cura, y el Pueblo reúne un dinero que, con el recuperado de la multa por el indulto a la muerte de Franco, se invierte en un Seat-127 nuevo; se compra también el solar para el Hogar del Pueblo, que el cura inscribe a nombre de la Curia, lo que se juzga después como un fallo grave.

El Colectivo utiliza la pancarta para concienciar y reivindicar: con pancartas desfila en diversas procesiones, se va a Fuente Vaqueros a la fiesta de junio, y con ellas se hace la Marcha a Málaga; en la procesión del Señor de las Tres Marías se gritó «viva la libertad», lo que trajo la represión en el Cuartelillo.

Se tiene por primera vez una muestra de solidaridad internacional haciendo una recogida de ropa, comida y medicinas para el Pueblo Saharaui. Aparece pintada con «la hoz y el martillo», antes de que se organizase partido comunista alguno.

En agosto se reivindican 15 días de descanso en el trabajo de los pinos, lo que hace que el IARA suspenda el trabajo y algunos obreros se asustan y retranquean por las consecuencias. Se toma contacto con el SOC para organizar la lucha sindical, aunque fue CC.OO. el sindicato que cuajó más tarde.

En el referéndum de Suárez del 75, para sancionar la reforma del antiguo Régimen, Zafarraya votó mayoritariamente la abstención, que era la opción de la izquierda; detuvieron a algunos por hacer pintadas, con gran reacción por parte de todo el Pueblo, poniéndose en huelga de hambre dos interventores de la mesa de votaciones; la abstención ganó un 40%.

Se hace una campaña contra el médico, que cobra 300 ptas. por ver a los niños por la pantalla al comienzo del curso; se escribe a la prensa y se consigue la salida del doctor. El Colectivo prepara una caseta popular para la Feria Grande, caseta que el alcalde no autoriza y el Pueblo organiza una protesta general. Imponen una multa de 10 mil ptas., por hacer teatro en Ventas. Se canta aquí la «Canción sobre Andalucía», prohibida en el Festival de la Canción de Alhama, y se reparte el cartel «Despiértate, Andalucía» de Martín Morales, agudizándose la represión. Comienza a llegar la presa social, se traen conferenciantes y se conecta así con el cambio que se respira en el resto de Andalucía, cambio que hasta ahora se efectúa de modo autóctono. Se compone una «historia del movimiento obrero» que se representa en la iglesia.

Con el comienzo del año 77 el Colectivo se independiza del salón parroquial, tomando la lucha social y política contornos más definidos. Se explicitan las opciones políticas y se tiene el primer mitin del PSA, Ole, PSOE y PCE, pero no lo consigue AP.

Hay elecciones a Cámaras Agrarias (las antiguas Hermandades de Labradores), decidiendo el Colectivo apoyar la lista de DAGA, de pequeños agricultores y ganaderos, sacando nueve de los once miembros, mientras la derecha se agrupó en torno al CNJA; fue la primera gran derrota institucional de la derecha. En junio hay elecciones generales y gana el PCE, a pesar de su reciente implantación, celebrándolo la izquierda con la «Fiesta del clavel» en la Feriecilla.

El Alcalde negó la autorización a un teatro en el Almendral «porque se iba representar en la iglesia»; el Colectivo escribió al Rey, a los ministros y a la prensa quejándose de las «reliquias» de la dictadura». El Ayuntamiento presiona contra la representación de «Camelamo naquerar» y consigue que no se tenga, lo que crea frustración en el Colectivo.

En abril, los obreros del Cortijo de las Mozas exigen igual salario para las mujeres. Se va fraguando la unión en el problema de las lechugas, que estalla ese verano y que monopoliza las energías del Colectivo por un buen tiempo, y que se narra en el capítulo siguiente.

Se consigue reunir a los tres Pueblos para protestar por las muchas irregularidades que cometen los dos farmacéuticos del Llano, que se ausentan de sus puestos y dejan a personas sin capacitación profesional; se llevan las quejas hasta el Inspector de Farmacia, que no prestó atención; se recogen 700 firmas y se lleva el problema a la prensa, consiguiéndose la salida de los dos farmacéuticos.

Aparecen las primeras cooperativas. Se siguen los encierros de parados, exigiendo subas de jornal a razón de unas 100 ptas. anuales. Se unen los ganaderos y consiguen abolir el sistema de subasta, pudiendo en adelante pastar libremente en el Monte Público mediante el pago de un canon. Siguen los torneos deportivos, que se aprovechan para ensayar el asociacionismo juvenil e infantil.

Se organiza la comercialización del tomate que, a pesar del fracaso inicial, da pie al comienzo de los grupos de comercialización. Se arranca la placa de los Caídos de la fachada de la iglesia.

En el referendum de la Constitución del 78 la izquierda defiende posturas radicalmente distintas y esto supone el primer enfrentamiento dentro del Colectivo y el descubrimiento traumático de que no es homogéneo.

En el 79 se hizo un pulso a la Delegación de Educación: se exigió la salida de una maestra por faltar injustificadamente a las clases, organizándose una concentración, un encierro en la C/Duquesa y una huelga de hambre; la policía desalojó al Pueblo del local de la Delegación, lo que supuso una gran experiencia de acción fuera del ámbito del Llano.

En las municipales de abril se presentan tres candidatos de izquierda (PCE, PSA y MCA) que consiguen 8 concejalías (la UCD consigue 3). Con el Ayuntamiento de izquierdas el Colectivo consigue un punto de referencia y conjunción de fuerzas para las acciones populares como fiestas, semanales culturales, reivindicaciones, etc., al mismo tiempo que se amplía y se diversifica en las opciones políticas diferentes.

El Juez de paz sustituyó el retrato del Rey por uno de Franco; el nuevo Ayuntamiento dialoga con él, pero el Juez reacciona poniendo otro de Franco más grande y a color; el Pueblo se queja ante el Ayuntamiento y éste decide denunciar al Juez, pero el Juzgado de Laja se adelanta y condena al alcalde y dos concejales a arresto, 20 mil. pts. de multa y 6 años de inhabilitación pública; comienza una lucha popular que durará varios años, pues la Audiencia Territorial de Granada confirma la condena de Laja, así como también el Supremo: se crea una «comisión pro-indulto» con gente de toda condición, se moviliza prácticamente todo el Pueblo, se recogen mil firmas (de los 1.300 electores del Municipio) pidiendo el indulto, a lo que se une la Diputación; un concejal decide declararse en huelga de hambre sin aceptar la condena; al fin el Pueblo se manifestó ante Felipe González en Granda y se consigue el indulto; el otro concejal fue juzgado de nuevo. En la fachada del Juzgado de paz apareció una pintada que decía: «Queridos Reyes Magos: queremos un juez simpático, trabajador y elegido por el Pueblo, y que le traigais carbón a los que sostienen a éste aqui, en Laja y en Graná. Gracias».

En diciembre, unos cincuenta trabajadores del empleo comunitario protagonizaron varias manifestaciones, con el apoyo de partidos, sindicatos y Pueblo, exigiendo 750 mil ptas. que les debían por el trabajo; se encerraron en el Ayuntamiento con sus familiares, pasando allí la Nochebuena y consiguiendo que el Gobierno Civil enviara el dinero, ‘aunque no todo.

El primero de octubre se hizo un paro escolar, después de una reunión con Ayuntamiento, APA Y maestros, exigiendo viviendas para éstos y transporte escolar para los críos de la Segunda Etapa del Almendral.

En agosto se celebra la Primera Feria en Autonomía con gran euforia Andaluza, exposición de antigüedades, objetos de arte locales y «humor gráfico» con charla de Martín Morales, guiñol, exposición de frutos del campo y estreno del «Cantao y bailao», Fandango del Llano.

Desde el 83 el Colectivo organizando las «Semanas culturales» que comenzaron con material importado, pero poco a poco han sido una manifestación cultural autóctona y ocasión de creatividad cultural, como la recuperación del Fandango del Llano, la exposición de una maqueta del Polje con todos los antiguos aperos de labranza; y otras manifestaciones de la vida local. Se atreve a enfrentar el problema de los peones inmigrantes, que buscan las 60 peonadas para el subsidio, viéndose obligados a prostituirse moral y económicamente, con lo que se rebaja la fuerza reivindicativa de los del Llano.

El Ayuntamiento popular adquiere unos terrenos en la Pedriza y facilita así solares económicos, cortando la especulación del suelo urbano. Se constituye la cooperativa de construcción «La Isla» y hace 25 viviendas. Se han producido diversas revistas culturales: «Juventud aparece en el 80, en plena euforia del Colectivo, y se transforma en el 83 en «Ecos de la Umbría», y últimamente en «La Brecha», si bien es verdad que las dos primeras no tuvieron la vida que la pujanza del Colectivo pudiera dar.

En las segundas municipales el PCE gana 7 concejales, el PSOE 2 y otros 2 la derecha. Todos los años se promueven acciones para adecuar el salario al convenio del campo, consiguiéndose una suba regular, a pesar del inconveniente de los peores inmigrantes. Los niños de la 2.ª Etapa de EGB de Almendral exigen y consiguen transporte escolar. Se logra un comedor escolar para los niños de los cortijos. En junio del 85 se secunda la Huelga general convocada por CC.OO. Se organiza el Movimiento Pacifista a nivel comarcal, haciéndose una huelga de hambre para el Referéndum sobre la OTAN, en la que participan 22 personas del Pueblo, sufriendo además detenciones y multas por pegar carteles en Alhama, y participando en la Marcha a Rota. El resultado fue que Zafarraya es uno de los 12 pueblos de Granada que votó mayoritariamente en contra de la OTAN.

Desde hacía varios años se venían celebrando los 1.º de Mayo con varias movilizaciones, así como el Día de Andalucía, con el respaldo del nuevo Ayuntamiento Popular. En el lugar del antiguo mercado en desuso se hizo la «Plaza José Heredia», en memoria de un gitano y del trabajo explotado.

El Ayuntamiento alquila el Cine Palma, único local apto para actos culturales masivos, y cuyos dueños nunca quisieron alquilarlo al Colectivo para sus actividades en épocas anteriores.

Fruto de un ambiente social de cooperación con todas las fuerzas del Pueblo han nacido varias cooperativas de conejos, de construcción, de producción y servicios, que mantienen en todo el deseo de que el Llano llegue a ser un día una sola cooperativa; esta actitud se mantiene y explicita en las conversaciones, incluso de los jóvenes y niños que no participaron en la «guerra de las lechugas»: «es la única salida para la salvación del Llano», dicen unánimente las fuerzas de diversos signos.

Se ha organizado una emisora de radio local, el APA, los sindicatos, se han formalizado, y hasta radicalizado en parte, los partidos políticos, el movimiento de la mujer, rondallas de niños y jóvenes, coros y demás movimientos culturales, que se describen detalladamente en capítulos posteriores, y que llevan una vida desigual, pujante unos, lánguida otros, teniendo a veces una misma organización distintos niveles de actuación y entusiasmo.

Esta relación, hecha a grandes rasgos cronológicos, es incompleta porque faltan detalles, incidentes y anécdotas que explicarían aún mejor la trayectoria de este Colectivo y de la gran movida social del Municipio de Zafarraya, que consigue ser de todo el Llano, como en la «guerra de las lechugas».

El Municipio de Zafarraya está situado en la comarca de Alhama que, a su vez pertenece a la gran zona comarcal de Alhama-Loja-Montefrío, un área de 1.923 Km2. con unos 72 mil habitantes organizados en municipios; una de las comarcas más pobres de Andalucía, con un solo tramo de ferrocarril y en peligro de extinción, y sólo 7 teléfonos por cada 100 habitantes, cuando la media andaluza es de 20; hay predominio del secano y la sierra, con algunos enclaves de riego como el Llano.

El Municipio tiene 58.42 Km2. de extensión y sus dos pueblos se hallan casi a 950 m. de altitud, estando Zafarraya adosado al mogote calizo Calar del Rey y Almendral a sierra Gorda. Las comunicaciones se efectúan por las confluencias de las sierras, penetrando la carretera de Alhama a Vélez Málaga por el lado oriental, entre Tejeda y Júrtiga; la que enlaza con la general Granada-Málaga va entre sierra Gorda y la Torca a través de los Alazores y la salida hacia Málaga por el Boquete de Zafarraya.

La población sufrió una merma de los años 1920 a 1940 por la emigración a la remolacha de la Vega de Granada, se repone en años posteriores, volviendo a descender en 1960 en que emigró nada menos que un tercio de la misma hasta el punto que en 1970 hay menos habitantes que en la década anterior, lo que se debió a la emigración al resto de la Península y al extranjero, en contraste con la emigración de primeros de siglo que había sido hacia América. La reciente emigración tendió a volver, después de enviar considerables cantidades de dinero que sirvió para renovar las viviendas y montar un negocito; la «emigración golondrina» es de poca importancia y se da principalmente entre las mujeres que van a la aceituna.

En el quinquenio 1971-75 Zafarraya se convierte más bien en centro de inmigración que da un crecimiento real de la población, debido principalmente al retorno de los emigrantes y a la venida de algunos forasteros, y que está relacionada con la crisis económica de los países de centro Europa, pero también del comienzo del regadío y el consiguiente cambio sustancial de usos agrícolas en el propio Llano.

LA TIERRA

Hasta mediados de este siglo la tierra de Zafarraya se asimilaba en todo a la de la comarca de Alhama, es decir, estaba repartida entre tierra dedicada al cultivo de secano y tierra de monte para el pasto. Por este motivo incluso las parcelas del Llano hoy en riego no responden por su tamaño, forma y división a las necesidades de éste, sino a la organización del terreno del secano, y sólo aparecen en el catastro las grandes hazas servidas por caminos, y no las subdivisiones en parcelas.

De modo que, en el conjunto del Municipio, se pueden distinguir cuatro grandes tipos de agrupaciones de tierras. En el primero están las del Llano propiamente dicho, de reciente colonización agrícola, efectuada por iniciativa individual y que se ha llevado desde los bordes (donde están Zafarraya y Almendral) al centro donde hay algunas zonas pantanosas. Suelen tener trazado rectangular o cuadrado, que se agrupan en forma triangular o trapezoidal, con una red de caminos que parten de Zafarraya, con otra secundaria que va por los bordes y que forma como una tela de araña; esto sugiere unas costumbres comunitarias de campos abiertos con cierto aislamiento de parcelas. Luego, el crecimiento demográfico llevó a una partición por herencia y fragmentación de las grandes parcelas, que tomaron en ocasiones la forma de tiras paralelas y que resultan hoy en una banda de longueros; cuando se ha alcanzado una determinada anchura se paraliza el proceso de subdivisión longitudinal y se subdividen transversalmente, formando una especie de rectángulos o cuadrados, característica de la mayor parte del Llano.

Un segundo grupo de parcelas está constituido por varios conjuntos de las mismas, que tienen trazado irregular y que están dispuestas a ambos lados del cauce del Arroyo; su diseño se explica por la accidentada topografía en la que se desarrollan sus linderos; son parcelas muy extensas, con manchones de monte bajo, de colonización individual, lo que explica el desigual tamaño de las mismas, y propio de los-parajes donde ha prosperado la mediana empresa familiar, aunque hoy se va abandonando; esto sucede a la entrada del Arroyo en el Llano, y se repite al oeste, en torno a la Venta de la Leche.

Un tercer grupo de parcelas toma forma de longueras estrechos y perpendiculares al eje de la Madre, adentrándose en el bosque; son terrenos de roturación posterior a la Edad Media que hoy están muy desdibujados; suelen estar pegando a las casas que se construyen junto a la carretera, como sucede en Pilas de Argaida (que viene del árabe «alqayda», bosque o terreno densamente poblado de maleza).

Por fin, el cuarto grupo de parcelas bordea prácticamente todo el Llano sobre las laderas medias y las cumbres circundantes, y son parcelas gigantescas algunas, de trazado absolutamente irregular, que se acomodan al perfil topográfico; se trata principalmente de propiedades municipales casi complemente desnudas, excepto los importantes manchones de repoblación de pinos.

En cuanto a la propiedad del Municipio, éste es lógicamente el mayor propietario con 1.966.62 Has, existiendo además un monte público de 350 Has.; el propietario particular con propiedad más grande no pasa de las 200 Has.

EL PROBLEMA DEL AGUA

Una vista aérea del Polje ofrecería el siguiente panorama: no existen pozos en el Alcachofar, ni en la parte norte, ni en los bordes; la mayoría de los motores están en la parte central, con una creciente proliferación en la zona éste. Los de la parte central suelen tener unos 5 ms. de diámetro y entre 10 y 20 ms. de profundidad, tomando el agua del acuífero superficial (véase el capítulo primero donde se explican los tres acuíferos); este acuífero tiene una capa de agua muy limitada y ligada a la pluviometría, y se agota casi completamente en agosto, cuando más necesaria es el agua, debido también a la abundancia de motores en esta zona, que llegan a unos 900; por todo esto es también el acuífero más negativamente afectado por el trasvase de la Madre.

En esta zona se puede encontrar el agua hasta 2 m. de profundidad, dando un caudal de uno a dos litros por segundo, suficiente para regar 1 ½ fanegas de tierra y teniendo que esperar unas 12 horas para que el pozo recobre su caudal. Esta zona también es la que tiene mejor tierra y pertenece a los propietarios más fuertes.

Los acuíferos de la zona norte están a una profundidad que ha hecho no rentable su perforación, por lo que está prácticamente sin riego, siendo la zona de los pequeños propietarios. La del oeste o Alcachofar también está sin riego, excepto algunos trozos regados por pantanetas, y tiene tierras muy desiguales de calidad, lo que dificultaría una posible parcelación; esas pantanetas que llegan casi a 20 tienen el inconveniente de ser un desastre ecológico, porque no llegan a tener el volumen suficiente de agua, 10.000 m3. a lo sumo por unidad, como para alimentar de humedad el clima, ni promocionan la fauna por su pequeñez, pero sí desaprovechan el terreno y echan sobre la tierra de labranza otra de peor calidad.

El agua da al Polje su gran riqueza y potencial de futuro, pero también problemas debido a las inundaciones del Arroyo de la Madre, cauce principal y casi único de las corrientes de superficie; esto sucedió en el invierno de 1991-92 cuando el agua dejó incomunicados a Zafarraya y Almendral, y en 1957 en que se inundaron más de 400 Has. En los años treinta la República concedió dinero para limpiar los sumideros y ahondar el cauce de la Madre, pero la ayuda dio apenas para levantar unos pequeños muros que las riadas se encargaron de casi destruir de nuevo. Mejor resultado dio la sacada de arena del cauce durante el construcción en los años setenta, en que no había máquinas trituradoras y este tipo de arena era muy apreciada, porque ahondó el cauce.

Las inundaciones se producen por diversos motivos; unas veces la mucha cantidad de agua llega a saturar el acuífero de las calizas, otras su-suficiente para absorber el agua que reciben, ambos que son, en parte, agua que venga por el Arroyo. En otras oca-se deben a que la cuenca la no es lo suficientemente permeable como para el agua, ya que cuenca de recepción las alturas que la rodean, es pequeña; todo esto se agrava con la falta de claridad de ojos del puente de Zafarraya, el estrechamiento del por acumulación de fango y por el atranque de los mismos y otros materiales.

Las inundaciones estropeaban continuamente los sembrados de secano en el Llano, por que el Ayuntamiento solicitó en los años cincuenta que se el cauce de solicitud que renovó en varias ocasiones. Paralelo a este interés de los ricos cerealistas del Llano, la Confederación del Sur inicia en años sesenta con el ingeniero Rafael Conejo el estudio de niveles aguas con vistas al Plan Guaro que incluía el pantano de la Viñuela en la costa malagueña; todo lo cual se reúne en la orden ministerial de marzo 66, abarcando el encauzamiento de la Madre, su desvío para la Viñuela y un estudio para la puesta en riego total del Llano.

Cuando en el año 72 el Ayuntamiento urgía la solicitud de la desviación de la Madre ya se venía produciendo el auge del riego, por lo que muchos no temían tanto inundaciones, y consideraban una pérdida el agua trasvasada a la Viñuela; el desvío seguía siendo necesario pero con características especiales; por estas razones se pone ya en duda tanto la autoridad del Ayuntamiento no democrático que lo había aceptado como la posibilidad de perder agua del caudal del Arroyo y la alimentación de los que lucha se presentaba dura pero la batalla se dio; se decide interponer todos los recursos legales posibles contra el desvío y el trasvase; la insistencia oficial produjo gran malestar en el Pueblo, como las opiniones vertidas en la prensa malagueña que lógicamente apoyaban el proyecto; como reacción se convocan varias asambleas y se elige una Comisión, en la que participa el nuevo Ayuntamiento sindicatos y productores aportando éstos una cantidad por fanega para los recursos; se acordó hacer un estudio geológico para conocer consecuencias del desvío y trasvase, estudio que realizó la Diputación granadina que apoyó la postura del Llano; las conclusiones del estudio apoyaron sospecha de que el acuífero superficial se secaría en cinco años con el proyecto, sin que por otra se garantizara la terminación de las inundaciones en los sumideros, que coincide con otros estudios hechos anteriormente.

La Confederación no acepta el estudio realizado e en el trasvase de unos 8 Hm3, del total de 12 Hm3 que suele llevar la cuenca; la Comisión de pueblo decide entablar un contencioso con la Administración para obligarle a dialogar y entretanto demorar la realización del proyecto, estando también consciente de que no era conveniente la suspensión total de las conversaciones, porque eso suponía renunciar a la solución para las inundaciones y el recargo de los acuíferos, que acusaban ya en esos años al final del verano, y se cerraba la posibilidad del estudio.

Todo esto hizo que la Comisión aceptara que se trasvasase de momento el agua no necesaria para el riego del Llano con tal de que los Ayuntamientos tuviesen la llave y control de la compuerta de salida, a lo que accedió la Administración; así se mantenía la promesa de estudio de riego total, se evitaba el riesgo de inundaciones, se conseguía tener el agua a un precio más económico que el que hubiese supuesto el Plan el aumento progresivo del regadío que diese tiempo a la evolución de la estructura social y comercial del Llano a la hora de su riego completo.

La Administración, por medio de la Confederación, el Instituto Geológico y el IARA, responsables del proyecto; encauzarían además el Arroyo con hormigón hasta las Pilas de Argaida, pues en esa zona hay unas calizas en el muro-base de la Madre que absorben el agua y no dejan suficiente caudal bajante en verano, haciéndole unas zanjas transversales para el recargo de los acuíferos.

El Ayuntamiento de Zafarraya va a proponer un anteproyecto de riego que facilite a la Administración la iniciación del plan total, pues advierte una dejadez administrativa al respecto, y el proyecto no puede abandonarse por más tiempo ya que su realización llevará unos diez años a partir de su puesta en ejecución.

La iniciativa privada, mientras tanto, es que ha respondido a la urgencia del problema con varios proyectos. Uno de ellos es el por goteo», a base de un sistema de tubos que gotean sobre la planta; esto ahorra un 30% de agua, lo que supone una cantidad en sí muy apreciable, pero más aún si se combina con el plantío en invernadero, resultando en una producción en menos tiempo y, de nuevo, con ahorro de agua; este método evita que la tierra se empape y quede después aplastada y endurecida al secarse, por ser tierra de limos y fangos.

Otro proyecto privado es la conocida como «Comunidad regantes la Volaera», que surge de tres grupos anteriores con similares propósitos, y ha comenzado a abrir pozos en la parte más alta, al éste del Polje; actualmente la componen 120 socios, que solicitaron y obtuvieron el apoyo del Ayuntamiento para la gestión ante la Comisaría de Aguas, entrando el Municipio como parte en el proyecto y recibiendo una determinada cantidad de agua para el abastecimiento y abrevaderos del ganado. Cinco son los pozos que se han abierto hasta ahora, de los que uno ha resultado negativo, otro da poca agua y tres dan un caudal considerado como muy satisfactorio; la capacidad de agua descubierta es incluso mayor que el área de terreno que los socios aportan, ya que según ley sólo se puede sacar 1 1/2 por cada 2 fanegas de tierra, acordando la asociación abrir la inscripción a nuevos socios y establecer una compensación al capital y riesgos estableciendo el precio del agua en 200 mil pts. el litro, cantidad mínima si se compara con los dos y cuarto millones que está costando el litro.

Además del beneficio que tal cantidad de agua va a proporcionar al Llano, el agua de la Volaera va a enriquecer todo el sistema de riego, recargando el acuífero superficial, con el efecto multiplicador para el caudal de los motores que del mismo se alimentan. Además, actualmente, el agua forma un circuito cerrado -superficie-acuífero superficial-que disminuye la calidad de la misma, llegando a formar un peligroso nivel de contaminación, circuito que vendrá a ser quebrado por el extraordinario caudal de esta nueva aportación. No es de poca importancia también la posibilidad de que esta empresa cree unos 300 puestos de trabajo directos más otros 150 indirectos en la zona.

El problema, pues, del agua se resume en que la mayoría de los pozos se alimentan del acuífero superficial que es muy limitado; esto ha producido una proliferación anárquica de los mismos; se está deteriorando la calidad de esta agua por encontrarse en un circuito muy limitado; el Llano tiene potencialmente agua para regar toda su tierra, pero no es justo que la iniciativa privada, que ha cargado sola con la responsabilidad hasta ahora, siga desasistida del apoyo institucional.

LA HISTORIA DEL RIEGO

Del terreno cultivable del Llano, unas 2.200 Has. se dedican a secano y otras 800 a regadío (nótese el aumento con respecto a las 230 Has. que Moreno Garzón da al regadío en 1972). El riego comienza en los años sesenta, aprovechando la coyuntura creada por los Planes de estabilización que terminan con la agricultura tradicional, iniciando el transvase de recursos económicos a la industria, junto con una progresiva a total transformación en las relaciones de mercando y, en consecuencia, a la de oferta-demanda de productos hortofrutícolas.

Mientras la Concentración parcelaria llegaba a su culmen en 1955 en la provincia de Granada, el Llano optó por el regadío a través de la iniciativa privada, para lo que no influía decisivamente el tamaño de las parcelas, motivo por el cual no cuajó la concentración. Según cuentan los mayores, fue José López Recio, un malagueño llamado «el melonero» el que trajo el regadío, comenzando con un motor del «tío Elías» y enseñando su práctica y la de los insecticidas a los productores del Llano. Antes de 1960 se regaba apenas un 2% del Polje con el agua de la Madre y alguna vieja noria; a partir de entonces los motores se multiplican: si en el 49 sólo había tres, en el 71 ya subían a 224, hasta los casi 2.000 de la actualidad. La aparición del regadío corre paralela a la subida del gran mercado de la Costa del Sol sucediendo, además, que con la nueva técnica esta tierra rinde una productividad cercana a las tierras de la costa, lo que dispara el precio de 5.000 ptas. la fanega en el 60 a un millón en el 70 y a 3 millones en el 80.

Esto se hace en el Polje de un modo intuitivo, forzado por la necesidad de adaptarse a la nueva situación, pero se realiza de todos modos operando un cambio estructural y cualitativo en la tierra. La nueva situación ofrece en principio grandes dificultades en el desarrollo de este tipo de agricultura, por la falta de recursos económicos, el desconocimiento de los nuevos métodos hortícolas y la carencia de infraestructura comercial, pero se abre paso poco a poco corrigiendo la capacidad de producción y respondiendo al mercado existente.

Así se va consiguiendo la adaptación de nuevos cultivos al microclima del Llano, la aplicación de nuevas técnicas de cultivo, la toma de conciencia para defenderse ante la resistencia del mercado, como se verá en la «guerra de las lechugas», organizándose en grupo de comercialización, se abre a nuevos mercados estatales y se mejora la selección y presentación, además de acceder a los recursos oficiales mientras se desarrolla la iniciativa individual y colectiva.

LA HORTICULTURA

El Llano se ha convertido en una huerta que produce una amplia gama de vegetales y verduras en régimen de cultivo intensivo que puede calificarse como «horticultura de primor». La clave está en la combinación de estos tres factores: producción en verano cuando ya no hay productos de huerta en los alrededores, especialmente en la costa; produce calidad a base de un cultivo intensivo y de primor; y está cercano al gran mercado de la Costa del Sol, factor hoy de menos importancia por la ampliación de mercados.

La huerta es conocida aquí por «el motor»: «fulano está en el motor», «ya comienzan los motores», etc., son frases que describen tanto el sitio como la tarea. La actividad en los motores es casi nula en el invierno, como no sea la siembra de las primeras remesas de planteros. En primavera el Llano comienza a cobrar vida con la preparación de la tierra, los camiones de estiércol para el abono, el cuido de los planteles y de los invernaderos; y a final de mayo comienza el febril hormigueo de nuevas siempras y cosechas hasta el mes de octubre, quedando el Pueblo como un «ghost town».

El llamado motor suele consistir en un edificio de un simple cuerpo, generalmente sin divisiones interiores, donde está el motor de gasóleo y los utensilios de labranza; a menudo está bien cuidado y su blancura contrasta con el verdor de la cosecha, luciendo a sus puertas algunos frutales y flores; junto al mismo el brocal, de un metro de altura; a veces también una pequeña casita adjunta.

Los dos grandes productos de la huerta son la lechuga y el tomate. Se producen hasta 20 millones de unidades de lechuga, que comienza a sembrarse en enero, si se hace directamente en el campo, y un mes más tarde si es en invernadero, terminando la plantanci6n hacia el 20 de agosto, cuando el fresco del final del verano impide su arrebatamiento. Por tanto, las primeras lechugas se recogen en mayo y las últimas en octubre, en las variedades de corta o «malagueña», que es blanca y tierna, rizada y de buen sabor, y la larga o «inverna», más crujiente y llamada «de oreja de burro»; se ata con una cinta de plástico o «rafia» para que conserve el cogollo blanco y compacto.

El segundo gran producto es el tomate que llega en conjunto a unos 20 millones de kilos; se planta en mayo y se comienza a recoger a primeros de agosto hasta que llegan los hielos en octubre, siendo el único cultivo para la cosecha. La planta se ata a unas cañas o tutores que la mantienen aireada e impiden que el fruto toque la tierra, facilitando su recogida e impidiendo su pudrición. Otros productos menores en volumen de producción son la col, coliflor, calabacín y las judías, habichuelas y habas verdes.

El invernadero es el montaje industrial de la huerta, que acorta el período de cultivo y ahorra agua a base de nebulizadores o aspersores; la planta se traslada a la tierra cuando alcanza unos 10 cms. de altura; el panorama de los gigantescos medios tubos de plástico que brillan al sol se hace cada vez más familiar en el Llano y son señales, si no precisamente de belleza paisajística, sí de una evolución muy rentable del cultivo.

El riego por goteo es el otro complemento que se está introduciendo a pasos acelerados, ahorrando agua en un 30% además de tiempo, pues basta con abrir una llave y controlar el agua, evita la proliferación de las hierbas y, por tanto, el abuso de herbicidas, con lo que abarata los costos de producción aún contando con la inversión de la instalación que no es demasiada ni en capital ni en tecnología, pudiendo instalarla cualquier agricultor debidamente asesorado.

La horticultura del Llano es intensiva y, además, un «cultivo de primor»: esto implica el sofisticado a más de intenso cuidado de la planta, el riego meticuloso, el tratamiento fitosanitario, el destalle, el «aclareo» (repicado), el entutoramiento, la elaboración final del producto, con todo lo cual se consigue un producto de calidad. Y todo esto en una tierra donde la limpieza se cuida al detalle, aprovechando hasta el centímetro el espacio cultivable, resultando en parcelas de diferentes tonalidades de verdor, consiguiendo unos planos parejos de plantío, a los que s6lo le faltan el punteo de unas flores, que pronto aparecerán, cuando la técnica alivie todavía más el trabajo de la huerta.

El artífice de este jardín es la empresa familiar y la iniciativa privada que tiene que regar con su sudor esta fértil tierra.

EL TRABAJO y LA EMPRESA

Existen en el Llano unos 400 campesinos en régimen minifundista, de los que una tercera parte alterna con el trabajo eventual de jornaleros, lo que significa que el paro es absoluto para muchos de ellos en los meses de invierno, ya que no existen cultivos en ese tiempo al no tener significación alguna la aceituna ni haber industria. Por otra parte están los que no poseen tierra ni ganadería, que dependen totalmente del trabajo jornalero en la huerta en verano y del eventual en los pinos; éstos son los que tienen planteado con más crudeza el problema de las 60 firmas para cobrar el subsidio; los medianeros tienen derecho a exigirlo de los propietarios con quienes median, los demás pasan por la agonía de la búsqueda continua. La cifra oficial de paro en el 86 fue de 200, que aumenta continuamente por la incorporación de la mujer y los jóvenes.

Por todo esto, la figura del medianero toma una importancia relevante; el dueño pone la tierra, agua, semillas, abonos, instrumentos, etc., mientras el medianero pone el trabajo, repartiendo la ganancia a la mitad; como el regadío exige mucha mano de obra toda la familia ha de emplearse a fondo con niños y mujeres, cada uno en una tarea que ha venido a ser su especialización: para el hombre las tareas más duras, para los demás las más llevaderas, como atar las lechugas; con todo, si para el hombre es un trabajo agotador, para la mujer es un doble trabajo, ya que tiene que preparar la comida, hacer la casa y prestar los cuidados especiales que los más pequeños requieren; para los niños también resulta arduo pues empata directamente con el principio del colegio, sin darles tiempo al merecido descanso. La cantidad de tierra que un medianero toma depende en buena parte del tamaño de la mano de obra de que disponga en la familia, dos fanegas de tierra como mucho para una familia corta. En un buen porcentaje los medianeros mantienen el contrato durante varios años con los mismos propietarios, pero los hay que van rotando según las circunstancias. Aunque el contrato de medianería es siempre injusto, pues el dueño recibe la mitad además de mantener siempre la propiedad, las condiciones bajo las cuales se efectúa en el Llano no son comparativamente malas.

Tres son los factores que han producido este nuevo fenómeno: la huerta, el microclima y el carácter del productor. Es claro que, en el caso del Llano, los dos primeros ponen las condiciones materiales necesarias («sine quibus non»), pero es el «factor carácter» el que produce la dinámica del desarrollo; mientras en otras zonas del país es la iniciativa oficial la que lo genera (haciendo pantanos, por ejemplo) aquí lo produce la capacidad de la iniciativa privada inversora; este tipo de productor está comprendido en una banda de edad que va de los 25 a los 45 años, que no se resigna a quedarse atrás y arriesga con la inversión y el crédito (aquí sólo ahorran los jubilados y un grupo de productores resignados con su situación). Por esto, el volumen global de la deuda es grande pero está muy repartido pues responde a una inversión de 300 mil ptas. de media; fue a este fenómeno al que respondió la modalidad de «crédito de campaña» de La General, que se comenzó con 21 millones de pesetas solamente, repartidos entre 60 personas en cantidades variables que iban desde las 100 mil al medio millón de pesetas. Este tipo de crédito fue inmediatamente asumido por la gente del Llano, lo que demuestra la capacidad de la pequeña inversión y la confianza en sí mismos para el riesgo; el préstamo se daba al 13% y suponía una tramitación bastante simple; la operación fue un éxito y fue el motivo de que se extendiera a toda la provincia en forma de «crédito de campaña para libreta del campo»

El tipo, pues, de empresa agrícola más común en el Polje es la empresa familiar; como alguno ha dicho, «el consejo de administración de esta empresa es la mesa camilla»; es la empresa de inversión pequeña pero arriesgada, de la que se ha hablado antes, que tiene que afrontar al mismo tiempo otros esfuerzos, como la renovación de la casa o la construcción de una nueva, lo que realiza comenzando por gastar los ahorros, sacando un pequeño préstamo después y la termina con materiales a cuenta de la próxima cosecha.

A este tipo de familia media se une el sector de los jubilados en un número de 300, con pensiones que no suelen subir de las 30 mil pts. mensuales y que se ven obligados a llevar una vida con muchas restricciones, careciendo muchos de ellos de facilidades en sus viejas viviendas, como cuarto de baño, y que subsisten gracias a la economía que hacen en ropa y similares. El otro estamento medio, aunque más elevado, es el de los funcionarios públicos, unos treinta, que tienen una economía más estable.

En Zafarraya se han desarrollado bastante satisfactoriamente, sobre todo a partir del esfuerzo de «las guerras de las lechugas», una serie de asociaciones de productores, de comercialización y de servicios, así como algunas granjas, sin las cuales no se puede entender bien la vida del Llano.

SOCIEDADES AGRARIAS

San Isidro, Hortollano y el Señor de las Tres Marías son tres SAT (Sociedad agraria de transformación), de las que sólo vamos a hablar aquí de la primera. Comenzó con una corrida de tomates en un local prestado y cubre tres aspectos fundamentales: el de cereal, hortícola y de servicios. Su título completo es «Sociedad cooperativa andaluza limitada N.S. de las T. Marías», que cuenta con 103 socios que entran en la rama de servicios, pero no todos están en las otras dos.

La rama cerealista programa la economía del sector en producción y mercado, de trigo y cebada, que son los productos más fuertes, y de girasol y garbanzos que son más débiles; para ello ha recibido subvenciones del MEC y las esperan del FORPA y la Junta para construir tres silos con una capacidad total de millón y medio de kilos.

La rama hortícola cubre la lechuga, sólo en la variedad de «larga o inverna», y no la «malagueña», organizando su producción en tres tandas, pagándole al productor por kilos-caja para darle estímulo; también se comercializa el tomate, la coliflor, habas verdes y habichuelas. Ha habido años en que han tenido que comprar productos para abastecer la demanda, extendiendo el mercado a Palma de Mallorca, Valencia, Madrid, Almería y Sevilla. La lechuga se organiza en tres tandas: la primera finaliza la plantación el 31 de marzo, la segunda el 31 de mayo y la tercera el 19 de julio, obteniendo lechuga hasta el 30 de septiembre, habiendo hecho los turnos por sorteo.

La rama de servicios ofrece semillas, insecticidas y abonos a los socios y a los de fuera; en realidad la comercialización es también un servicio que, en el caso de girasol en el 86, reunió de hecho a la totalidad de su producto, pues la máquina cosechadora de girasol contratada por la sociedad ahorró 1.500 pts. en el costo por cada fanega de tierra, consiguiendo vender el producto en unas 20 ptas. más. El volumen mayor de negocios lo tiene la asociación con el abono.

Algunos de sus edificios están construidos en tierras de alquiler, pero los nuevos silos van en terreno propio, y hoy programa con Hortollano el montaje de ciertas facilidades conjuntas, dado que tienen naves colindantes. Esto significa que hay una actitud de colaboración, al menos, en muchos aspectos entre las diversas asociaciones de productores que responde en parte al deseo que todos manifiestan verbalmente: que el Llano todo sea una sola cooperativa, como lo fue por unos años.

UNA GRANJA DE CONEJOS

No es posible en un trabajo de este tipo describir todas las iniciativas y realizaciones que hay en el Llano en esta materia; la cooperativa «El Polje» construye ahora una granja moderna de conejos, y hay otras varias en explotación. Por esto escogemos aquí la «Granja de conejos de los Emilines» que responde a una empresa familiar que combina la ganadería de corderos, granja de conejos y la producción agrícola. Está situada entre Zafarraya y Almendral, en dos pabellones antiguos junto a un motor; la nave de los conejos está en alto, es limpia y aireada, que mantiene la temperatura adecuada por el doble techo y la combinación de la ventilación, y que alberga unos 800 conejos, de los que 170 son conejas de cría.

Higiene y medicinas son básicas en este tipo de animales, vacunándolos contra las infecciones que suelen atacar a estos animales, pero de momento no puede efectuar el «vacío sanitario» que consiste en mantener vacía el aula por un año.

La higiene por lo demás es extremada; las jaulas están a un metro de altura, y debajo de ellas los arriates de cemento para el estiércol, que se barren en invierno y se lavan en verano. El pienso les cae por unas tuberías, pienso compuesto de hierbas y cereales deshidratados, por lo que no puede faltarles el agua que les cae por otro dispositivo de modo que ni pienso ni agua se desperdicien ni se embarren. El estiércol es muy fuerte y se utiliza en la huerta pues esta familia quiere mantener la simbiosis de huerta-ganado.

En cada jaula cuelga la ficha de macho, coneja de cría o camada, con los datos de cubriciones, partos, salud, modalidad de pienso que cada uno necesita, etc. Una coneja suele parir de ocho a diez crías, a las que amamanta una vez al día, abrigándoles con su cuerpo sobre la cama de paja suavizada con los pelos que ella misma se arranca; al extrañar nuestra presencia una de las madres comienza a dar fuertes y secas patadas en las paredes de la jaula para espantar al supuesto enemigo, cosa peligrosa para las crías. A los diez días de haber parido la coneja está de nuevo en condiciones de ser cubierta, aunque tanto ella como el el macho puede rechazar el idilio por diversos motivos. El peso ideal para la comercialización del conejo es de 2 kgs., siendo las remesas de 200 ejemplares, blancos en su mayoría, que se comercializan en Granada porque UNISUR no respondió a lo que de ella se esperaba.

Esta familia granjera insiste en que hay que tener cariño a los animales para lidiar con ellos, pero que la granja retribuye los trabajos de una familia, de modo que se puede cumplir con los préstamos de Extensión agraria, con lo que se levantó este proyecto pues hay suficiente demanda de los mataderos. Periódicamente se reúnen con otros cunicultores del Llano para intercambiar información y experiencias, pero no llegan a formar cooperativa.

LA GANADERÍA

La ganadería, que fue la actividad casi única del Llano hasta el s. XVIII, es hoy el segundo capítulo en importancia de generación de riqueza. Antiguamente fue muy fuerte la vacuna de leche pero decayó, volviendo a resurgir cuando las centrales lecheras aseguraron su compra; el ovino perdió fuerza con la repoblación forestal de las sierras del sur, ya que sierra Gorda está casi desforestada.

El censo municipal de ganado dio en el año 1985-86 la cifra total de 10.819 cabezas repartidas en tres grandes grupos:

– Almendral …………………………… 5.869 cabezas

– Zafarraya ……………………………. 2.004 cabezas

– Puerto ………………………………. 2.946 cabezas

Hay, por tanto, unas 11 mil cabezas de ganado de las que 7 mil son de oveja; el Almendral tiene el 70% del total del municipio, viviendo allí de esto unas 20 familias, poseyendo la que más unas 600 cabezas.

El ganado en general no está estabulado sino que pasta en el monte, dando con ese tipo de pienso una leche rica en grasa y pariendo con más facilidad debido al ejercicio; la cabra estabulada resulta barata porque come del .verdeo de los motores, aunque este pienso es demasiado acuoso y la leche pierde de los 5.2º que suele ser la media de grasa para la cabra de aquí.

A cada cabra se le ordeña una media de 2 litros diarios que se venden a la Cooperativa o a centrales lecheras; los chotos de cabra se venden cuando alcanzan los 8 kgs. con cinco semanas de nacidos, en tanto el borrego se vende a los varios meses cuando pesa los 15 kgs., por lo que paridera más importante en éstos es la de mayo que se vende al buen precio de la Navidad.

La única zona exclusivamente ganadera es hoy la del Puerto que comprende la Ventilla de la Leche y algunos cortijos más; antiguamente se vivían allí también del cultivo de secano, pero ya no es rentable; hasta la ganadería va disminuyendo, pues si el censo del 85 le daba unas 3 mil cabezas, hoy sólo llegan a mil, de lo que viven nueve familias con un total de 70 personas sin fuentes ni huerta, sino un algibe y pozos para el consumo y el del ganado; carecen de luz eléctrica, a pesar de las viejas promesas oficiales, de la visita de técnicos de la Junta y de que el tendido llega hasta 2 kms. de allí, contentándose con la tele a pilas; la energía solar necesitaría un apoyo oficial más decidido y la producción por generador la posee una sola familia.

Sólo hay un crío en edad escolar, lo que significa que la población consta de viejos y matrimonios muy jóvenes; hace 50 años había unas 150 personas, pero el futuro lo ven más bien negro, a no ser que el Ayuntamiento lleve a cabo un proyecto de revitalización de la zona a base de chaletes, pero salvando las exigencias que la ecología del medio requieren. Pues la zona linda con los pinares de la Umbría y un hermoso chaparral, propiedad de estas familias en lotes de 3 a 8 fanegas de monte.

No suele llover mucho, pero es lugar fresco porque se haya a casi 1.500 ms. de altitud.

Hasta los años cincuenta, los ganaderos de Zafarraya pastaban en cualquier sitio del monte público pagando un canon por cabeza de ganado; pero los más potentes consiguieron terminar con el libre uso e implantar la subasta; el monte se dividió en nueve lotes que se subastaban cada cinco años, dejando libre solamente el llamado lote «E» cercano al Almendral. Así se llegó a la irracionalidad de que sólo seis ganaderos fuertes, que entre todos poseían solamente 2.000 cabezas, se apoderasen del monte, mientras que el resto de 42 ganaderos pequeños, con 6.000 cabezas en conjunto, tuvieran que contentarse con el lote libre, viéndose obligados a pastar en el Llano donde los municipales les cargaban con multas; en la subasta entraban, además, ganaderos no censados en el municipio. Esto fomentó el subarriendo, pagando por cabeza de ganado lo mismo que pagan hoy, treinta años después, por el pasto libre. Este sistema arruinó a muchos ganaderos pequeños que tuvieron que malbaratar el ganado, siendo también una de las causas de abandono de la zona del Puerto.

A la vista de todo esto, en el año 77, los ganaderos apoyados por la UAGA y por el Ayuntamiento popular, forzaron la terminación del sistema de subasta, aunque faltaba un año para finalizar aquel plazo, y consiguieron que los pastos se adjudicasen en forma directa; dividieron el monte en 10 lotes, poniendo a la cabeza de cada uno un ganadero responsable pero sólo para vigilar el cumplimiento de la nueva normativa que, por otra parte, era la que había existido siempre antes del régimen de subasta; desde entonces se puede pastar libremente en todo el monte público pagando el canon municipal por cabeza de ganado.

Uno de los problemas más serios del ganadero es la venta de la leche; las centrales lecheras suelen comenzar pagando precios aceptables pero luego los bajan con la excusa de la poca grasa de la leche; estas centrales envían buena parte del producto a la Mancha, deficitaria en leche, vendiéndolo luego manufacturado en forma de queso y mantequilla «de pura leche de oveja» pero fabricados con leche de cabra andaluza al menos en parte.

A pesar de esto, sólo el 60% de los ganaderos de Zafarraya están integrados en la cooperativa de Alhama AGRUINCA (Agrupación Intercomarcal de Ganaderos), que tiene unas normas de higiene y salud del ganado que garantiza su conservación y la calidad del producto, pues obliga a vacunar el ganado en los tres primeros meses para erradicar las enfermedades, ofreciendo el servicio gratuitamente, y cuyo presidente es un combativo y generoso veterinario de la zona. AGRUINCA dedica la totalidad de la leche a la producción de queso, semifresco y de extraordinario paladar y cuya mercalización se ha abierto paso de un modo seguro, llegando hasta Cataluña; de momento está asegurada la venta por mucho tiempo. Es cierto que, sobre todo para los nuevos socios, la cooperativa tiene la desventaja de demorar el pago de la leche los dos primeros meses, tiempo del reposo del queso y de su comercialización, por lo que el pequeño ganadero tiene inconveniente para asociarse, pero se está estudiando el modo de soslayar esta dificultad.

Por otra parte, sólo a través de la asociación cooperativa puede el ganadero acceder a la ayuda oficial de modo eficaz y de defenderse del gran capital de las centrales. El MEC prima el ganado vacuno buscando reducir su volumen, pero no ha tocado aún el capítulo del ovino y caprino, esperándose que algún día obligará a reducirlo ya que Europa tiene excedentes de leche aunque es deficitaria en ambos tipos de ganado; además, desconfía de nuestra leche por la brucelosis. De todo lo cual se deduce que el futuro de la ganadería pasa en el Llano por la asociación de los ganaderos en cooperativas libres y fuertes, por la semi-estabulación del ganado en polígonos adecuados, la combinación de los piensos compuestos con el libre pastoreo y el forrageo del Polje, por la ayuda de la Administración, pues la ganadería está llamada a jugar un papel decisivo en el desarrollo de la riqueza del Llano. Para completar el tema de la producción vamos a añadir tres breves notas relacionadas con el mismo: la UAGA, la repoblación forestal y la protección del medio. La UAGA (Unión de agricultores y ganaderos de Andalucía), está organizada en Zafarraya y en toda la comarca, aunque no llega a tener la fuerza que le correspondería como asociación que responde al tipo de pequeño productor agrícola y ganadero del Llano; pese a esto, jugó un papel esencial en la lucha por el libre uso del monte, como se ha visto, y esta moviendo una campaña a nivel comarcal para defender la agricultura de secano, concienciando a los agricultores en temas como la subida del gasóleo agrícola, el retraso de su pago por la Administración, la tardanza de la ayuda especial para la agricultura de montaña y la importancia de legumbres.

La superficie forestal repoblada hasta 1960 en el Municipio es de 863 Has., notándose en la Umbría la raya de repoblación coincidente con el límite de municipios. El Ayuntamiento piensa promover un plan de repoblación de sierra Gorda a base de bosque autóctono.

Zafarraya está dentro del «Plan especial de protección del medio físico de Granada» aprobado en este año, y cuyas normas suponen la limitación de actividades constructivas o transformaciones del Polje «como paisaje agrario singular». El plan propone el uso forestal de parte del suelo para proteger los recursos hidrológicos y obliga a la elaboración de estudios de impacto ambiental, manteniendo la administración una vigilancia intensa para la observación de estas normas. A esta reciente noticia de prensa todo lo que se puede decir es «que nuestros ojos lo vean».

A MODO DE RESUMEN

Se han repasado los capítulos que generan riqueza en el Llano, tierra, agua, secano, ganadería, foresta, asociaciones, productores, etc., así como los problemas que cada uno de ellos enfrenta, de lo que se pueden sacar algunos datos y conclusiones para todo el Polje:

superficie cultivable ………………………………….. 3.200 Has.

superficie de monte y pastos ………………………. 3.300 Has.

superficie de repobl. forestal …………………………. 700 Has.

lo que da una producción bruta

del regadío ……………………………………….. 1.400 mill. pts.

del secano ………………………………………….. 100 mill. pts.

del ganadería (13 mil. cabezas) ………………….. 700 mill. pts.

del forestal (peonadas) ………………………………. 7 mill. pts.

T O TAL : 1.677 mill. pts.

La producción neta por sectores, deducidos los gastos de cultivo, comercialización y otros factores de costos de producción, da los siguientes beneficios:

regadío ……………………………………………… 800 mill. pts.

ganadería …………………………………………… 105 mill. pts.

secano ……………………………………………….. 80 mill. pts

forestal ………………………………………………… 7 mill. pts

T O TAL : 992 mill. pts.

De estos datos globales del Llano se desprenden estas conclusiones

1.ª El liderazgo y el futuro del regadío como generador de riqueza; es la actividad más productiva aunque no llega a la cuarta parte de la tierra cultivable; de los aproximadamente 600 millones de gastos que supone su producción, unos 350 millones son costos internos (mano de obra, por ejemplo) que vuelven a repercutir en beneficio del conjunto de la población siendo, por tanto, un regenerador de recursos; todavía quedan otras dos terceras partes más del Llano susceptibles de meter en regadío en un plan total que responde a la aspiración de los productores y a un proyecto factible, supuesta la ayuda oficial sin temor a que falte la capacidad de comercialización, como lo han probado los productores hasta ahora, bien a través de iniciativas agrupadas, bien a través de un esfuerzo cooperativo total.

2.ª La ganadería es la segunda fuente de ingresos, doblando casi el beneficio del secano, a pesar de ser todavía un sector semi-marginal y privado, expuestos a los desastres naturales, como la sequía, y una explotación tradicional falto de organización cooperativa y de ayuda institucional; de donde se deduce que el futuro del Llano comprende la promoción de este sector, su combinación con la huerta, las facilidades industriales, la reorganización cooperativa y la ayuda oficial.

3.ª La mala rentabilidad del secano que, ocupando el 75% de la tierra cultivable, no llega a rendir el 15% del total de riqueza; si hasta 1960 fue la base principal de la economía, hoy su mantenimiento carece de sentido, con el agravante de que apenas da rentabilidad social (mano de obra) y los gastos que genera, aunque sólo son un 20%, son casi exclusivamente gastos externos que no revierten en la economía del llano; se puede considerar, por tanto, carente de interés económico y social, por lo que la construcción de silos en tierras que un día pueden entrar en regadío revela una mentalidad cerealista castellana ajena a los intereses del Polje.

4.ª La producción asociada y cooperativa es la que puede aportar las nuevas técnicas de cultivo, experimentar nuevos productos y extender adecuadamente la comercialización, la combinación de huerta-ganadería, todo ello con una visión social que vaya más allá de los mera rentabilidad economicista para abarcar el bienestar de todos los habitantes del Llano.

LA CONQUISTA

«… Y volviendo al puerto de Zalia en lo alto de la sierra hace fértil y hermosa dehesa, abundante de hierba y de espesos encinares, donde se engordan gruesísimas manadas de ganado de cerda; llamando los moros «hestaara-aya» significando «campo de pastores» y, corrupto, Zafarraya». Esto es lo que dice Henriquez de la Jorquera, castellano que vivió en Granada en el s. XVI. El investigador arabista Asín Palacios dice que el nombre árabe era «Fahs al-ra iyya» o «campo de los pastores». Y éstas son las únicas referencias conocidas de Zafarraya en el período andalusí del Llano, lo que viene a confirmar su situación de dehesa, no necesariamente restringida al ganado de cerda, como parece indicar De la Jonquera.

Zafarraya era, pues, todo el Polje ya que el Pueblo actual no existía entonces; tampoco parece que tuviera mucha importancia el Almendral como población, siendo probablemente un campamento de pastores más o menos estable, aunque habitado desde antiguo, como se ha visto por las necrópolis. En Ventas parece que siempre hubo asentamientos, por la misma razón que en Almendral, más el tráfico comercial que siempre le caracterizó.

Lo que sí aparece en documentos históricos castellanos es la villa de Zalia o Zalea, a la que perteneció el Llano, que pudiera estar en la parte soleada de la vertiente sur de la sierra, mirando a la costa, pero muy próxima al Boquete como para haber desarrollado el dominio sobre el Polje. Destruída esta villa de Zalia, cuya primera sílaba puede permanecer aún en el nombre Zafarraya, viene un pleito entre las ciudades de Laja, Alhama y Vélez Málaga por la posesión de la dehesa. Por una parte, parece que pasó a propiedad de Vélez, cosa natural por la situación probable de Zalia, y según consta en la «Carta de privilegio» dada por los Reyes Católicos en 1488 para «ennoblecer y bien poblar la ciudad de Vélez-Málaga, mandando venir gente de Sevilla para que se aposenten en ella» y le dan «demás y allende de las otras villas y lugares, y montes, egidas, aguas y prados y pastos que la dicha ciudad tenía en tiempos de moros, por tierra y jurisdicción la villa de Zalia, con su fortaleza y con todos sus términos y montes, egidas, prados y pastos y sotos y arboledas y aguas estantes y manentes, para que de aquí en adelante y para siempre jamás la dicha villa de Zalia pertenezca para todos los efectos de jurisdicción alta y baja a la ciudad de Vélez-Málaga, y mandamos al príncipe don Juan… que guarden y cumplan lo contenido; y queremos y mandamos… que en ningún tiempo la dicha villa… pueda ser dividida de la dicha ciudad (Vélez)».

Sin embargo, por algún motivo también Loja mantuvo pretensiones hacia la dehesa, pues en 1493 hubo pleito entre ambas grandes ciudades por la misma. Y la cosa se complicó aún más cuando Alhama pretende que los Reyes Católicos concedieron la dehesa «en recompensa por la ayuda prestada por esta ciudad a la conquista de la ciudad de Granada». El hecho es que a principios del dominio castellano las tres grandes ciudades pleiteaban por la misma dehesa, de modo que en 1495 se hace un apeo y amojonamiento del término Vélez-Málaga, que luego formó parte de las pruebas presentadas por Vélez contra Alhama en 1631, por donde se ve que el pleito duró siglos, aunque Loja parece que fue eliminada pronto de la contienda, quedando la .Albama y Vélez. En el apeo de 1495 se dice que la linde corría desde la «cerradura de Aynasol», donde estaban los mojones de Guadaxaxo; el primer mojón, después de eso, lo encontraron en el Val de Santa María (Puerto o Boquete de Zafarraya), y desde allí por la sierra de Gibela Beuxalid .hasta los «dientes de la Vieja», y se encuentra un segundo mojón junto a unas encinas (y, según el testimonio de unos moros viejos, hasta allí venían los de Zalia, ya que Zafarraya era de este castillo); otro mojón estaba en la Torre de Jurquiba (Júrtiga?); desde dicha Torre hacia arriba era el término de Alhama y, hacia abajo, de Vélez. El segundo mojón estaba en el «Arroyo del Judío», y de allí pasa dicho arroyo a un cerro pelado, que se llama Atalaya de la Cañada de Gómez, y de allí por medio de la loma va sierra adelante al camino de Zalia hasta Alhama por la Alcaicería, y desde allí, atravesaba derecho a la sierra Tejeda, donde en una cañada existe otro mojón. A continuación se leen los nombres de quince moros, que dijeron y juraron según su Ley, que Zafarraya había sido del partido de Zalia, cuyos habitantes aprovechaban los pastos, caza, frutos y todo cuanto criaba este suelo. Hasta aquí el resumen del amojonamiento hecho para Vélez.

Nada parece cambiar en el Llano durante el s. XVI en cuanto a la utilización del mimo se refiere.

En 1631 (s. XVII) Felipe IV considera a la dehesa de Zafarraya como tierra de realengo y, por lo tanto, sujeta a impuesto que habrían de satisfacer ambas ciudades de Alhama y Vélez, pero que parece que nunca se pagó.

REPOBLACIÓN Y ROTURACION DEL LLANO

En 1766 Carlos III había impuesto la roturación y cultivo de todas las tierras con posible utilización agrícola y en 1767 se comenzó a discutir la nueva Ley Agraria. Paralelamente se da el fenómeno del asentamiento humano definitivo en el Llano, impulsados por la necesidad de roturar nuevas tierras para el cultivo amparados en las nuevas leyes y animados por el alza de los precios de los productos agrícolas, razón por la que nacen también otros núcleos vecinos como Cacín, Agr6n y Santa Cruz de Alhama (luego del terremoto, «del Comercio»), El impulso definitivo para este movimiento parecen ser las «pre-desamortizaciones» de Carlos IV, la llamada «desamortización de Godoy», debidos al déficit de producción de granos de finales del s. XVIII y una incipiente recuperación demográfica; pero tales nuevas roturaciones se hicieron, en general, sin inversiones adecuadas y con unos medios técnicos muy pobres, un arado de palo a lo más, máxime éstas del Llano que no estaban, a lo que se sabe, amparadas por ninguna legislación concreta.

Almendral siguió siendo, según se ha visto, sede más o menos temporal de los pastores, parece que principalmente de Alhama, de donde está más cerca, que pastaban tanto en el Llano como en sierra Goda y Júrtiga, y que traían el rebaño a parir a la vaguada abrigada de Las Parideras. Pero a finales del s. XVIII, algunos pobres labradores, procedentes de la puebla de Alfarnate, de la provincia de Málaga y cercana al Puerto de los Alazores (hacia Laja), se dedicaron a desmontar y descuajar aquel feraz terreno, sosteniendo desde entonces una lucha gigantesca con los vecinos pastores de Alhama, que querían disfrutar exclusivamente de su aprovechamiento. Los de Alfarnate, porque no se sintieran a gusto con sus enemigos los pastores del Almendral, o porque les fuese más cómodo estar cerca de los nuevos cultivos de secano, comenzaron a edificar chozas en el Calar o Pedriza que sale del oeste de sierra Umbría y se adentra en el Llano, dividiendo la zona de los Sumideros de la del actual Alcachofar; da la impresión de que este asentamiento fue meramente temporero, quizás para sólo las tareas del verano. Dichas chozas se convirtieron en las primeras viviendas estables de Zafarraya-pueblo, y debían estar al pie de la Iglesia vieja, pues cuentan los antiguos que había un tal «Zopo», zapatero que vivía por debajo de la Plaza, que subía al solar de lo que es hoy la Iglesia «para dar el alba con el pollo perdiz». Los más pobres irían haciendo sus chozas «Pedriza arriba», pues el episodio del Señor de las Tres Marías se pone en una de las chozas más altas. Las familias que se recuerdan como primeros asentadores provenientes de Alfarnate son las del Peregrino, del que ya no queda nadie, de José el Grande, el Colás, los Vivas y otras. El nuevo pueblo se llamó «Chozas», y sus habitantes han sido conocidos por mucho tiempo como «los chozeños»; tal vez después del terremoto vino a llamarse «Chozas del Rey», título por cierto que honra tanto al titular como a los titulados. Pero también se llamó «Calar del Rey», sin saberse a ciencia cierta si fue también a consecuencia del terremoto que alguno intentó cambiar el pobretón nombre de Chozas.

Los nuevos pobladores se vieron inmersos en una serie de pleitos y enfrentamientos con los habitantes de Alhama y demás lindantes con la dehesa, que durará todo el s. XIX. A finales de 1.800 el Alcalde de Alhama impuso una demarcación arbitraria de los límites entre esa ciudad y Zafarraya. Una Real Orden de de 7-enero-1801 reconoció el dominio útil de la dehesa a favor de los chozeños, bajo la obligación de satisfacer a Vélez y Alhama un crecido canon por el dominio directo que personificaban estas dos ciudades sobre el Llano. Pero el 15-abril del mismo año el Gobierno Civil de Granada manda deshacer los efectos de tal deslinde. A vista de esto, la Real Chancillería, y con objeto de fijar circunstancialmente la demarcación territorial de Zafarraya, que no estaba bien clasificada, por cuanto el último deslinde de la Dehesa se había hecho en 1767, manda hacer uno nuevo.

A pesar de las difíciles condiciones de vida en medio de tanto pleito creció la población erigiéndose en Villa con Ayuntamiento en 1.815, concediéndosele parroquia un año más tarde. Es raro que no aparezca en el Ayuntamiento ningún documento en el que conste la Real Orden de erección como Municipio, sin embargo se conserva, aunque está en muy mal estado, una copia del Expediente de erección de parroquia de la Curia de Málaga, a donde pertenecía religiosamente el Llano. He aquí un resumen de las ideas de dicha copia: tiene fecha de 1818 y está expedido a petición del Juez de Zafarraya, se ve que para tener un documento fechaciente de la fundación; el expediente parroquial comenzó en 1813 con la separación de parroquia, aunque parece afirmar que el término no perteneció nunca a las parroquias colindantes, y por otra parte da la impresión de que ya estaba deslindado de las de Periana y Alcaucín; la parroquia se organizó después de haberse constituido el poblado en Ayuntamiento y a petición de los pobladores, pues ya se decía en la Real Orden «que se les diese también justicia (juez) y cura propios»; es el Obispo de Málaga el que lo inicia y nombra dos curas: uno en éste último para Zafarraya, y otro en calidad de sacristán para Ventas, con obligación de enseñar a leer y escribir y hacer cuentas a los niños y dar atención religiosa «a los pasajeros», por lo que se ve que Ventas siempre fue un lugar de tránsito. Quizá lo más interesante sea la descripción de los límites de la nueva jurisdicción.

Siguió, a pesar de ser Ayuntamiento, el hostigamiento de los de Alhama que penetraron en Zafarraya al toque de ataque, destruyendo mieses, casas y personas, y llevándose numerosos ganados como botín de guerra. En 1821 el Ayuntamiento de aquella ciudad pública un «manifiesto» a la provincia de Granada sobre los sucesos ocurridos: dice que en los periódicos UNIVERSAL y EL ESPECTADOR se confunde a los alhameños con «los enemigos de la Patria», como vándalos y salvajes, y que no se dan datos para tal calumnia sino la «siniestra narración» del Alcalde de Zafarraya «hombre notado de poca veraz, y malicioso». Y razonan: «los fértiles campos de Zafarraya fueron concedidos por los RR. CC. a la ciudad de Alhama en remuneración de los particulares servicios de sus habitantes prestados en la conquista contra los moros»; «la avaricia del Gobierno, por los años 1.631, quiso tener las dichas tierras por realengas y la ciudad de Alhama, que no se hallaba con fondos para prestar los servicios correspondientes, invitó a la de Vélez-Málaga a fin de que, pagando la mitad, quedase con aquella en mancomunidad de pastos y arbolado…,y así se convino en el año 1.637…, y se confirmó en 1.788. En este estado, los vecinos de Alfarnate, aprovechándose de algún descuido, principiaron a romper el terreno del llamado Puerto de Santa María, que es uno de los ochos cuartos en que estaba dividida toda la dehesa, y destruyendo todo el monte de aquel terreno, sacaron de él gruesas cantidades con las cuales sostenían los recursos de amparo… La confusión de tan diversos órdenes y decretos llegó a complicar el negocio de tal forma que hacía interminable su resolución…, y con este apoyo continuaban los de Alfarnate, reunidos con los de Alcaucín y Periana…, y acaudillados por un monstruo de codicia que se ha hecho millonario…, se apoderaron ya de todo el Campo de Zafarraya; …los intrusos, aunque sometidos a la jurisdicción de Alhama… siempre que tenía que pasar alguna comisión la recibían a balazos; … los nuevos pobladores de Zafarraya fueron los injustos agresores… y no conocían más ley que la fuerza; …y se apresuraron a destruir el arbolado de la dehesa y a romperla en todos sus puntos, para beneficiarse de aquel terreno descansado y beneficiado por tanto tiempo, logrando las más pingues cosechas..,quedando éstos dueños de once mil fanegas de tierra con el sólo título de la fuerza». De modo que así se expresaban los doloridos «jarneños«, narrándonos de camino todos los pormenores de la historia.

En 1825, el Alcalde mayor de Málaga, para dirimir un litigio entre Alhama y Vélez, puso en ejecución la orden de la Chancillería granadina, lo que fue ratificado en 1827 y en 1829. Como todo esto no bastó para aquietar los ánimos de los alhameños, dispuso el Gobierno que una Junta, compuesta por comisionados de Vélez, Alhama y Zafarraya, estableciera unas bases de transacción, aprobada después por R.O. de abril de 1836. Aún así se levantaron los de Alhama, por lo que el Jefe Político de Granada comisionó a un señor en 1838 para que deslindara de nuevo el término, con asesores de las tres villas, sujetándose a la R.O. de 1836, que reproducía la de 1767, rehecha en 1825 y corregida en 1829. Al fin, desde entonces viene Zafarraya disfrutando el pleno dominio y posesión de los terrenos que comprende la zona deslindada.

Hay otro pleito motivado por la expulsión de la ganadería yeguar alhameña de sierra Gorda por los habitantes del Llano. Parece ser que las sierras del borde sur de Zafarraya pasaron a constituir propiedades del Común de este pueblo y de Ventas, mientras que sierra Gorda y Júrtiga, situadas en el borde norte, pasaron a constituirse en Propios de estos ayuntamientos; los bienes de Propios se vieron incursos en el proceso desamortizador, pasando más tarde de nuevo a poder del Estado con el ICONA.

Mientras tanto, se desarrollaba bien la población, a razón de unos 35 habitantes por año, lo que supone una situación de bienestar. Hacia 1842 Ventas, que tenía unos 500 habitantes (Zafarraya-Almendral, 1.250) se separa de ésta; hacia fin del s. XVIII la población alcanza más de 3.000 sólo en Zafarraya. Las viviendas se extienden por todo el Llano, tanto en las Pilas de Algaida y Valdeiglesias, en la carretera, como también en el mismo Rincón de la Reina y Ventilla de la Leche.

Había sucedido el descubrimiento del Polje: de las 7.500 fanegas, que el catastro del Marqués de la Ensenada (año 1752) le señala a la dehesa, casi 5.000 se encuentran ya cultivadas a mediados del s. XIX, lo que supuso la desaparición casi total del arbolado de encina y otros cuercus, como el quegijo, el alcornoque y el roble, con notable crisis en la ganadería de la zona y hasta de la vecina Vélez, pues constituía la «ruptura del sistema de explotación ganadera». Los pobladores construyeron altos muros de piedra al borde de los caminos para evitar la invasión del ganado en los nuevos sembrados. Hacia 1860 las propiedades de Zafarraya se encuentran explotadas directamente por sus dueños, con alguna excepción, lo que configuró una pequeña propiedad que ha originado la estructura y sistema de explotación de y que la ha diferenciado radicalmente de las zonas vecinas.

APUNTES DE HISTORIA LOCAL

Formalizada y tranquilizada ya la vida normal de los dos núcleos del Municipio, Almendral y Zafarraya, disponemos ahora de las actas municipales y otras fuentes para ir desgranando la historia local.

El 16 de mayo de 1856 se estableció una plaza de médico-cirujano, con 400 ducados mensuales que pagaría el Municipio para asistir a los vecinos en toda clase de enfermedades, servir a la autoridad en todos los asuntos de oficio, por una duración de cuatro años, teniendo que poner los cortijeros la para su desplazamiento.

En 1866 se decide la construcción de una escuela de «niñas», juntamente con la de niños, a construir por la Sociedad de Mercado de Córdoba, en el Barrio Nuevo que la misma Sociedad piensa construir en la parte norte del pueblo, pero que el Ayuntamiento pide se haga en el centro de la población.

En 1868 hubo «un deseo unánime de la población», dice el acta municipal, de secundar el glorioso alzamiento iniciado en Cádiz por los generales Serrano y Prim, decidiendo disolver el equipo municipal y nombrar otro que ejecutase al alzamiento, mandando que se hiciese fiesta en el Pueblo, «haciéndose con muchos vivas a la libertad y la soberanía del Pueblo».

A pesar de las demarcaciones de 1868 y 1870, que fijan además los trámites a efectuar para hacer un cambio en la misma, sin que sea causa para alterarlo la falta de dominio del poseedor (privado o municipal), de nuevo el alcalde de Alhama hizo un deslinde en diciembre de 1871 cogiendo algunas tierras, aprovechándose de ser él dueño de algunos terrenos limítrofes; inventó para ello una convocatoria con el Ayuntamiento de Zafarraya y parece que éste cayó en la trampa, aunque no se firmó ningún acta. Intervino el Gobierno Civil mandando una nueva delimitación, exigiendo Zafarraya que se atuviera a la R.O. citada. Enfurecido el de Alhama, organizó un ataque en diciembre de 1871 y estableció nuevas mojoneras, quitándole casi dos leguas en redondo. De nuevo envía el Gobernador examinar lo ocurrido, revocando la mojonera al sitio de 1838, amenazando Zafarraya con defenderse hasta con las armas si fuese necesario.

Por lo que se ve, casi un siglo duró esta batalla de Zafarraya por la pacífica posesión de una tierra que sus colonizadores habían descubierto y que habían incorporado a la nueva economía del País

Otros incidentes locales referidos en las actas municipales dan cuenta de la variopinta situación política y social del Llano.

El 13 de febrero de 1873 el Ayuntamiento acordó adherirse a la proclamación de la I REPÚBLICA «por unanimidad y sin discusión», dice el acta, conforme a lo que habían hecho el Senado y el Congreso recibiendo la renuncia del rey Amadeo de Saboya. Pero de nuevo, y asimismo «por unanimidad» decide festejar la «grata nueva de haberse pronunciado el Ejército del Norte proclamando por Rey y Señor al que por tantos títulos de derecho le pertenece», el príncipe Alfonso (XII), y añade que correspondió «todo el vecindario»: ¿quién cambió tan súbitamente de ánimo, el Pueblo o el escribano?

EL TERREMOTO

A finales del s. XIX suceden dos acontecimientos importantes y los dos trágicos: el terremoto y las epidemias.

Fue conocido en todo el Estado Español por el «Terremoto de Andalucía», y sucedió a las 21:08 del 25 de diciembre de 1884, afectando a un área de 120 por 72 km2. de las provincias de Málaga y Granada; el epicentro estuvo entre Arenas del Rey y Ventas de Zafarraya, llegando hasta el grado diez en la escala de Rossi, produciendo unos 750 muertos y unos 1.000 heridos, teniendo que edificar unas 1.000 viviendas y reconstruir otras 14.000.

Además de la calamidad que supuso, el tiempo era de intensa lluvia y frío, cayendo una gran nevada en la noche del 26, cuando la gente no se atrevía a entrar a dormir en sus casas por miedo a la repetición. Como las comunicaciones de la provincia eran pésimas y estaban además interrumpidas por el mal tiempo, la notició no llegó a Granada capital hasta el día 27; las autoridades provinciales trataron de convencer a Madrid de que había sido una catástrofe, pero el Gobierno central lo tomó como una «exageración andaluza», tardando bastante en reaccionar.

Las consecuencias fueron graves: Ventas desapareció casi por completo, edificándose un nuevo poblado que se llamó «Nueva Habana», tal vez por el dinero enviado por algunos emigrantes de Cuba, pero el nombre no cuajó. En Zafarraya el daño fue notable, habiendo 25 muertos y 86 heridos, de una población de 2.700 entre los dos núcleos. La Iglesia nueva, que estaba prácticamente terminada y recibía los últimos retoques de enlucido y blanqueo, quedó en muy mal estado, sobre todo en la techumbre, teniendo que abatirla para que no produjera mayores daños. En Almendral resistieron todas las casas, pero quedaron en mal estado, de modo que la gente tuvo que dormir a la interperie y el Alcalde pedáneo cortó por su cuenta y riesgo un quejigo para calentar al personal, pasando luego factura al Ayuntamiento.

En el cerro Vitón, entre Zafarraya y Laja, se produjeron verdaderas voladuras de rocas en una franja de unos 200 ms. de longitud y unos 20 m. de anchura.

Al fin comenzaron a llegar, aunque tarde, los primeros socorros; el periódico EL DEFENSOR DE GRANADA abrió una suscripción el primero de enero, y días más tarde llegan algunas tiendas de campaña que, debido a la frialdad de la estación y a la altura, no resultaron muy prácticas, enviando dos casetas de madera pero ¡meses más tarde!.

La noche del 26 se acaba de hundir la techumbre de la Iglesia, inundando sus materiales el interior de la misma y obstruyendo las calles adyacentes, por lo que el Ayuntamiento decide demoler todo lo ruinoso y almacenar el material de piedras, ladrillos y maderas «ya que nadie había venido a disponer de ello». El Municipio recibe QUINIENTAS PESETAS como ayuda de emergencia, repartiéndose las maderas de la Iglesia para reparar las casas dañadas, destinando las restantes para construir una Casa Cuartel. El descombrado, sacado de cadáveres y enterramiento de los mismos costó 522.75 reales.

El terremoto fue, por tanto, una grave calamidad, material y social y, al parecer, Zafarraya tuvo poca ayuda oficial, dado que los pueblos de Arenas y otros vecinos sufrieron aún más las consecuencias y recibieron más apoyo. No obstante aquí se construyó un barrio nuevo, del que todavía quedan algunas casas con esa arquitectura. No fue poco el perjuicio que se le hizo al Pueblo no reedificando la Iglesia: por lo que se puede observar hoy, no parece que su ruina fuese tan grave que no mereciese la pena terminarla, dado que sus muros han resistido más de un siglo de interperie y están ahí, pero el Gobierno decidió edificar una nueva en el Barrio, haciendo una flamante colonia alrededor; según dicen los mayores, esto se debió a la necesidad de que algunos ricos pudieran revalorizar los terrenos que tenían abajo, consiguiendo con ello que la nueva iglesia estuviese en la zona de los ricos que se venían extendiendo por la parte baja de la Pedriza. Una vez más el egoísmo de los pudientes y la connivencia del dinero público con los privilegiados se combinaron para privar a Zafarraya del mejor monumento de estos alrededores. La nueva iglesia tiene el sello de un amplio garaje del XIX.

Como nota curiosa, algunos ricos vinieron a guarecerse en las chozas en las noches siguientes, algunos ricos vinieron a guarecerse en las chozas de las noches siguientes, porque éstas ofrecían menos peligro caso de que repitiera el terremoto.

En cuanto a epidemias se refiere, no afectó mucho a Zafarraya el cólera de 1885, dado el relativo aislamiento, pero sí el sarampión de 1887 y el segundo cólera de 1898.

CHOZAS E INUNDACIONES

Para la Feria de Ganados de 1886 se designó el sitio que va desde el pozo la Fuente hasta la noria del Banquero, poniendo la feria de quincallas en la calle las Eras; y dice el acta que se tuvo que renovar la orden de terminar de retirar los escombros del terremoto y que se blanqueasen de terminar las casas para la ocasión.

En el invierno de 1891-92 una inundación cubrió la casi totalidad del Llano, quedando Zafarraya como una isla; una tal Esteban, ayudado por otros, construyó una barca para comunicar el Pueblo con Almendral y Ventas, prometiendo el Ayuntamiento costear los materiales, pero el pobre Godoy no lo había cobrado todavía en 1892.

Zafarraya se acomoda al pacífico turno de poder entre liberales y conservadores; en mayo de 1900 comienzan por gobernar los conservadores de Silvela por cuatro años, que dimitirán voluntariamente, conforme al pacto, para dar paso a los liberales de Sagasta. ¡Curioso reparto gerifaltesco de la voluntad popular!

Una tarde del 16 de abril de 1931 se presentaron unos cuantos vecinos en el Ayuntamiento notificando que se había proclamado la II REPÚBLICA, y conminando a los munícipes presentes a que abandonaran sus cargos, a lo que accede el Alcalde, no sin poner toda suerte de reparos, y haciéndose el trasvase de poderes al Pueblo en ese mismo momento.

Hasta bien entrado el s. XX la mayoría de las casas de Almendral y Zafarraya eran chozas; se trataba de un solo cuerpo de edificio, de paredes de tierra comprimida o piedras, tejado de vigas de madera a dos aguas, con cubierta de cañas, zarzas y lastones que, una vez secos, ofrecían un contraste entre las paredes y lo oscuro de la techumbre; solían tener dos puertas, una a la calle y otra al corral, si lo había. También se blanqueaba el interior de las paredes y hasta de la techumbre. No tenían chimenea, pero hacían el fuego en el suelo, colgando una plancha de metal, y a veces de tabla, a cierta altura para que hiciese de tope a las chispas de fuego, por lo que se llamaba «chispero»; resultado de tan curiosa costumbre era que la casa se llenaba de humo que salía por las puertas, teniendo que entrar agachado para poder ver a los moradores; y uno que venía solicitando el voto político, cuentan los mayores, entró en una de ellas cuando el humo era más denso y, sin poder distinguir a nadie y tosiendo por el humo, lo único que se le ocurrió decir fue «pero ¡qué buena choza tienes!»

La choza tenía un solo tabique que dividía la cocina del dormitorio común para todos, con suelo de empedrado, lajas de piedra o losetas de tejar. Los más pudientes construían una pieza adyacente con cubierta de teja, con trojes para el grano, y donde se guarecía la familia caso de incendio.

Hoy sólo existe un ejemplo de choza a la entrada del Almendral, exhibida como un museo y en verdad que lo merece, no sólo por el recuerdo histórico, sino por la limpieza y pulcritud que revela la cultura de nuestros abuelos.

EL SEÑOR DE LAS TRES MARIAS

En la primera mitad del s. XIX, una anciana acababa sus días a causa de la tuberculosis, y los familiares, por temor al contagio, se vieron obligados a prender fuego a todos sus enseres en la Pedriza, pero un arca se resiste a ser destruida por los golpes y por las llamas; cuando consiguen abrirla, quedaron sorprendidos al encontrar dentro un cuadro con el rostro de Jesús en su pasión, pintado sobre un cristal. Tomado el hecho como una auténtica aparición, la gente hizo un nicho en una pared para poner el cuadro; había tres mujeres que estuvieron acarreando agua y que precisamente las tres tenían por nombre «María», por lo que el cuadro se llamó el «Señor de las tres Marías».

Hacia 1929 unas diez personas fundaron la Hermandad para edificar la Ermita, haciendo una colecta popular y acordando celebrar anualmente una función religiosa el 3 de mayo, día de la Cruz. La imagen está pintada en el mismo cristal, que tiene unos 30 cms. de largo por 20 de ancho; representa un lienzo, como el conocido de la Verónica, con dos nudos en los ángulos superiores y pliegues que caen a los lados; la silueta de la cara es simple, de trazos firmes en negro, con los ojos muy abiertos y dolientes, y la corona de espinas; el cristal está enmarcado en plata.

Durante os primeros meses de la Guerra Civil, al estar Zafarraya en zona republicana, un vecino de nombre Antonio Bautista Retamero y su mujer Adela se llevaron el cuadro a su casa pero, temiendo ser perseguidos por esconderlo, la mujer intentó borrar la imagen echándole una olla de agua hirviendo; la imagen no se borraba, y ella optó por envolverla bien en un hule y esconderla en la sierra, en el sitio llamado el Chorro; el matrimonio salió huyendo a la llegada de las tropas franquistas, dejando el lugar del escondite vagamente explicado a su futuro yerno, Félix Pascual, que no lograba dar con el sitio; pero un día notó que una cabra se detenía y no se movía a pesar de las pedradas que le endilgaba con la honda, lo que le movió la curiosidad, acercándose al sitio y viendo el cuadro. La noticia se divulgó por el Pueblo y las campanas repicaron durante varios días.

Hoy la ermita es una pequeña nave, con un tabérnáculo de madera, en cuyo centro está la urna con el cuadro. La ermita es graciosa y bien plantada; pero con pintura de mal gusto.

LA IGLESIA VIEJA

No puede faltar en un libro sobre Zafarraya una descripción del mejor de sus edificios. La iglesia de las chozas estaba junto a la actual casa Parroquial, en un sitio que era hasta hace poco mirador natural hacia el Llano, y debía ser muy pequeña. Por esto, a mediados del s. XIX se quiso hacer una nueva más arriba, en la coronación de la Pedriza, apiñando alrededor suyo las chozas y las casas de los más ricos.

Todo el mundo da por cierto que el dinero lo dio Narváez; Ramón María Narváez, el «espadón de Loja», general conservador, representante y defensor de los intereses del latifundio andaluz, que subió al poder y bajó del mismo en los varios vaivenes conservadores-liberales del s. XIX, venía huyendo de incógnito, según cuentan los mayores, tal vez durante el bienio progresista 1854-56. Venía a pie, contra su costumbre y dignidad, subiendo desde Vélez Málaga, tal vez para esconderse por estos andurriales cuando le alcanzó un tal Vivas de Zafarraya, que subía con sus bestias de haber vendido grano en Málaga; trabaron conversación y el general le declaró al campesino su precaria situación, ofreciéndole éste su caballería y su casa como refugio; y en ella estuvo escondido por un tiempo, sin que ni la criada del tal Vivas llegase a saber que allí estaba. Cuando le llegaron noticias del cambio de aire político, viajó a Granada y los Rodríguez Acosta le ayudaron a llegar a Madrid, donde de nuevo tomó las riendas del catarro. Cuando el labriego se presentó un día en la Villa y Corte preguntando por Narváez, éste le recibió con un gran abrazo, ante la admiración de sus edecanes. Tal vez fue Vivas quien le propuso que edificara la iglesia, lo que concedió el General con mucho gusto, encargando al arquitecto que edificó la Merced de Málaga, hoy también destruida, y con el mismo plano de la malagueña. Y, desde luego, se lució, porque la iglesia de Zafarraya es una birguería arquitectónica, a tenor de las ruinas que quedan. Permanece toda la nave central, con el arco que da al crucero, la pared exterior oeste y el sitio del altar mayor; los tejados eran dos aguas, con artesonado de madera; los muros de cuarterones rectangulares de blanquísima piedra entre hileras de ladrillo rojo. El estilo es neoclásico, de aspecto compacto y pesado por fuera, pero la considerable altura de los mismos y la graciosa estructura de las pilastras y arcos interiores la hacen esbelta; su aspecto hoy es de un color apagado.

La amplia nave central forma crucero con otra más corta, que hoy es pasadizo, teniendo otras dos naves laterales más bajas; en la cabecera de la nave principal estaba el altar mayor, del que nadie recuerda si era retablo, ni se conocen cuadros o imágenes de valor que hubiera en ella. La cúpula, totalmente desaparecida, podría ser de media naranja o cuadrangular, apoyada en cuatro arcos torales soberbios, ligeramente de herradura, según el único que aún queda. La fachada tiene puerta grande, con arco de medio cañón y frontón de ladrillo; no se sabe dónde iría la torre, si la llevaba. La estructura interior resulta bellísima por el juego de arcos y pilastras, y el exterior da la impresión de solidez y solemnidad; «muy chula», dicen los críos.

Fue solar de cocheras que, afortunadamente, desaparecieron de derecho; tiene unos jardincillos adosados y la atraviesa una calle. No faltan buenos propósitos con este edificio, pero no se realizan; los jardincillos dan una innecesaria humedad a sus muros, los camiones y coches siguen aparcando de hecho, las palomas horadan los muros y su maravilloso espacio interior está pidiendo un uso más cultural y colectivo.

Y esta descripción del mejor monumento de todos estos alrededores cierra el capitulo de las viejas tradiciones, leyendas e historias del siglo que hace rato se marchó

PRE-HISTORIA

«El hombre puede actuar en el margen que la naturaleza le ofrece, según también la capacidad de adaptación de las comunidades humanas organizadas». Este criterio científico da la clave del asentamiento humano en el Llano, porque éste constituye un maravilloso marco natural que tuvo siempre unos poderosos recursos de abastecimiento que facilitaron el desarrollo de la comunidad humana que desde hace miles de años se asentó en aquellos parajes.

A esto responden los numerosos yacimientos arqueológicos que se han encontrado en el Llano, y que conectan de algún modo con la cadena de yacimientos que existen en las cercanías, como los sepulcros megalíticos de los Bermejales, los de Alhama y otros más lejanos como el Cerro de la Mora de Moraleda, etc.

Vamos a describir en concreto los descubrimientos hechos en la cueva del Boquete de Zafarraya. Se venían recibiendo en el Museo Provincial de Málaga denuncias continuas de los expolios que se cometían en diversas cuevas malagueñas, a vista de lo cual se decidió hacer excavaciones en la zona, comenzando por esta cueva. El equipo científico fue dirigido por el profesor Cecilio Barroso y compuesto por Francisco Medina, José L. Sanchidrián, M. García Sánchez, A. Ruiz Bustos y P. Medina Lara. Contó con una subvención de 75 mil ptas. del Patronato de la Cueva de Nerja el cual, a la vista de los resultados obtenidos en la excavación, la aumentó hasta 175 mil en el segundo año. Al mismo tiempo, desde 1975, se venían haciendo allí exploraciones por equipos del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada y de la Diputación granadina. El equipo malagueño se hospedó en un hostal, pero tuvieron que pasar a una escuela por falta de dinero.

El yacimiento de la cueva está situado al norte del término municipal de Alcaucín, provincia de Málaga, casi limitando con el Llano a través del Boquete de Zafarraya, a unos 35 kms. de Málaga capital. El sitio es una cueva de los crestones calcáreos de la sierra de Alhama que miran hacia el sur y la costa, a unos 1000 ms. de altitud, accediéndose al mismo por la carretera comarcal que une Alhama con Vélez Málaga y, al llegar al Puerto del Boquete, subiendo a pie la empinada ladera de la derecha hasta la mitad de su altura donde, bajo un farallón rocoso, aparece la entrada de la cueva, que se interna hacia la provincia de Granada. Se llama este yacimiento con el nombre de «Boquete de Zafarraya» por su proximidad al mismo, porque sus prehistóricos moradores vivían del Llano y por el caluroso recibimiento que los habitantes del Llano hicieron al equipo investigador y a los hallazgos que fueron expuestos a todo Zafarraya.

El emplazamiento de la cueva constituye un lugar privilegiado de observación, desde donde los cazadores prehistóricos podrían seguir los movimientos de los rebaños de animales a lo largo del río de Vélez hasta el litoral y hacia la altura del interior. La cueva era conocida desde siempre, y algunos curiosos habían intentado explorarla en varias ocasiones, pero su difícil acceso facilitó tranquilidad al equipo investigador que tuvo que construir un primitivo funicular a base de cuerdas para entrar en ella.

Con los descubrimientos se puede reconstruir en parte tanto la naturaleza del Llano como las costumbres de sus moradores. Hace unos 100.000 años era el Llano una laguna rodeada de zona boscosa, con abundante fauna de osos, linces y gatos grandes, toros salvajes y caballos parecidos a los encontrados en la Cueva de la Carihuela de Píñar, que también es de este tiempo. Esta fauna atraía a los hombres Neandertales desde la costa, que convertían la Cueva del Boquete en un campamento de caza, aprovechando las épocas climatológicamente benignas, siendo lo más probable que no viviesen continuamente en ella, sino que se moviesen por todo el Llano siendo la cueva un campamento temporal de caza, ya que está a mucha altitud para permanecer allí todo el año. Lo más probable es que se tratase de grupos reducidos de varones, pues se han encontrado pocos huesos, tanto de personas como de animales, y en ambos casos son huesos de jóvenes y varones, lo que puede indicar que tales huesos de animales se utilizaron sólo para la comida, pues lo mismo se hubieran encontrado huesos de animales viejos si el lugar se hubiese usado como residencia permanente y hubiera tenido animales domésticos.

Sólo se ha excavado a metro y medio de profundidad dentro de la cueva y en una primera cuadrícula; aunque es muy difícil calcular, pueden quedar otros cinco metros de sedimentos antes de llegar al suelo de roca. La mayoría de los sedimentos quedan, por lo tanto, intactos, dándose el caso de que existen niveles neolíticos (más antiguos) que cubren el espacio musteriense descubierto por los trabajos del equipo investigador. Las excavaciones fueron lentas porque las dimensiones de la cueva no permitían trabajar más que por cuadrículas y por sistema aéreo; además, sólo se utilizaron las leznas para perforar y los pinceles para limpiar, y los excavadores ni siquiera tiraban la tierra que se sacaba, sino que la cribaban con agua en un malla muy fina para que no se perdiese ningún objeto.

Se han descubierto cinco niveles diferentes de ocupación, encontrándose hogares para hacer fuego, huesos de animales e instrumentos industriales de silex o piedra. Sus habitantes eran del tipo conocido por «neardental», que vivió en muchos sitios de Europa en el último período glacial y del que se han encontrado restos en lugares de Andalucía, como Pifiar y Gibraltar. Era un tipo de hombre algo más bajo que el moderno, con alrededor de 1.60 ms. de altura, de formas corpóreas más bien pesadas, de cráneo grande y aplastado, con amplias protuberancias o salientes en las mandíbulas.

Los restos humanos encontrados han sido dos: fémur y mandíbula. El fémur, hueso de la pierna y el más largo del cuerpo humano, se encontró en 1982, a 2,5 ms. de profundidad; su estado es fragmentario, pues tiene algo más de la mitad de un hueso derecho, y corresponde a un varón adulto casi maduro; tiene una hendidura longitudinal en la parte del tubo, por lo que se supone que fue objeto de «canibalismo ritual», es decir, que chuparon la médula del hueso en un rito religioso, costumbre que aparece también en otros neardentales de Europa; el fémur es robusto, pero tiene una pilastra más bien débil.

La mandíbula se descubrió en 1983, a la misma profundidad, y está completa, aunque partida por delante; conserva todos los dientes en su sitio, excepto el tercer molar derecho, y pertenece también a un varón adulto, pero joven; es muy fuerte, no tiene mentón y está inclinada frontalmente. Presenta extraordinarias particularidades: por un lado, la altura de su rama mandibular -que es la más grande de todos los neardentales conocidos- la aproxima al «horno erectus» (hombre erguido), mientras que las dimensiones de sus dientes la acercaría a los neardentales más evolucionados; al mismo tiempo, carece de mentón, lo que la diferencia de la del hombre actual. El paleontólogo Antonio Ruiz Bustos ha puesto, en principio, la fecha de la misma entre los 80.000 y 35.000 años, lo que quiere decir que el poseedor de la mandíbula vivió durante la última glaciación, en el período conocido como Wurm-2. Por el angula mandibular se ha deducido que perteneció a un ser de cara ancha y corta, detalle que contrasta con los caracteres de otros neardentales hallados hasta el momento, que eran de cara también ancha pero larga. El profesor García Sánchez, del Instituto «Federico Olóriz» del Departamento de Anatomía de la Universidad de Granada, la describe como la mejor conservada de cuantas se han encontrado en el mundo.

La industria hallada junto a estos restos es de instrumentos de piedra, destinados sobre todo a las tareas de descuartizar los animales cazados; está ejecutada en sílex, y es poco numerosa pero de excelente fabricación; los instrumentos de hueso encontrados están todavía en estudio.

Estos descubrimientos ponen a Andalucía a la cabeza de la antropología en Europa. El Boquete de Zafarraya puede esconder aún restos importantes para el estudio del hombre neardental. De momento los objetos hallados se encuentran en el Museo Arqueológico de Málaga.

Los animales de los que se han encontrado restos son algunos de gran talla, como el caballo, el buey, la cabra hispánica, el ciervo, el lobo yel reno; pero también los hay pequeños roedores como la liebre y el conejo, y diversas aves; esta fauna supone que había amplios bosques, en los que predominaba la encina, y con espacios abiertos que facilitaban la caza.

Llano en general, los arqueólogos podrían también hacer sondeos de sedimentos cuaternarios, a través de los cuales se podría determinar las diferentes etapas de formación del mismo; puede haber hasta 60 ms. de profundidad en la sedimentación; con estos estudios se conocerían mejor los niveles freáticos del agua del Polje, así como delimitar los sitios en los que el hombrre prehistórico pudo desenvolverse.

La Junta de Andalucía se interesó por estas excavaciones de la Cueva del Boquete y prometió que un equipo proseguiría las investigaciones, además de conceder becas a los estudiantes que, terminados sus estudios, hagan algún tipo de prácticas, con lo que el trabajo arqueológico se canalizaría a través de la misma y las universidades andaluzas, pero la realidad es que poco se ha hecho después de aquellos descubrimientos sensacionales.

LA PROTO-HISTORIA

El Polje ha sido utilizado como zona de paso entre el interior de la provincia y costa desde los remotos tiempos de la prehistoria. Esta privilegiada posición estratégica, de la que son muestras los hallazgos explicados, se mantiene a lo largo de los tiempos proto-históricos, pues se afianza la posible entrada de influencias fenicio-púnicas a través del Boquete, hecho que puede explicar el material de importación que se encuentra en el Cerro de la Encina (Monachil) y en el de los Infantes (Pinos Puente); esto supondría que la Vega de Granada y toda la cuencia alta del Genil serían regiones abiertas a los estímulos de fuera durante el s. IV antes de Cristo.

La Mesa de Fornes, altura cerca del pueblo del mismo nombre, que se encuentra por encima de los 1.060 ms. ha dado precisamente en su cima un yacimiento con bastantes materiales pre-históricos, lo que lleva a afianzar la idea de que esto constituía otro punto de vigilancia y control sobre el paso del otro costado de la sierra de Tejeda, opuesto al Boquete, que da al Paso de Frigiliana: éstos serían también los caminos para el envío de materiales de cerámica gris, que parece ser la señal de haber asimilado ya el torno, y que comunicarían las tierras interiores sirviendo de vías de influencia para su transformación, por lo que gracias a estos estímulos de la colonización fenicia pudieron pasar a la Edad del Hierro. Por estos dos puertos pasaron a Fornes y al Cerro de la Mora (Moraleda de Zafayona), y de ahí a Pinos Puente y Monachíl, Todo esto sucede en el Bronce Final (desde el s. X al IV antes de Cristo). Muchas de estas rutas pudieron tener un origen básicamente pecuario, ya que estas poblaciones explotaban principalmente la ganadería, pero se aprovechó el trasiego para las relaciones comerciales que trasvasaban las influencias culturales. Una de éstas fue el cambio del tipo de vivienda, que era ovalado, al tipo rectangular, así como el uso del torno para la cerámica, que suponen una revolución en la ideología y la concepción de la vida para aquellas gentes.

Con la caída del Imperio Romano, y concretamente el período que abarca los ss. III-IV con la invasión de los bárbaros, se llega a un momento histórico bastante oscuro, que afecta en genral a toda la Península y en especial a la provincia de Granada. No obstante, se han localizado en el Llano varias necrópolis que han permitido conocer los distintos asentamientos humanos que se sucedieron. Los estudios arqueológicos se han basado fundamentalmente en dos necrópolis: la primera aparecida en el Almendral en agosto del 86; el hallazgo fue casual, debido a las excavaciones que se hicieron para meter los darros del pueblo, interviniendo la Junta de Andalucía que hizo unas excavaciones de urgencia. La segunda necrópolis se encontró en el mismo verano en Ventas, presentando ambas una tipología muy parecida.

El caso es que la necrópolis del Almendral ya era conocida en el siglo pasado, pues el profesor Gómez Moreno obtuvo restos de gran interés que atrajeron la atención de los arqueólogos; pero de ella sólo quedaron algunas menciones en varios estudios y, con el paso del tiempo, no se pudo localizar el lugar exacto del yacimiento. Este verano se trabajó en una zona bastante reducida y aparecieron seis sepulturas, formadas por unas lajas de piedra, traídas del «Quejigo largo», lugar cercano al Almendral; el muerto era depositado tendido de espaldas (cúbito supino). Normalmente cada tumba presentaba varios enterramientos sucesivos y, en esta utilización varia de una misma tumba, se seguían dos conductas diferentes, de acuerdo con las culturas que las practicaron: por un lado, los huesos existentes de las inhumaciones anteriores son arrinconados en uno de los extremos de la tumba para dejar sitio al nuevo cadáver y, por otro lado, los huesos eran sacados y puestos encima de las losas que tapaban el cadáver reciente

Las tumbas han proporcionado unos ajuares bastantes interesantes, formados principalmente por los objetos personales del difunto: anillos, pulseras, pendientes, puñales, punzones, hebillas de cinturón, etc. En casi todos los casos aparece un objeto simbólico: un cuenco, vaso o jarrita, en cerámica o vidrio, depositado junto a la cabeza o a los pies del muerto. Los esqueletos están sin deterioro y eran todos del período visigótico.

Las excavaciones de Ventas se han hecho en un solar de propiedad privada, descubriéndose catorce enterramientos, de tipología muy parecida a los anteriores, tanto en lo de las lajas de piedra como en lo de los ajuares. Pero destacan dos tumbas de la época romana, una de ellas con el cadáver de un niño; entre los objetos de ajuar ha aparecido una moneda de bronce con la efigie del emperador Decio por una cara y la imagen de Júpiter victorioso por otra; «tiene interés este hallazgo porque permite fechar en el s. III una de las fases de esta necrópolis y el consiguiente poblamiento de la zona en un período que va desde el s. III al VI, comprendiendo por tanto la época visigótica».

A nivel antropológico y etnológico se ha podido saber qué tipos humanos efectuaron el poblamiento del Llano, así como sus costumbres y comercio; por medio de los ajuares aparecidos se pueden reconstruir posibles vías de intercambio comercial y reconocer, por la estilística de los objetos, los pueblos que pasaron o se asentaron por aquí. Algunos objetos aportan un dato fundamental sobre la presencia bizantina en el sur de la Península, y sobre la posible frontera entre medievales y bizantinos, así como de guarniciones militares que protegían la frontera y las vías de comercio: esto puede confirmar la tesis de algunos que afirman que los bizantinos se asentaron en el litoral malagueño, mientras los visigodos estaban en el interior de la provincia.

El equipo de arqueólogos estaba integrado por Isidro Toro, Manuel Ramos y Ramón Almohalla. Los restos humanos aparecidos fueron entregados al Laboratorio de Antropología de la Facultad de Medicina de Granada, que dirige el profesor García Sánchez, para su estudio y análisis. Los objetos se entregaron al Museo Arqueológico de Granada, mientras las losas que forman las tumbas fueron fotografiadas y dibujadas según sus medidas exactas: las que contenían algún tipo de grabado o decoración pasaron también al Museo.

Este rápido paseo por la pre-historia, proto-historia y primeros siglos de la historia, demuestra bien claramente que el Llano estuvo habitado por pobladores remotísimos; que son los bordes del mismo los sitios de asentamiento más o menos prolongado, lo que concuerda con su naturaleza de dehesa con unos bordes abiertos facilitadores de establecimientos humanos; que fueron dos los tipos de estos asentamientos: unos más estables, como serían los del Almendral, y otros más de paso, como la Cueva del Boquete y tal vez algunos puntos de Ventas y Pilas; que el Llano fue camino de transhumancia de ganado, vía comercial, canal de comunicación cultural entre la costa, por donde venían las influencias de todo el Mediterráneo, y el interior que evolucionaba al impulso de dichos influjos; que no es nada nuevo eso del Boquete como ruta turística y comercial, que no se equivocó el belga que se empeñó en construir un ferrocarril desde Málaga hasta Alhama a través del Boquete, sino que tuvo el «buen ojo» del hombre pre-histórico, que gente del Llano será siempre «algo de puente» entre la costa y el interior, etc., etc

De la antiguedad al Final de la edad media

Adentrándonos en la Edad Antigua, en el Boquete de Zafarraya se ha documentado una villa que presenta una continuidad temporal, desde el siglo I a principios del IV, lo que parece atestiguar un uso manifiesto del lugar por los romanos. Según López Dobson, pudiera tratarse de una zona de descanso, relacionada con las actividades comerciales desarrolladas entre Iliberi y Malacca.

El pasado romano queda también atestiguado en Ventas de Zafarraya, pues a principios del siglo XX, se localizó la inscripción siguiente: D. M. S. / MARINUS AN XIII. M. VIII / D XV PIUS IN SUIS HIC / T. T. L. IV. Ésta se encuentra en el Museo Nacional de Madrid con el n.º de registro 37.915, se fecha a finales del siglo III o principios del IV d. d. C. Su traducción es: «Consagrado a los Dioses Manes. Marino de 12 años, 9 meses y 15 días de edad, cariñoso con los suyos, aquí está enterrado. Sea para ti la tierra ligera».

Para algunos autores, parece claro que la región actuó como zona de limes visigodo y bizantino, además se documentó el emplazamiento de una fortaleza, castra, habitada por soldados campesinos en Ventas de Zafarraya. Por último, se recordará que en el Boquete de Zafarraya aparecieron tumbas típicamente visigodas, con hebillas de cinturón, esmaltes, vidrio, etc., así como estructuras trabajadas en piedra (alcantarillas, hornos, etc.). La presencia de los visigodos en esta zona se explicaría por el control militar que desde ella se puede ejercer.

El castillo de Zalea es nombrado tras la llegada de los musulmanes a la península, en las Memorias deAbd Allah, como zona de conflicto de frontera entre los taifas de Granada y Málaga: En esa misma mañana me llegó la noticia de que habría pasado a mi poder el castillo de Zal cazar (al-Qasar del lado de Zalia) y que su guarnición me rendía acatameinto; el castillo que era siempre el primero en ponerse de parte de los vencedores y el último en rebelarse, contento de esta noticia me dirigí a Alhama (AI-Hama) para tomar desde allí las medidas oportunas.

Un papel importante debieron jugar las serranías de Zafarraya en época musulmana, en lo que a su explotación ganadera se refiere, y probablemente de forma trashumante, como comprobaremos en época cristiana, adentrado el siglo XVI. Tradicionalmente fue así y los libros de Actas Capitulares de Alhama dan testimonio de ello desde el mismo siglo XVI. Por consiguiente, parece lógico pensar que a este fin se destinasen en la época inmediatamente anterior. La trashumancia fue habitual en el Puerto de Zafarraya, o serranía de Bentomiz -topónimo que significa campo de pastores-, recluyéndose los ganados en estos espacios en las épocas de escasez de pastizales o rastrojos apropiados, siendo abandonados en la estación estival. Este trasiego de ganados lo señaló Ladero Quesada, para Málaga desde la sierra de Bentomiz a Dalias y desde Zalia y Zafarraya a Motril y Salobreña, zonas más cálidas en invierno. Los ganaderos de Alhama recurrirían a él desde la sementera a la recolección, según se tratase de ganado caprino, ovino, bovino, o caballar. El tránsito inverso tendría lugar en verano, para el aprovechamiento de los pastos de la estación seca.Como punto neurálgico de comunicación entre la costa malagueña y el interior granadino, el trasiego de arrieros con grandes caravanas de mulas, asnos y camellos fue importante en época musulmana, con un alto en el castillo de Zalea, lugar de reposo de las caravanas, que concentró el grueso del comercio y de las transacciones que se realizaban con la capital del emirato. Hemos de pensar, siguiendo a Aljathib, que para el siglo XIV el perfil de la zona de descanso fue decisivo, pues dice que no sería mencionada, a no ser un lugar en donde reposaban camellos, y que, en verdad, no era digna de elogio ni de vituperio (…) por lo demás era un edificio que se iba arruinando, la casa del detrimento y desaparición; y sus moradores e eran bestias, sin que hubiese entre ellos uno siquiera dotado de entendimiento.

Jorquera se refiere a la pequeña fortaleza de Zalea en el siglo XVII:

Este puertote Zalia tomó el nombre de una fuerte villa de este nombre que a la parte de mediodía tenía asiento, destruida por los Católicos Reyes. Desde este puerto vuelve una cordillera de sierra precedidad de la mayor, encaminándose a la mar, que llaman sierra Texeda, por los muchos texos que hay en ella (…) y volviendo al puerto de Zalia en lo alto de la sierra hace fértil y hermosa dehesa abundante de hierba y de espesos encinares, donde se engordan gruesísimas manadas de ganado de cerda: llamaron los moros hesfa ara aya, significando campo de pastores, y corrupto, Zafarraya. Entre las ciudades de Velez y Alhama, en la quebrada de la sierra de Beniomiz, puerto de Zafarraya, entrada a la costa de Vélez-Málaga, en fuerte y inexpugnable sitio, tiene asiento la villa y fuerte de Zalia, memorable por su gran resistencia, causa de su gran fortaleza (…) fue grande su fortaleza y población, por ser la llave de aquel puerto sitiáronla los Reyes Católicos: resistióse mucho ofendido a los sitiadores y rendida por fuerza de armas fue destruida, mandándola echar por tierra. Hacen gran memoria della historiadores por su gran resistencia, aviendo quedado en sus ruinas una pequeña población con otros lugarcillos y por alcayde Juan de Henestrosa. Su fundación se entiende ser de músculos andaluces, conjeturando algunos escritores lo más cierto ser de moros.

En el 755 desembarcó en Almuñécar Abderramán III y se atrincheró en Turrus (Turro) –uno de los tres mil cortijos de la corona visigoda-, heredad que pertenecía a algunos de sus clientes. Aunque popularmente se ha querido identificar este lugar con el que en las proximidades de Alhama mantiene igual topónimo, Lévi Provençal, al hablar del castillo de Turrus Jusayn, lo identifica con Ojén (lugar situado al norte de Marbella, entre las sierras Blanca y Alpujata); J. Vallvé lo emplaza en el término de Riogordo, en el actual cortijo de Alfaján (al sur de Alfarnate, al Sureste de la sierra de Alhama, próximo a Colmenar), lugar estratégico desde el punto de vista militar! al dominar los puertos de los Alazores y del Campo de Zafarraya.

Vestigios arqueológicos de la etapa musulmana los encontramos en Zafarraya. La existencia de torres atalayas y fortalezas la hemos constatado en el siglo XVI en la revisión que de la jurisdicción del Concejo de Alhama se realizaba anualmente. En la visita del término que se realiza en 1529, se señala la existencia en un cerro entre los Prados de Lopera y la Cuesta de Agrón de una atalaya que se dezía el atalaya de Alrra Alhambra. Y no muy lejos de aquél, la torre de Agrón (topónimo que se conserva en la actualidad). Siguiendo la mojonera, por la cordillera de Elmerri, se nombra otra atalaya con el topónimo de Torre de Vihuhar. En las proximidades de Jayena se dice: Yten, luego fuimos más adelante fasta dar en una atalaya que dixeron que se dezía «Talaya Helalar». Y en sus proximidades también se nombra el atalaya del Chriptiano. Existen, además, otros topónimos, indicios de antiguos fortines, como El Castillejo, en las Pilas de Dedil, registrándose el mismo topónimo en Zafarraya, al igual que los de Torres de Júrtiga, Atalaya de Peñas y Torresde Alonso Triviño, delimitando, éstas, el mismo Campo de Zafarraya.

El poblamiento humano en la prehistoria

El poblamiento humano de Zafarraya se constata desde el Paleolítico Medio (100.000-30.000) y a esta época corresponden los restos de mayor antigüedad localizados en la región, en la cueva del Boquete de Zafarraya, en la vertiente sur de la sierra de Alhama. En esta etapa se puede hablar de culturas particulares al hallarse variedades de utensilios asociados a lugares concretos. Se conoce el uso del fuego, fogones, enterramientos y se constatan preferencias alimenticias, etc. La población debió de ser relativamente densa a juzgar por la gran cantidad de utensilios de sílex que se abandonaron en todas las regiones. El Paleolítico Medio aparece ligado a un complejo industrial muy bien caracterizado: el Musteriense. Aunque su técnica parece derivar del Paleolítico Inferior, ofrece distintos elementos que lo individualizan y expanden por Europa, Asia y Norte de África. Tradicionalmente se ha identificado la industria musteriense con la obra del Neanderthal. Este espécimen poseía brazos largos, piernas arqueadas, fuertes torus maxilares; era robusto, sin mentón y con una capacidad craneana media de 1.500 cms cúbicos. Las habilidades técnicas son ya plenamente humanas, pero la cuestión que plantean los especialistas es saber si conocían las actividades religiosas y artísticas. Aunque las informaciones acerca de tales facetas no son numerosas, sí son muy precisas y confirman que enterraban a sus muertos, incluso con cierto ceremonial.

La Cueva del Boquete de Zafarraya es el espacio arqueológico representante del período: está situada en el término municipal de Alcaucín, población próxima a Zafarraya, en la vertiente sur de la sierra Tejeda; se ubica en el único paso natural existente en la zona entre la costa y el interior, a una altitud de 1.100 ms sobre el nivel del mar. La cavidad es de escasa profundidad -10 ms de longitud por 2 de anchura-, lo que presupone que su ocupación corrió a cargo de un número reducido de individuos. Según Barroso Ruiz, no fue ocupada permanentemente, sino de forma estacional, ya que el clima durante la fase Würmiense, a la que pertenecían los niveles excavados, sería extremadamente crudo en invierno dada además su altitud. Lo verdaderamente interesante en el yacimiento es el descubrimiento de restos neanderthalenses asociados al Musteriense, concretamente un fémur y una mandíbula pertenecientes a dos seres distintos. El primero se encontró en estado fragmentario en 1982 y correspondía a un varón adulto. La ausencia de algunas de sus partes y la rotura intencional de otras conduce a los investigadores a hablar de un posible canibalismo ritual entre los cazadores musterienses del lugar, como, al parecer, sucedió también en ciertos grupos europeos. La mandíbula, robusta y de grandes dimensiones, fue descubierta en Agosto de 1983 y pertenecía a otro varón de unos treinta años que conservaba toda la dentición excepto algunas piezas que se debieron de desprender tras el fallecimiento.

Seguramente el Campo de Zafarraya se viera surcado por las poblaciones neolíticas que poblaron las tierras de Alhama y especialmente las que recorrieron sus serranías, como es el caso de Sierra Gorda, situada en el extremo occidental de la provincia de Granada, en los límites con la de Málaga. Conforma una gran masa caliza donde la inexistencia de un suelo fértil y la escasez de agua son la causa de su pobre vegetación actual. Toda su extensión es explotada por un pastoreo intensivo desde antaño, incrementado en las centurias últimas sobremanera, lo que impide la repoblación vegetal de la zona. Salvo las casas de campo o majadas dedicadas a albergar a los pastores y sus ganados, no existe en ella otro tipo de población. Las zonas altas de la sierra, en las que se encuentran los yacimientos, se caracterizan por poseer climas continentales con inviernos fríos (tres meses por debajo de seis grados, no superando en el verano la temperatura media de veintidós); como consecuencia, resulta una amplitud térmica elevada. Las precipitaciones, que se reparten de forma irregular, son prácticamente nulas en época estival y las absorben rápidamente los sumideros, lapiaces y dolinas.

Este complejo de sierra Gorda atrajo siempre a los espeleólogos de la región. En la primavera de 1972 un campamento de toda Andalucía visitó algunas cavidades como sima Rica, del Conejo, del Carnero, Hoyancos; etc. En 1978 algunos llegaron al cortijo del Charquillo y desde allí divididos en equipos, inspeccionaron la zona, descubriendo más de treinta nuevas cavidades. De esta expedición destaca el estudio topográfico que se hizo de sima Rica-Redil, de 124 ms. de desnivel y 800 de longitud, el descubrimiento de la Sima de los Machos, de 149 ms. de profundidad (la máxima en sierra Gorda), de la Negrita, etc.

El medio físico

El campo de Zafarraya constituye el polje más amplio de España, a una altitud de 920 ms sobre el nivel del mar, y una extensión de 10 kms de largo por 3,5 de anchura máxima. Se encuentra situado en las subbéticas internas, con orientación E. SE. Y O. NO., con la unidad de sierra Gorda, que lo aísla de las depresiones de Loja y Alhama, al Este; y sierra Tejeda, al Sudeste. Los pasos montañosos más destacados son los del Castillejo y el Boquete, que permiten la comunicación entre la costa y el interior. En sus materiales predominan las calizas del Lías, elemento casi esencial; y apenas existen afloramientos jurásicos. Todo el polje, con ocasión de sus acuíferos subterráneos, parece abrir nuevas posibilidades a la agricultura hortofrutícola.

Las formas kársticas constituyen la mayor parte de los afloramientos de la sierra de Loja y de Zafarraya. Un ejemplo prototípico del paisaje kárstico lo conforman las simas, como éstas del Campo de Zafarraya, muy abundantes en la sierra de Loja. Numerosas familias fueron estudiadas y descritas por González Ríos y Marín Maldonado. Las formas más características son las dolinas y uvales, así como los poljes, tales como el de las Pilas de Dedil, el de los llanos de Dona o el de Zafarraya, con formas plegadas y erosionadas en el lado meridional de sierra Tejeda y Almijara. Abundan los terrenos pedregosos y suelos poco fértiles. Producto de tal configuración es el conjunto de simas descubiertas y exploradas en las décadas setenta y ochenta del siglo XX, localizadas en un radio de 42 Kms cuadrados, entre los cortijos de Las Pilas de Dedil y del Charquillo. La morfología de la zona es la característica de materiales calizos, en los que destacan numerosos ejemplos de fenómenos kársticos, con profusas y variadas torcas, a una altitud superior a los 1.200 ms2.

El Campo de Zafarraya constituye una amplia planicie o valle, el polje mayor de España, donde la población humana se constató desde el Paleolítico Medio, Neolítico, Edad de los Metales y Edad Antigua a nuestros días. Se encuentra repartido desde el XIX entre tres poblaciones: Chozas del Rey o Zafarraya, Ventas de Zafarraya y El Almendral. Está rodeado por las sierras de Tejeda, Júrtiga, Marchamonas, y el Cerro de los Castillejos. Fruto de tal aislamiento térmico del mar, goza de un clima bastante frío y húmedo.

El fenómeno natural más importante a destacar en el polje, esta antigua dehesa, es el de los sumideros. Por no tener salida por filtración, las aguas procedentes de la lluvia se encuentran próximas a la superficie, y sólo discurren por unas simas o sumideros, entre las sierras de Laja y Marchamonas, que las comunican con el arroyo denominado Madre, en dirección hacia la tierra de Laja. Tiene lugar en momentos determinados el hecho de quedar todo el espacio inundado; las últimas veces, en 1970 y 1979. Este fenómeno se espaciaba ya en 1845, circunstancia debida, según Madoz, al laboreo de la tierra. Para evitar las inundaciones los labradores del Campo construyeron a lo largo del XIX numerosas zanjas de profundidad considerable cuya confluencia se orientaba hacia los sumideros. En el terremoto de 1884 se difundió en la prensa malagueña la idea de que por estos sumideros salieron a la superficie humos y llamaradas durante la noche del 25 de diciembre, circunstancia desmentida por Domingo Orueta, que comprobó que en este espacio la intensidad del seísmo fue menor que en otros puntos del Campo de Zafarraya.

El año del terremoto, un viajero anónimo alemán nos describe los sumideros de la zona en la primavera de 1885: De repente suena en nuestros oídos un murmullo blando que pronto gana en potencia, y por el terreno, más que blando, en que se hunden nuestros pies a cada paso, llegamos con dificultad a uno de los sumideros, a saber: seis u ocho agujeros por los cuales se sumerge el río con ímpetu, En una distancia de algunos centenares de metros vemos los árboles que rodean el sumidero del segundo río. Está formado de la misma manera, y parece una gran madriguera. Estas aguas subterráneas, que por una parte como parece claramente probado por investigaciones de diferente índole aparecen de nuevo a lo alto de la vega de Loja y por otra parte toman su camino hacia Mediodía a la provincia de Málaga, han minado los fundamentos de estas montañas de una manera considerable, tanto más, como que todos los años cambian los sitios de los sumideros. Al mismo tiempo considera el viajero a los sumideros como una de las causas del terremoto de 1884.

En la vegetación, predominaba el roble y la encina, si bien, muy mermados en el XIX, momento en el que se cultivaban ya productos típicos de secano, como el trigo, u cebada o los garbanzos, pues de las 7.500 fanegas que se señalan en el Catastro de Ensenada para este espacio, a mediados del XIX se cultivaban 5.000, lo que implicó un doble fenómeno: por un lado, la profunda deforestación ocasionada en la zona y la desaparición del bosque autóctono, de encinas, robles quejigos y demás variedades propias; por otro lado, obliga al repliegue hacia otras zonas marginales de la actividad ganadera tradicional desarrollada, hacia las serranías limítrofes, causa seria de la tensión mantenida entre las nuevas poblaciones del Llano con Alhama por los limites de los diversos términos. En esas fechas, los caminos eran de herradura y continuaban siendo muy peligrosos para los transeúntes. Las poblaciones del Campo recibía la correspondencia de Alhama con una frecuencia irregular. La población total en 1845 ascendía a 1.780 habitantes

El amojonamiento del espacio de Zafarraya, que realizan en 1575 las ciudades de Vélez y Alhama, acota sus límites. Así pues, nos encontramos entre los puntos geográficos siguientes: Puertas de Zalea o Boquete de Zafarraya, Alcauca, Alcaicer.: cordillera de la sierra de Júrtiga, ladera del Almendral, Navazo Alto, Pilón de las Palomas, Lagunillas del Puerto de Santa María, cumbre de la sierra de Marchamonas y Puertas de Zalea. Buena descripción del territorio fue la contenida en el Diccionario de Madoz, al hablar de las sierras circundantes: la sierra de Loja, en dirección N-S hasta Zafarraya; la sierra de Marchamonas, a continuación de la anterior, rodeando el Campo de Zafarraya, donde se une ésta con la sierra Tejeda o de Bentomís, conocida más con la segunda denominación en su vertiente sur; todo el ramal está seguido de los puertos de Sedella, Cómeta y Puerto Blanco, que enlazan con sierras internas en Alhama, como la de En medio, Játar y Tejedillas, hasta el Cerro de Cabañeros; la sierra de Júrtiga bordea el mismo Campo de Zafarraya, que describe del modo siguiente Pascual Madoz:

Además de las sierras que quedan mencionadas, se encuentra algo más internada en el partido la de Júrtiga, que circunda por el N. el Campo de Zafarraya, y se halla separada de la de Loja por un puerto llamado Llano del Bernagal, por donde pasa el carnina de Vélez-Málaga a Loja y otros pueblos de la vega de Granada; esta sierra se halla cultivada en gran parte, y es menos áspera que las anteriores. En el extenso Campo de Zafarraya no tienen las aguas salida descubierta, corren por medio del valle, formando en los inviernos verdaderos ríos, que llaman madres, tan respetables a veces, que no es fácil vadearlos y llegando a ciertos puntos se pierden u ocultan por lo que dicen los sumideros. Si no fuese por esta salida, formada por la Naturaleza, sería Zafarraya ya una gran laguna, porque está rodeada de sierras elevadas que llevan a este campo sus vertientes, y todavía cuentan los ancianos de todo crédito del país, que rieron por sí mismos alguna vez, en grandes temporales, cubiertas de agua las mayores encinas y los árboles más corpulentos situados en lo más hondo del llano a la inmediación de los sumideros, cuando Zafarraya era un bosque espesísimo e inculto; y que entonces tardaban los sumideros un día o dos lo más, en absorber toda aquella laguna que se formaba.

Luego que se rompió y laboreó dicho campo, no se ha notado semejante rebalsa, porque el terreno chupa mucho por todos aquellos parajes, y los sumideros son suficientes a embeber el río o madre principal, que reúne las aguas de las lluvias. Se cree que esos sumideros sean causa de la abundancia de fuentes que se observa en Loja, de cuya ciudad distan unas 4 ó 5 leguas, mediando la sierra de aquel nombre. No hace un siglo que Zafarraya era bosque y una gran dehesa, cuya propiedad pertenecía a las ciudades de Alhama y Vélez-Málaga, aunque del término de la primera, de quien sólo dista 1 ½ legua, formando una gran parte de su riqueza. En la actualidad pagan aquellos terrenos censo enfitéutico a las dos ciudades, y dentro de ellos se encuentran las nuevas poblaciones de Calar del Rey y Chozas del Almendral, que forman el ayuntamiento titulado de Zafarraya, y el también moderno llamado Ventas de Zafarraya, que se separó de aquellos a principios de 1842 y tiene desde entonces ayuntamiento independiente.

Las vías de comunicación tradicionales, hoy convertidas en muchos casos en carreteras, las describía Madoz igualmente en 1845:

El camino principal es el de Granada a Málaga, que pasa por Ventas de Huelma, Cacín, Alhama, y Campo de Zafarraya, y tiene algunos trozos abiertos para ruedas a costa de la Sociedad de Amigos del País, y algunos particulares. Es mucho más corto que el que va de una a otra de dichas ciudades por Loja y por tanto merece bien fijar la atención del Gobierno, a fin de poner más expedita y pronta la comunicación entre dos capitales grandes y ricas, que mutuamente se abastecen, y en las que en tal caso se aumentaría considerablemente el comercio. Sobre ello se ha formado el oportuno expediente; y aunque hasta ahora no haya tenido los provechosos resultados que se propusieran los que lo crearon, de desear es que el Gobierno remueva los obstáculos que puedan oponerse a su conclusión, en beneficio de las dos provincias de Granada y Málaga. Otro camino, en muy mal estado atraviesa el partido, entrando por las puertas de Zafarraya; sigue luego al pie de la sierra de Loja, y va a esta ciudad poniéndola en comunicación con Vélez-Málaga y pueblos inmediatos. Este mismo camino tiene un brazo que se separa de él por la derecha, atraviesa el llano de Dona, pasa por la venta de este nombre, y se dirige a los pueblos de la vega de Granada.

Sobre su extensión, los documentos hablan de cifras variables. En el siglo XVI el Consejo Real otorga al Conde de Tendilla 9.500 fanegas en estos lares. El Catastro de Ensenada habla de 7.500. Y en el documento que se transcribe, se adjudican 3.151 fanegas. Lados primeras cifras quedan referidas a la totalidad del espacio, con la diferencia de dos mil fanegas, según se establezca la demarcación por las serranías de Júrtiga y de Loja; la última, referida al espacio roturado dedicado a tierra calma o de labrantía, coincidente con el llano en su conjunto. En la actualidad la superficie de Zafarraya es de 7.842 fanegas de tierra, y la de Ventas de Zafarraya 2.595. Ambas cifras arrojan un total de 10.437 fanegas.

El escenario natural

«El Llano de Zafarraya» constituye la unidad mejor diferenciada, bajo el punto de vista fisiográfico, de toda la comarca de Alhama», dice un autor. Está situado al suroeste de la provincia de Granada, en el límite con la de Málaga, y rodeado por sierra Tejeda, que en el pico de la Matrona llega a los 2.065 m. de altitud, por el sur; por el suroeste tiene a sierra Alhama, que los del Llano llaman «Umbría», de 1.400 m.; al noroeste sierra Gorda, con 1.700 m., y sierra Júrtiga, 1.300 m. al noreste.

Queda en medio una zona horizontal de 10 kms. de largo por 3,5 kms. de ancho, que corre de sureste a noroeste, y que constituye un valle completamente cerrado, ya que la abertura por donde un día salieron sus aguas al Mediterráneo, por encima de las Pilas de Argaida, y el Boquete de Zafarraya, están más elevados que el valle; es, por tanto, una llanura «endorreica» (que desagua en sí misma), más ancha que larga, rodeada de montañas calizas, denominada «polje» que es toponimio de una localidad yugoslava.

Hay muchos poljes en la Península, pero éste es de los mayores, con una altitud media de 900 ms. sobre el nivel del mar, elevándose ligeramente hacia el este.

La fosa del Polje se rellenó por sedimentación, a cuyo proceso contribuyeron todas las sierras que lo rodean, aportando tal vez la Tejeda la mayor parte. Antiguamente pudo estar bajo y ser entrante de mar, pues se han encontrado fósiles de procedencia marina. Un elemento fundamental en su formación, una vez elevado el terreno, ha sido la disolución de las calizas, y hoy constituye una esponja que absorbe tanto el agua superficial, como la de los acuíferos que discurren por sus entrañas.

La cabecera del Polje tiene una altitud de 1.100 ms., que lo separa de las tierras de Alhama; sierra Umbría, que cierra el Polje por el sur, pierde altura por su lado éste, llegando a convertirse en un ligero umbral en su contacto con su sierra Tejeda, umbral que se llama Azafranera, que se eleva apenas sobre la llanura, y que ha sido cortado por barrancos que en otra época pudieron drenar sus aguas hacia la costa.

El Polje tiene además unas pequeñas elevaciones que le entran, en una de las cuales está edificada Zafarraya. Una serie de pequeños cursos de agua confluyen hacia la llanura y, en su contacto con ella, se han formado varios «conos de deyección» que dan variedad al contacto plenamente horizontal de la llanura con la montaña.

Los cursos de agua, algunos permanentes todo el año, y provenientes de las montañas calcáreas, recorren el Polje y terminan en los «sumideros», denominados geomorfológicamente «ponors»; éstos son varios, siendo los más importantes los llamados del Porteño, situados al noroeste, entre mendral y la carretera a Loja, donde hay una vasta zona de agujeros; algunos de ellos tienen construidos unos muros de piedra, hechos en la República, por donde se accede a cuevas subterráneas, en una de las cuales desapareció un espeleólogo; es aquí donde desemboca el Arroyo de la Madre; pero toda esta zona está horadada por agujeros que se abren y cierran a temporadas. Los segundos sumideros, más pequeños, son los del Alcachofar, en la zona oeste, que reciben sólo las aguas superficiales de sierra Umbría; y por fin, otros sumideros más pequeños cerca de las Pilas de Argaida. Estos sumideros envían las aguas a ambas vertientes del Llano, bien a Laja y Riofrío, bien a la costa, sin que sea posible determinar hoy qué aguas vierten a un sitio u otro.

La corriente fluvial más importante está constituida por el Arroyo de la Madre, que corre de éste a noroeste hacia los sumideros principales; es el resultado del encauzamiento fundamental de los múltiples aluviones que bajan de sierra Tejada; su nombre, «de la Madre», es sumamente representativo, pues alimenta los acuíferos más superficiales, es la diosa de la fecundidad y el clítoris de la felicidad del Polje; se podría representar como una matrona reclinada en un diván, rodeada de montañas, con dos ubérrinas ubres que amamantaran a sus tres hijos, los pueblos del Llano.

Los acuíferos principales que corren a través del Llano son el superficial, el medio y el profundo. El superficial va por las arenas y limos, capa de aluvión del Cuaternario; es de poca profundidad (una máxima de 40 ms.), de bastante anchura y se concentra en la parte central del Polje. El segundo es el acuífero de los maciños, que atraviesa una capa de arenisca cementada como si fuese hormigón, pero con porosidad de rajas y agujeros que filtran el agua; hay en él restos fósiles marinos del Mioceno y su agua tiene más sales que la del acuífero anterior; esta capa aflora a los bordes, pero en el centro se halla a más de 40 ms. de profundidad. Y el tercer acuífero es el de las calizas de las sierras que bordean el Polje, de las calizas más grandes de Andalucía, y pueden correr a una profundidad de 200 ms.

Sierra Tejeda es la que probablemente aporta más agua a los tres acuíferos, tanto por la que manda desde su gran altura y manantiales superficiales, como porque sus raíces van por lo más profundo del Llano; sierra Gorda aporta, al parecer, sólo al acuífero más profundo de las calizas, y sierra Umbría no se sabe que aporte a acuífero alguno.

Además de las lluvias, afluyen al Polje diversos manantiales: el de Pilas de Argaida, de tres hermosos caños, y el de las Parideras, que es absorbido inmediatamente. Hay otro cauce secundario, la Madre Chica, que sale de la laguna del Concejo, y otras dos lagunas: la del Rico, junto al Almendral, que no se seca aunque disminuye en verano, que tiene aguas apetecibles para el ganado, tal vez por estar más templadas, y la laguna del Charcón, entre Ventas y Zafarraya.

El Polje tiene su propio microclima, que no se atiene a las características generales de la comarca de Alhama; puede ser considerado como mediterráneo con matiz continental, es decir, que presenta por un lado un verano con temperaturas no muy altas, llegando la amplitud de variación en un solo día hasta los 15º. Para esto sólo hay datos fiables desde 1940, pues la estación termométrica más próxima está en Alfarnate, que tiene clima distinto; la media de temperatura fue, en ese año, de 14.4°.

Desde hace más de 30 años existe un pluviómetro en Ventas, que da una media en ese sitio de 1.014.8 l/m2, lo que resulta bastante superior a la media de la región, ya que en Alhama es de 363.5 l/m». El caso es que la media anual de días de lluvia es casi la misma de la comarca, pero el agua que cae dobla la cantidad, pues mientras en la comarca es de 12.7 mm. por día, en Ventas es de 23.5 mm, lo que está refrendado también por la observación natural.

Las lluvias son provocadas por las borrascas del Atlántico y por las que suben del sur por la rápida pendiente desde la costa (recuérdese que el desnivel de casi 1.000 m., mientras que la distancia «por carretera» es de sólo 30 kms.), cuyas nubes se enrollan por el Boquete haciéndoles destilar el fresco de la altura; dicen los mayores que aquí llueve cuando hay borrasca en el Estrecho. Esto da lugar a frecuentes nieblas, que se estacionan por largo tiempo, a veces durante todo el día.

También son frecuentes las nevadas, pero dicen los viejos que antes llovía mucho más y que los temporales duraban «hasta cuarenta días» y que «hasta que no nevara no cesaba», y así sucedía; las nevadas cubrían medio metro en Zafarraya y duraba en la Umbría, a veces, hasta el mes de abril.

En los años lluviosos se produce un manto de inundación, por la imposibilidad de los ponors de absorber esa cantidad de agua; también son fuertes las tormentas, pero más desastrosas y contínuas las heladas, sobre todo para el actual cultivo de la huerta.

Las lluvias de final de verano en la Alcaicería, al éste del Llano, no suelen tener repercusión sobre el nivel de las aguas subterráneas, porque las se entra evapora el calor y las absorben las plantas; es en octubre cuando comienza a Tejeda de subir el nivel del agua, tanto de la Madre como de los acuíferos, pues nada impide su infiltración. En diciembre descienden las lluvias, descendiendo también el Arroyo, pero en los primeros meses del año suele llover mucho y el Arroyo puede llegar a tener hasta 1 m3. de agua por segundo; en la riada de la Madre de febrero de 1.987 pasó un caudal de 20 mil l/ s; también en el mes de febrero de 1966 se observó un fenómeno curioso: las aguas se filtraron más abajo del km. 43 (en las Pilas de Algaida) para resurgir en las inmediaciones de Zafarraya. En años normales los ponors tienen capacidad suficiente para absorber el agua, pero no sucede así en los años de lluvia abundante, viéndose el Pueblo rodeado totalmente de agua, lo que se conoce por el nombre de «la marea».

Los vientos vienen de varias direcciones: predomina el «gallego» que proviene del noroeste; otro baja de sierra Gorda, del norte, y es denominado «de arriba»; el «de abajo», del sur, que viene del Boquete y que es particularmente sensible, y muy espectacular cuando arrastra las nubes y las catapulta sobre el Polje; y por la parte oriental soplan : el «sellano» paralelo a sierra Tejeda, y el «granaino» que sopla por encima de Júrtiga.

Hasta el s. XVIII fue el Llano una gran dehesa de densa vegetación, dato que está documentado por los estudios arqueológicos y por la historia de la colonización del Polje; era el típico bosque mediterráneo de encinas, quejigos, alcornoques, robles y almendros, más alguna conífera, ampliamente explotados por la ganadería. Hoy el bosque está sólo en los bordes y es más bien pobre, sobre todo en sierra Gorda, con la excepción de las amplias manchas de chaparros y quejigos de las Parideras y la Venta de la Leche, y con algunos olivos de escasa importancia; por el cortijo del Torquero (hoy de las Palomas) abunda el quejigo, árbol de la familia de la encina pero de hoja caduca, que en primavera se muestra de un verde claro, tronco algo enraizado y ancha copa; también hay algunos almendros en la zona del Almendral.

Sierra Júrtiga tiene apenas unos manchones de chaparros. En sierra Tejeda hay plantadas unas 200 has. de pinos y existen aún algunos antiguos núcleos de alcornoques. En sierra Umbría se hizo hace unos años la repoblación forestal de 554 has. que llega hasta la zona del Puerto, camino de Laja. En el Polje mismo hay también algunos árboles diseminados, sobre todo chopos y álamos junto al cauce de la Madre, y varios «roales» de nogueras.

La tierra, en general, es suave y suelta, muy apta para el laboreo, pero también la hay colorada que suele ser de peor calidad; en las orillas de la Madre se mezcla con la arena de los desbordamientos del arroyo; la mejor tierra se encuentra en el triángulo que forman los tres núcleos de población.

Como paisaje el Polje es todo un espectáculo de belleza. Desde Alhama se entra por la Alcaicería, donde la Madre forma un valle abierto, con sierra Tejeda de telón de fondo, con nieve buena parte del invierno, suaves laderas que bajan llenas de verdor, cortijos y restaurante con «parada y fonda», sol en invierno y fresco en verano para domingueros de ambas provincias, comerciantes y turistas que pasan por allí desde la pre-historia.

Avanza el camino y se domina el Llano a todo lo largo, sembrado de casetas blancas de motores, Zafarraya y Almendral al fondo. Se atraviesa Pilas de Argaida y se llega a Ventas, larga calle de paso, el corte brusco del Boquete, paso del antiguo ferrocarril y límite de provincias.

Siguiendo para el norte se encuentra Zafarraya sobre una pedriza, de aspecto romo, coronado por las ruinas de la iglesia; desde allí se domina la parte más ancha del Polje, ocre en el frío y verde de huerto en estío; sierra Umbría de intenso y refrescante verde, que guarda sitios deliciosos como Lucena, el cortijo del Cura, los merenderos, el tajo, la cueva de la cima de Tomaibebe, y que alarga su manto de pinares hasta el Puerto, a casi mil quinientos metros de altitud, donde alterna el pino, el sembrado, el chaparro y el ganado. Volviendo el camino, se enfila de nuevo el Llano de oeste a saliente con la Tejeda al fondo, Almendral «espatarrao» al sol, ciego de luz y blancura.

El Polje tirita en las madrugadas escharchadas, en las tardes de «frío gallego», en las noches de azote de lluvia; brilla de contrastes de colores en los días claros de corto sol, y explota en primavera en verdes de quejigos, mieses y huerta, cuando las paredes del Boquete parecen que se abren al costado de la llanura, el aire pasa limpio, las lechugas brillan, los colores aumentan su distinción. En verano la huerta rebosa de un verde más apagado, el aire siempre limpio.

Este es el sitio, el paisaje, el nido de tres pueblos, sitio de aluvión y paso de frontera, que vamos a tratar de llenar ahora con los habitantes que, desde tiempo inmemorial, lo han poblado y de él han vivido.

La prehistoria

Hace unos cien mil años estos lugares eran una laguna, con abundante fauna de osos, linces, toros salvajes, caballos, etc… lo que atraía a los hombres del Paleolítico Medio. La Mitología se acerca a estos lugares a través de la antigua villa de Zália donde algunos historiadores defienden que la mítica ninfa Calipso encerró varios años al rey Itaca, Ulises, en su periplo por el Mediterráneo. Está demostrado históricamente que el Llano estuvo habitado por pobladores humanos desde los tiempos más remotos. Confirman esto, los yacimientos arqueológicos que se han dado y continúan produciéndose por estos lugares de Zafarraya, tanto de la prehistoria como de la protohistoria.

Los Árabes

En la Edad Media, el llano de Zafarraya se convierte en una dehesa de enorme importancia, hasta el punto de que los árabes le dan el nombre de “Fahs-al-ra-iyya” o lo que es lo mismo, “Campo de Pastores”. En alguna ocasión algún historiador ha manifestado que el origen de esta palabra era el de “frontera o límite”, cuando esto se interpretaba así por venir a ser estos lugares, “El Campo de Pastores”, límite de la Cora de Rayya. Esta zona formaba parte del camino real nazarita, el más importante de todo el reino de Granada, uniendo su capital con su segunda población en importancia, Málaga, en el que El Almendral era uno de los lugares del mismo, por donde pasaron tantos y tantos viajeros árabes, entre ellos Ibn Batuta en el año 1.349.

Los castellanos

Tras la conquista cristiana, la dehesa pasó a depender de Vélez Málaga en 1.488. Pretendiéndola igualmente Loja y Alhama, e iniciándose entre éstas y especialmente, entre Alhama y Vélez un largo pleito de siglos. A finales del primer tercio del siglo XVII, en 1631, la corona española considera la dehesa de Zafarraya como tierra de realengo y, por tanto, las ciudades de Alhama y Vélez-Málaga debían pagar los correspondientes impuestos, aunque parece ser que no se llegaron a exigir. En este mismo siglo tenía el campo de Zafarraya más de veinte mil encinas, alcornoques, robles, etc..

La roturación y población del llano

En el siglo XVIII, concretamente en el reinado de Carlos III, hacia 1.766, se impone la roturación y cultivo de nuevas tierras allí donde era posible su uso como agrícolas. Se va acondicionando el Llano para los cultivos, talándose y carbonizándose la dehesa. Se realiza el drenaje del terreno, se declara de dominio útil a sus asentados y se va poblando con vecinos de pueblos cercanos. A partir de aquí se da una constante tensión y enfrentamiento entre los agricultores de Zafarraya y los intereses de los ganaderos y pastores de Alhama.

Villa Independiente

Es a partir de 1.813, en medio de las tensiones y los continuos enfrentamientos con Alhama y otras poblaciones colindantes, cuando puede darse por iniciado el proceso de la constitución de Zafarraya como villa independiente. Dos años después consigue jurisdicción eclesiástica propia y poco después, se constituye como municipio independiente. Disturbios y desavenencias entre ambas poblaciones que llevan en 1.838, a tener que intervenir al Tercer Batallón Franco de Málaga en protección de los campos de Zafarraya de las continuas presiones que recibía por parte de Alhama. Ya hacia 1.860 las propiedades de Zafarraya se encuentran explotadas directamente por sus dueños por lo general, lo que configuró una pequeña propiedad que originó la estructura y sistema de explotación de la tierra, diferenciando a ésta de los términos municipales colindantes.

Los terremotos de 1884

Zafarraya al igual que otras poblaciones de las provincias de Granada y Málaga, sufrió las consecuencias de los grandes terremotos de la navidad de 1.884. Se dieron importantes gestos de solidaridad y fruto de los mismos se construyó el Barrio del Pilar y la iglesia Nueva. Continua Zafarraya durante el primer tercio del siglo XX poniendo de manifiesto, siempre que tiene oportunidad para ello, su sentido de población liberal. El 16 de abril de 1.931, un grupo de vecinos proclamará la II República y el nuevo Ayuntamiento superando la oposición del Alcalde y concejales de ideología monárquica.

Producido el levantamiento militar de julio de 1.936, Zafarraya queda fiel a la República. Durante la dictadura del general Franco fue en todo momento Zafarraya una de las poblaciones de toda Andalucía donde se dio una mayor oposición al régimen siendo conocido este pueblo por su talante de avanzado y liberal.

En los años setenta se produce lo que se conoce por «la acción social del colectivo». Todo un ejemplo del sentido liberal de estas tierras y si se quiere hasta «revolucionario» para los estamentos oficiales de aquellos años, lo que se daba en muy contados términos municipales de toda Andalucía. A partir de 1.977, se produce un trascendental avance en los sentidos de mayor concienciación social aún y de unión de las poblaciones de este Campo de Zafarraya. Avance realmente ejemplar e histórico. Es con la llamada «Guerra de las lechugas» o «Lucha verde» cuando se da la acción más importante, consiguiéndose la práctica movilización de los pueblos del Llano

La dehesa de Zafarraya

Desde la conquista cristiana del Reino de Granada las continuas disputas por las tierras de Zafarraya entre Alhama, Loja y Vélez-Málaga nos hacer ver la riqueza de la dehesa. No obstante, a parte de las referencias que tenemos de ella por parte de historiadores y viajeros árabes como Ibn al-Jatib e Ibn Batuta, las primeras descripciones nos las da a mediados del siglo XVII el cronista cristiano Francisco Henríquez de Jorquera, quien escribe «…y volviendo al puerto de Zalia en lo alto de la sierra hay fértil y hermosa dehesa abundante de hierba y espesos encinares, donde se engordan gruesísimas manadas de ganado de cerda: llamaron los moros hesta ara aya significando campo de pastores y corrupto Zafarraya»

De hecho, la Dehesa de Zafarraya (que en tiempos medievales perteneció al castillo de Zalia) era la más importante de las disfrutadas por el Cabildo Veleño debido a su riqueza forestal y a los múltiples aprovechamiento que permitía y fue duramente defendida ante el avance roturador de finales del siglo XVIII.

El principio del fin de nuestra dehesa acaecerá en el reinado de Carlos III, que con sus decretos de roturación desde 1767 permitirá que gentes venidas de la vecina Alfarnate comenzaran la transformación de los antiguos pastos y encinares en campos de cultivo, estableciendo sus primeras “chozas” en el cerro que hoy ocupa Zafarraya.

La nueva población que se llamó en un tiempo «Chozas del Rey», «Calar del Rey» en otro, pronto entró en disputa con Alhama por el aprovechamiento de la languideciente dehesa.

Unna Real Orden de 1801 reconocía el dominio útil de la Dehesa a favor de los «chozeños», lo que significaba la definitiva orientación agrícola del Llano de Zafarraya.

Por Real Cédula de Fernando VII, de 11 de Octubre de 1815 se declaró a Zafarraya como Villa Independiente de otra alguna y se ordenó crear Ayuntamiento

El polje de Zafarraya

Los poljes son frecuentes en las montañas kársticasde Andalucía. No obstante, sólo algunos han sido estudiados en detalle, por lo que una síntesis es aún prematura. Sin embargo, si se puede ensayar una propuesta sobre su tipología, caracterizarlos en función de sus relaciones con la estructura y reconstruir las etapas mayores de su evolución.

El polje de Zafarraya está situado al S de la Sierra Gorda de Loja (Granada) y mide 10 km de E a O y 3,5 km de N a S.Se trata de una depresion cerrada, con el fondo muy plano, presentando hums, dominados por montañas calcáreas muy karstificadas. Sus aguas son absorbidas por uno o varios ponors –sumideros-. De cuando en cuando, los ponors pueden reexpulsar el agua y una lámina de inundación cubre entonces el fondo de la depresión, como en diciembre de 1963 y más recientemente en la Navidad de 1996.

El polje de Zafarraya se encuentra alojado en un sistema de Escamas. La depresión se inscribe en la escama de Zafarraya, imbricada entre la vertiente S de las calizas jurásicas del vasto domo anticlinal de la Sierra Gorda de Loja, y la escama de calizas jurásicas, prácticamente vertical, de la Sierra de Alhama; la unidad de Zafarraya, formada por potentes dolomías y calizas onduladas, y soportando al S unas margas grises, ocupa una posición relativamente deprimida. El polje está limitado por el este por una falla meridiana y está interceptado hacia el sur por unos flyschs que se apoyan en la escama de Alhama.

Formación

El polje de Zafarraya ofrece un ejemplo del papel de la neotectónica: la estructura en escamas imbricadas es antigua, puesto que un brazo de mar tortoniense que comunicaba con la Cuenca de Granada invadió la depresión (Lhénaff, 1968). Las molasas que se depositaron en este mar fosilizaron el relieve hasta alrededor de los 1.200 m, y en su prolongación se elaboró un aplanamiento parcial en las calizas jurásicas de la Sierra Gorda. Después de la retirada del mar, las molasas han sido ampliamente desmontadas, gracias al encajamiento de una red hidrográfica que debía franquear la sierra de Alhama por la escotadura del Boquete de Zafarraya y por el umbral de Azafranera.

Simultáneamente, las aguas debían infiltrarse en las calizas y ejercer a la vez una corrosión química y una abrasión mecánica, gracias a las arenas que les suministraban las molasas. El desarrollo del endokarst ha terminado por desviar en su provecho todas las aguas, y claramente las del Arroyo de la Madre que atraviesa la depresión de E a O y se sume en un ponor al NO del polje. Este desvío ha sido facilitado por un probable rejuego tectónico: unos sondeos han revelado que el encajamiento máximo del polje en las margas grises de la escama de Zafarraya se encuentran a 70 m por debajo del Boquete de Zafarraya; ahora bien, por una parte, las láminas de superficie tortoniense situadas en la margen del polje han sido plegadas en ligero sinclinal en el eje de la depresión, y, por otra parte, existen deformaciones que afectan al piedemonte plio-pleistoceno de la Sierra de Tejeda, en la prolongación del polje. Se puede pensar, por tanto, que el cierre del polje está ligado a una deformación tardía, sin poder descartar, sin embargo, la hipótesis de un encajamiento hacia atrás del Boquete de Zafarraya, ligado a un antiguo ponor situado en el contacto con las calizas de la Sierra de Alhama. La evolución del polje ha beneficiado, a continuación, el abatimiento de la barrera kárstica que constituyen los flyschs situados al S de la Sierra de Alhama, debido a un levantamiento neotectónico del conjunto de las montañas litorales. Se encuentran acopladas hacia los 900-1.000 m de altitud, en el flanco S de la cresta de Alhama, algunas tobas calcáreas, en particular en el emplazamiento de una falla de desgarre que recorta, más al N, la falla que limita el polje por el O; estas tobas están actualmente colgadas a 200-300 m por encima de las fuentes actuales del Río Guaro, y las fuentes que las han originado están en nuestros días absolutamente secas.

Extraido de: Karst en Andalucía. J. J. Durán y J. López Martínez (Eds.), pp. 55-58. Instituto Tecnológico Geominero de España, 1998, Madrid.